Ray
Kuroi Ya
30-10-2024, 06:59 PM
La tormenta había amainado, pero aún así su expedición aérea nocturna no estuvo ni mucho menos exenta de complicaciones. El viento le zarandeó más de una vez, resultando en varias de esas ocasiones considerablemente peligroso y estando cerca de desequilibrarle lo suficiente para que peligrase su posición.
Pudo ver multitud de árboles de diferentes alturas a lo lejos, en lo que parecía un bosque. No veía mucho más, pues la densa niebla impedía que los ojos llegasen mucho más allá de unos escasos metros, al menos en lo que al detalle se refería. Sin embargo su Haki le dio mucha más información. En la isla había unas cincuenta o sesenta presencias, distribuidas por todo el islote, y no siendo ninguna de ellas equiparable en poder a la suya o las de la mayoría de sus compañeros. Y para su sorpresa, localizó también un grupo de auras que parecían estar bajo tierra en dirección oeste, lo que traducía que el peñón tenía con casi total seguridad un sistema de cuevas abiertas por el mar bajo el suelo.
Viendo que las condiciones climatológicas no eran nada halagüeñas y que continuar volando podía suponer un enorme riesgo, el joven marine aterrizó cerca de la entrada del bosque. Desde allí llamó a sus compañeros, que se habían quedado en el barco, con intención de avisarles de lo descubierto. Llamaría la primera a Camille, que solía ser la más cabal de todos, y si no cogía iría llamando de uno en uno hasta que uno de ellos le respondiera. Una vez tuviera a alguno de sus amigos al otro lado de la línea le contaría lo que había averiguado:
- En total parece haber unas cincuenta o sesenta personas en toda la isla, incluyendo algunas bajo tierra. Da la sensación de que hay alguna especie de red de cavernas bajo el suelo, es posible que tengan a los esclavos allí encarcelados. Delante de mi posición hay un bosque, y hay que adentrarse en él para seguir avanzando. Os espero aquí.
Mientras sus compañeros llegaban el peliblanco comenzó a analizar en detalle con su Haki el islote en el que se encontraban, prestando más atención a las distintas voces que en él podía percibir y en lo que emanaba cada una de ellas, así como en su localización. Aguzó también sus antenas, buscando percibir algún estímulo que escapara al Haki y a sus sentidos humanos. Al fin y al cabo tenía la ventaja de poseer un órgano sensorial extra con el que nadie más contaba, y era su deber aprovecharlo en situaciones como aquella.
Cuando todos ellos llegaron comenzaron a caminar por el interior del bosque, bajo las copas de los árboles que les cubrían algo más del viento y del resto de inclemencias del tiempo. Finalmente llegaron a una intersección con tres posibles caminos. Uno llevaba hacia el norte, otro al oeste y el tercero hacia el suroeste. El joven de cabellos plateados se mostró de acuerdo con la propuesta de Octojin de dividirse en tres grupos, dos de ellos de dos personas y un tercero con Alexandra y dos más para proteger a la nueva recluta, y mantenerse comunicados en todo momento. Atlas comprobó que los Den Den Mushi de todos ellos funcionaran correctamente antes de dividirse.
El tiburón se colocó en el inicio del sendero dirigido hacia el suroeste. Eso parecía una buena idea, pues dada la posición de las auras que había sentido en las cuevas bajo la isla era probable que fuera ese camino el que guiara hacia ellos, y allí las habilidades acuáticas del gyojin podían ser de enorme utilidad. Atlas eligió el camino del oeste, el del medio. Ray, por su parte, consciente de que si había que pelear una pequeña cueva no era el mejor escenario para alguien con su movilidad y su capacidad de vuelo, decidió colocarse a la entrada del camino norte.
- Diría que Camille, Taka y Masao se distribuyan uno en cada equipo y que Alexandra vaya o bien con Atlas por sus habilidades curativas o bien donde esté Octojin o Camille, que son los que mejor pueden cubrirla en caso necesario. ¿Qué opináis?
Pudo ver multitud de árboles de diferentes alturas a lo lejos, en lo que parecía un bosque. No veía mucho más, pues la densa niebla impedía que los ojos llegasen mucho más allá de unos escasos metros, al menos en lo que al detalle se refería. Sin embargo su Haki le dio mucha más información. En la isla había unas cincuenta o sesenta presencias, distribuidas por todo el islote, y no siendo ninguna de ellas equiparable en poder a la suya o las de la mayoría de sus compañeros. Y para su sorpresa, localizó también un grupo de auras que parecían estar bajo tierra en dirección oeste, lo que traducía que el peñón tenía con casi total seguridad un sistema de cuevas abiertas por el mar bajo el suelo.
Viendo que las condiciones climatológicas no eran nada halagüeñas y que continuar volando podía suponer un enorme riesgo, el joven marine aterrizó cerca de la entrada del bosque. Desde allí llamó a sus compañeros, que se habían quedado en el barco, con intención de avisarles de lo descubierto. Llamaría la primera a Camille, que solía ser la más cabal de todos, y si no cogía iría llamando de uno en uno hasta que uno de ellos le respondiera. Una vez tuviera a alguno de sus amigos al otro lado de la línea le contaría lo que había averiguado:
- En total parece haber unas cincuenta o sesenta personas en toda la isla, incluyendo algunas bajo tierra. Da la sensación de que hay alguna especie de red de cavernas bajo el suelo, es posible que tengan a los esclavos allí encarcelados. Delante de mi posición hay un bosque, y hay que adentrarse en él para seguir avanzando. Os espero aquí.
Mientras sus compañeros llegaban el peliblanco comenzó a analizar en detalle con su Haki el islote en el que se encontraban, prestando más atención a las distintas voces que en él podía percibir y en lo que emanaba cada una de ellas, así como en su localización. Aguzó también sus antenas, buscando percibir algún estímulo que escapara al Haki y a sus sentidos humanos. Al fin y al cabo tenía la ventaja de poseer un órgano sensorial extra con el que nadie más contaba, y era su deber aprovecharlo en situaciones como aquella.
Cuando todos ellos llegaron comenzaron a caminar por el interior del bosque, bajo las copas de los árboles que les cubrían algo más del viento y del resto de inclemencias del tiempo. Finalmente llegaron a una intersección con tres posibles caminos. Uno llevaba hacia el norte, otro al oeste y el tercero hacia el suroeste. El joven de cabellos plateados se mostró de acuerdo con la propuesta de Octojin de dividirse en tres grupos, dos de ellos de dos personas y un tercero con Alexandra y dos más para proteger a la nueva recluta, y mantenerse comunicados en todo momento. Atlas comprobó que los Den Den Mushi de todos ellos funcionaran correctamente antes de dividirse.
El tiburón se colocó en el inicio del sendero dirigido hacia el suroeste. Eso parecía una buena idea, pues dada la posición de las auras que había sentido en las cuevas bajo la isla era probable que fuera ese camino el que guiara hacia ellos, y allí las habilidades acuáticas del gyojin podían ser de enorme utilidad. Atlas eligió el camino del oeste, el del medio. Ray, por su parte, consciente de que si había que pelear una pequeña cueva no era el mejor escenario para alguien con su movilidad y su capacidad de vuelo, decidió colocarse a la entrada del camino norte.
- Diría que Camille, Taka y Masao se distribuyan uno en cada equipo y que Alexandra vaya o bien con Atlas por sus habilidades curativas o bien donde esté Octojin o Camille, que son los que mejor pueden cubrirla en caso necesario. ¿Qué opináis?