Tofun
El Largo
30-10-2024, 09:48 PM
PARA LOS REVOS: Por cada apoyo anímico que reciba Lobo este turno ganará +35 de daño en su próxima jugada.
Rizzo, observó a Lobo con una mezcla de admiración y miedo. La actuación del mink había desatado un torrente de alegría entre el público, y la situación lo impulsaba a seguir el ritmo. Sin embargo, el Bardo no se dejaría intimidar. Con una sonrisa traviesa y una chispa en los ojos, decidió ejecutar una jugada musical defensiva.
En lugar de responder directamente al remix de Lobo, Rizzo tomó un paso atrás, dejando que la melodía se asentara por un momento. Con un movimiento fluido, ajustó la bandurria contra su cuerpo, su mirada fija en el mink mientras se preparaba para sorprenderlo.
— ¡Oh, Lobo! —Exclamó, su voz resonando con confianza. — ¡No creas que voy a dejarte el campo libre tan fácilmente!
Y así, comenzó a tocar una serie de acordes arpegiados que se elevaban en un crescendo, tejiendo una melodía que capturaba la esencia de su estilo alegre y juguetón. Luego, realizó un pizzicato magistral, dejando que las cuerdas de la bandurria vibraran en el aire, produciendo un eco musical que reverberaba en el Baratie como una ola de sonido. Las notas flotaron alrededor del escenario, llenando cada rincón del restaurante con un ritmo contagioso que invitaba a todos a unirse a la celebración. Era como una pausa en la tormenta, una pasa para frenar la astuta ofensiva del cánido.
— ¡Vamos a mantener este baile en movimiento! —gritó, girando sobre sus talones en un elegante movimiento, mientras sus dedos danzaban sobre las cuerdas, volviendo a una sinfonía alegre. Rizzo, decidió que debía llevar su respuesta a un nuevo nivel. Con una sonrisa desafiante, elevó la bandurria sobre su cabeza, sosteniéndola con ambas manos como si estuviera presentando un trofeo. Los espectadores, intrigados por su audaz movimiento, contuvieron la respiración, anticipando lo que estaba por venir.
— ¡Prepárate! — Anunció Rizzo con una chispa de emoción en sus ojos. — ¡Esta no la sabe ni caperucita!
Y así, comenzó a tocar un riff contagioso que resonaba en el aire, cada nota explosiva liberaba un ataque hacia el otro artista. Los acordes se elevaban, el riff se intensificaba, Rizzo sentía cómo la energía fluía a través de él, conectándolo con el público.
— ¡¡¡Atízale con la guitarra Lobooooooooooo!!!
Gritó la voz de un tontatta entre el público.
Post de Tofun [Atrezzo]
Grité eufórico; menudo par de mequetrefes se habían subido al escenario. Agradecía profundamente que el primogénito de Zaza nos hubiese dado esta oportunidad y, para qué negarlo, también que nos financiase todas las comidas y bebidas. — Hmprfgh... — Gruñí. Hablar de bebida me ponía de mal humor; Asradi me tenía a pan y agua. Decía que era malo para la recuperación. ¡¿Pero cómo iba a ser malo para la recuperación beber alcohol?! — ¡Pero si es lo que se echa a las heridas! — Se me había escapado en voz alta, pero es que mi indignación era tal que no podía controlarme.Estaba sentado en una silla de ruedas en una de las lujosas mesas de la terraza del Baratie, junto a mis compañeros revolucionarios, que descansaban sus traseros en sillas de caoba refinada, mucho mejor que donde yo reposaba las nalgas. Estaba vendado hasta arriba, todo mi cuerpo, incluida la cabeza, por el choque que había tenido con el cabrón de Zidane. — ¡¡¡Auuuuuuuuuuuu!!! Cof, cof, cof... — Grité, tratando de animar a mi compañero con un grito de los de su especie, el protagonista del escenario, dándome cuenta enseguida de que mi cuerpo necesitaba descanso. Había sustituido el hipo por tos, que triste... Justo en ese instante, lancé en un intento de disimulo un tenedor a los pies de Asradi. — Oh, lo siento, doc... — Si caía en mi trampa y se agachaba, me abalanzaría hacia su cóctel como alma que lleva el diablo. ¡A El Largo nadie le prohibía beber! ¡Solo su madre!