Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
30-10-2024, 03:01 AM
El elegante Pavo Real del Océano había elegido Demontooth como una de sus primeras paradas en el mar del Este, atraído por la fama de su arte de espadas. Los rumores hablaban de criaturas únicas habitando los riscos y bosques densos, bestias cuyas carnes, cueros o incluso sangre tenían un valor alto entre coleccionistas y comerciantes de rarezas. Pero para Mayura, el Pavo Real del Océano, la razón para adentrarse en aquel bosque salvaje era mucho más caprichosa: su propia curiosidad y el deseo de probar lo aprendido durante su última estadía antes de partir.
Con una chaqueta de tono turquesa y pantalones holgados de color marrón claro, Mayura se movía con una elegancia que rozaba lo teatral, sus pasos ligeros entre los árboles. Su mirada se deslizaba de un lado a otro, estudiando cada sombra y cada susurro en las hojas. Sabía de la presencia de ciervos en la zona, esquivos y difíciles de rastrear. Aunque no era exactamente un cazador, la idea de probar sus habilidades en un duelo no oficial con las bestias del bosque le parecía irresistible.
— Hoy será un día memorable. — Murmuró para sí mismo, ajustando sus tres katanas en la cadera. Si bien las palabras siempre habían sido su arma favorita, entendía que en un lugar como este incluso los colores vibrantes de su vestimenta podían atraer algo más que simples miradas curiosas, podría atraer la presencia de seres que le hicieran retarse a sí mismo y confirmar si ya podía considerarse un maestro del combate de tres espadas.
De pronto, un ruido sutil rompió con el murmullo constante de la naturaleza, desviando su atención. Entre las sombras de los árboles, percibió la silueta de otra persona. Con un destello de curiosidad y una sonrisa juguetona, avanzó un poco más hacia el origen del sonido. — Bueno, bueno… parece que no soy el único tras la presa del día. — susurró para sí mismo, observando al joven armado con un hacha, absorto en su propio rastro.
Podría haberse retirado sin ser visto, pero la promesa de una competencia y el impulso de dejar su marca ante aquel desconocido le hicieron avanzar. — ¿Buscas algo interesante por aquí, querido? Me temo que este bosque y yo, "Mayura Pavone", ya hemos hecho un pacto de exclusividad por el resto del día. — el histrionico y elegante pirata dejó caer sus palabras con una mezcla de burla y cortesía, sus ojos brillando y sus gesticulaciones con la promesa de un desafío. No estaba dispuesto a ceder la presa ante cualquier aldeano, no mientras necesitaba probarse a si mismo que estaba listo para partir de esta isla.
Con una chaqueta de tono turquesa y pantalones holgados de color marrón claro, Mayura se movía con una elegancia que rozaba lo teatral, sus pasos ligeros entre los árboles. Su mirada se deslizaba de un lado a otro, estudiando cada sombra y cada susurro en las hojas. Sabía de la presencia de ciervos en la zona, esquivos y difíciles de rastrear. Aunque no era exactamente un cazador, la idea de probar sus habilidades en un duelo no oficial con las bestias del bosque le parecía irresistible.
— Hoy será un día memorable. — Murmuró para sí mismo, ajustando sus tres katanas en la cadera. Si bien las palabras siempre habían sido su arma favorita, entendía que en un lugar como este incluso los colores vibrantes de su vestimenta podían atraer algo más que simples miradas curiosas, podría atraer la presencia de seres que le hicieran retarse a sí mismo y confirmar si ya podía considerarse un maestro del combate de tres espadas.
De pronto, un ruido sutil rompió con el murmullo constante de la naturaleza, desviando su atención. Entre las sombras de los árboles, percibió la silueta de otra persona. Con un destello de curiosidad y una sonrisa juguetona, avanzó un poco más hacia el origen del sonido. — Bueno, bueno… parece que no soy el único tras la presa del día. — susurró para sí mismo, observando al joven armado con un hacha, absorto en su propio rastro.
Podría haberse retirado sin ser visto, pero la promesa de una competencia y el impulso de dejar su marca ante aquel desconocido le hicieron avanzar. — ¿Buscas algo interesante por aquí, querido? Me temo que este bosque y yo, "Mayura Pavone", ya hemos hecho un pacto de exclusividad por el resto del día. — el histrionico y elegante pirata dejó caer sus palabras con una mezcla de burla y cortesía, sus ojos brillando y sus gesticulaciones con la promesa de un desafío. No estaba dispuesto a ceder la presa ante cualquier aldeano, no mientras necesitaba probarse a si mismo que estaba listo para partir de esta isla.