Rocket Raccoon
Rocket
30-10-2024, 06:37 AM
La primera buena noticia del día fue la llovizna que caía sobre la isla de Loguetown. No era una tormenta siquiera, solo una ligera precipitación que cubría la isla bajo una capa de nubes densas. La lluvia hacía que cualquier persona en las calles llevase capas anchas y capuchas, una costumbre para protegerse de las finas gotas que caían desde lo alto. No parecía que el clima fuera a empeorar, al menos no pronto, pero esa cortina de agua y el clima encapotado ofrecían justo la oportunidad que necesitaba.
El primer paso en mi lista de tareas era conseguir una prenda que cubriera completamente el cuerpo y la cabeza del muchacho. Y no, no es que mi objetivo fuese mantenerlo seco; había algo aún más importante que quería ocultar: su cabello.
En la foto del documento, lo que destacaba de inmediato de Tadao era ese mechón verde claro que rompía con el resto de su cabello, también verde, pero mucho más desordenado y opaco. Estaba seguro de que, si los Marines andaban tras él, ese toque distintivo sería lo primero que buscarían entre la multitud. Así que, además de cubrirlo con una capa amplia, necesitaba esconder su pelo. Y ¿qué mejor solución que una buena peluca para despistar? Imaginaba que la tienda de ropa tendría también artículos de este tipo; matar dos pájaros de un tiro y asegurarnos de que Tadao pasara desapercibido sería el primer paso en este juego de sombras.
Pasé por el mercadillo de la ciudad, un lugar que siempre estaba abarrotado de gente y ruido, donde los olores y colores se entremezclaban en un caos organizado. Si hoy mantenía ese ajetreo, podría ser el lugar perfecto para perder a los Marines si llegaba el momento de una persecución. Claro, mi intención era tomar todas las precauciones necesarias para que nada de eso sucediera. Pero la experiencia me había enseñado que, por más planificación que uno haga, siempre hay detalles que se escapan. Mi objetivo era simple y claro: reducir esos posibles deslices al mínimo. Y por eso mismo, no solo compré una peluca que cambiara por completo la apariencia del objetivo, sino que intenté también encontrar alguna que se parecía a su cabello. También podría servir como distracción en un momento dado, si podía conseguir más de una, pues mucho mejor.
Ya tenía todos los artículos que necesitaba resguardados dentro de la mochila que llevaba conmigo. Oculta bajo la capa junto con el gran fusil. 'Supongo que es hora de ir por el chico. Creo recordar que los bloques de esas zonas tienen escaleras traseras, intentaré observar desde ese punto primero.'
¿Cuánto podrían cobrar algunos, uhm... ¿bandiditos se les podría llamar? Pues no sé. Pero esperaba que con un par de monedas se dejasen comprar. Necesitaba algo muy muy básico de su parte, si podía contar con ello, pues que bien, era un extra. Y si no, pues el plan tenía que seguir su marcha. Ellos solo serían un agregado, sin más. Así que entre en una taberna que estaba muy cerca del edificio de Tadao. Al entrar, quise observar la situación, esperaba ver el tipo de gente que buscaba. Me cubrí el rostro con la capucha, no quería que se me identificara. Me acerqué a la barra y tras recibir una cerveza, la cual apenas usaría para mojar los labios, dejaría un poco más de monedas al servidor. -Necesito algo de distracción aquí al norte, joder eh, un borracho alterado o algo, joder eh- Intente cambiar el tono de voz, hacerla más grave. -Espero que alguno de estos muchachos sea de utilidad, joder eh. En unos cinco minutos estaría bien.- Deje otra cantidad de billetes por si notaba en su rostro que lo que había dejado no era suficiente y me retire del lugar. En todo momento tuve los oídos atentos a alguna charla interesante, aunque tampoco estuve mucho tiempo ahí en el lugar.
Llegado al edificio del chico, comencé a observarlo desde distintos ángulos. Era, pues, un bloque de viviendas muy sencillo. No resaltaba algún distintivo extraordinario con respecto a los demás. Tenía una sola entrada al frente, que daba a la calle principal, situada al norte, y al este conectaba con la gran avenida que se dirigía hacia el sur, hacia los muelles, pasando primero por el gran parque floral que adornada la ciudad. 'Mejor evitar esta gran calle... Aunque si hay mucha gente, es una opción también.' Ya eso lo depararía el futuro, lo principal ahora era ver el método de escape. Para mi desgracia, la escalera que había recordado no bajaba hasta el suelo, sino que subía hacia una terraza. 'Podríamos intentar por los tejados llegar hasta la calle al sur, pero este man seguro es un torpe y no sabe saltar.'
'Pues qué rápido llegaron...' Pensé al momento de que mis ojos lograban ver a cuatro marines caminando por la calle que estaba vigilando. Era obvio que iban en dirección al edificio que miraba. Donde, por cierto, Tadao también se dejaba ver de vez en cuando, asomando por su ventana que daba al balcón. 'Creo muchacho, que nuestra opción es el techo...' No parecía haber muchas más opciones para la fuga.
Algo mucho más importante que quería realizar, era quedarme con la esencia de esos marinos. Motivo por el cual, mientras me movía en dirección a los estrechos callejones que daban con la parte posterior de la estructura, activaría mi Haki para así sentir a esos individuos en particular. Tenía dos motivos para eso: el primero era quedarme con su aura y así saber en donde estaban en todo momento. Y el segundo, era quedarme con sus sentimientos al momento de querer hacer una revuelta. Sabía que no me toparía con solo este grupo de marinos, así que quería guardarme esa sensación en la mente, para reconocerla en otro momento al volverla a activar.
Una vez todo estaba en su lugar, y tras haber observado bien la parte trasera de todo este bloque, subiría por el edificio ayudándome de mi excelente uso del escalado. Una vez en el techo, me movería rápido hacia la terraza que había ubicado antes, y de ahí bajaría al balcón del muchacho. Independientemente de la ubicación de los cuatro marinos, tocaría a la ventana del chico. Cuando voltease a mirarme, llevaría mi dedo índice a mis labios, indicando la señal general de permanecer callado.
El primer paso en mi lista de tareas era conseguir una prenda que cubriera completamente el cuerpo y la cabeza del muchacho. Y no, no es que mi objetivo fuese mantenerlo seco; había algo aún más importante que quería ocultar: su cabello.
En la foto del documento, lo que destacaba de inmediato de Tadao era ese mechón verde claro que rompía con el resto de su cabello, también verde, pero mucho más desordenado y opaco. Estaba seguro de que, si los Marines andaban tras él, ese toque distintivo sería lo primero que buscarían entre la multitud. Así que, además de cubrirlo con una capa amplia, necesitaba esconder su pelo. Y ¿qué mejor solución que una buena peluca para despistar? Imaginaba que la tienda de ropa tendría también artículos de este tipo; matar dos pájaros de un tiro y asegurarnos de que Tadao pasara desapercibido sería el primer paso en este juego de sombras.
Pasé por el mercadillo de la ciudad, un lugar que siempre estaba abarrotado de gente y ruido, donde los olores y colores se entremezclaban en un caos organizado. Si hoy mantenía ese ajetreo, podría ser el lugar perfecto para perder a los Marines si llegaba el momento de una persecución. Claro, mi intención era tomar todas las precauciones necesarias para que nada de eso sucediera. Pero la experiencia me había enseñado que, por más planificación que uno haga, siempre hay detalles que se escapan. Mi objetivo era simple y claro: reducir esos posibles deslices al mínimo. Y por eso mismo, no solo compré una peluca que cambiara por completo la apariencia del objetivo, sino que intenté también encontrar alguna que se parecía a su cabello. También podría servir como distracción en un momento dado, si podía conseguir más de una, pues mucho mejor.
Ya tenía todos los artículos que necesitaba resguardados dentro de la mochila que llevaba conmigo. Oculta bajo la capa junto con el gran fusil. 'Supongo que es hora de ir por el chico. Creo recordar que los bloques de esas zonas tienen escaleras traseras, intentaré observar desde ese punto primero.'
¿Cuánto podrían cobrar algunos, uhm... ¿bandiditos se les podría llamar? Pues no sé. Pero esperaba que con un par de monedas se dejasen comprar. Necesitaba algo muy muy básico de su parte, si podía contar con ello, pues que bien, era un extra. Y si no, pues el plan tenía que seguir su marcha. Ellos solo serían un agregado, sin más. Así que entre en una taberna que estaba muy cerca del edificio de Tadao. Al entrar, quise observar la situación, esperaba ver el tipo de gente que buscaba. Me cubrí el rostro con la capucha, no quería que se me identificara. Me acerqué a la barra y tras recibir una cerveza, la cual apenas usaría para mojar los labios, dejaría un poco más de monedas al servidor. -Necesito algo de distracción aquí al norte, joder eh, un borracho alterado o algo, joder eh- Intente cambiar el tono de voz, hacerla más grave. -Espero que alguno de estos muchachos sea de utilidad, joder eh. En unos cinco minutos estaría bien.- Deje otra cantidad de billetes por si notaba en su rostro que lo que había dejado no era suficiente y me retire del lugar. En todo momento tuve los oídos atentos a alguna charla interesante, aunque tampoco estuve mucho tiempo ahí en el lugar.
Llegado al edificio del chico, comencé a observarlo desde distintos ángulos. Era, pues, un bloque de viviendas muy sencillo. No resaltaba algún distintivo extraordinario con respecto a los demás. Tenía una sola entrada al frente, que daba a la calle principal, situada al norte, y al este conectaba con la gran avenida que se dirigía hacia el sur, hacia los muelles, pasando primero por el gran parque floral que adornada la ciudad. 'Mejor evitar esta gran calle... Aunque si hay mucha gente, es una opción también.' Ya eso lo depararía el futuro, lo principal ahora era ver el método de escape. Para mi desgracia, la escalera que había recordado no bajaba hasta el suelo, sino que subía hacia una terraza. 'Podríamos intentar por los tejados llegar hasta la calle al sur, pero este man seguro es un torpe y no sabe saltar.'
'Pues qué rápido llegaron...' Pensé al momento de que mis ojos lograban ver a cuatro marines caminando por la calle que estaba vigilando. Era obvio que iban en dirección al edificio que miraba. Donde, por cierto, Tadao también se dejaba ver de vez en cuando, asomando por su ventana que daba al balcón. 'Creo muchacho, que nuestra opción es el techo...' No parecía haber muchas más opciones para la fuga.
Algo mucho más importante que quería realizar, era quedarme con la esencia de esos marinos. Motivo por el cual, mientras me movía en dirección a los estrechos callejones que daban con la parte posterior de la estructura, activaría mi Haki para así sentir a esos individuos en particular. Tenía dos motivos para eso: el primero era quedarme con su aura y así saber en donde estaban en todo momento. Y el segundo, era quedarme con sus sentimientos al momento de querer hacer una revuelta. Sabía que no me toparía con solo este grupo de marinos, así que quería guardarme esa sensación en la mente, para reconocerla en otro momento al volverla a activar.
Una vez todo estaba en su lugar, y tras haber observado bien la parte trasera de todo este bloque, subiría por el edificio ayudándome de mi excelente uso del escalado. Una vez en el techo, me movería rápido hacia la terraza que había ubicado antes, y de ahí bajaría al balcón del muchacho. Independientemente de la ubicación de los cuatro marinos, tocaría a la ventana del chico. Cuando voltease a mirarme, llevaría mi dedo índice a mis labios, indicando la señal general de permanecer callado.