Shy
"Shy"
31-10-2024, 06:06 AM
-¿Hoy tampoco vas a decir nada, verdad?
Shy remoloneó algo más en la cama, mientras el joven que le acompañaba terminaba de ponerse la camisa. Con el tedio plenamente visible en su rostro, el chapero se encogió de hombros y abandonó la habitación que Shy había alquilado en la posada. No era la primera vez que tenía sexo, por supuesto, pero sí era la primera vez que había pagado por tenerlo y se sentía como una mierda por haberlo hecho. Se aferró con fuerza al edredón mientras clavaba las uñas en las palmas de las manos. Había escogido a aquel joven porque, en cierta modo, le había recordado a Hyun, con su media melena morena y su baja estatura. No obstante, una vez hicieron lo suyo, a Shy le fue inescapable la verdad: no era, ni en lo más mínimo, como aquella persona a la que había admirado. Y apenas podía decirse que hubiera habido ningún tipo de pasión bajo las sábanas. Aquello no se asemejaba a sus noches con Ame, a quien más había amado. Tal vez estaba completamente roto.
El cazador fingió dormir otra media hora. En realidad, había mantenido su mirada fija en la pared mientras se clavaba las uñas en la piel. Ojalá haber podido llorar. No había ningún duelo posible. Se preguntó si permanecería el resto de su vida reviviendo cada tragedia, incapaz de superarlas en absoluto y revolcándose en fangos de miseria cada vez más espesos. Shy el putero, se dijo en su fuero interno. ¿Es este el homenaje que le doy a mis muertos? ¿Esto es lo que hago, seguir demostrándoles que soy yo quien tendría que haber muerto?
Sabiéndose herido de soledad y sin más esperanza, hizo exactamente lo mismo que le llevó a aquella situación tan patética. Alargó el delgado brazo hasta la mesilla de noche y, tras sujetar aquel voluminoso cilindro de vidrio, empinó el codo. Tres tristes gotas de aguardiente de horrible sabor se deslizaron garganta abajo. Suficientes para poner cara de asco, pero insuficientes para olvidar aquella horrible noche. Estimó la hora mirando por la ventana. Había amanecido hacía pocas horas. Aquel horrible trabajo le llamaba. Intentando conservar la diligencia, se puso el traje que se había hecho a medida y descendió a la planta baja.
Vio una familiar silueta abandonar el comedor. Vaya, el bueno de Illyasbabel también ha trasnochado aquí. ¿De resaca? ¡Ja! No es el único. ¿Llegamos a coincidir anoche? El Gremio del Tiburón Borracho, así tendrían que llamarnos. Tenemos una presa decente cada mucho y el resto del tiempo lo invertimos en conversaciones de besugo y vergonzosas juergas. Y pensar que antes no bebía nada... El aguerrido gyojin también se personaba en aquella habitación, con claros signos de haber convertido a la pareja de cazadores ebrios en un trío de mercenarios alcoholizados. Eh, pero cada cuál con sus razones. Yoshiro bebe para celebrar, yo bebo para olvidar... ¿Illyasbabel bebe para funcionar? Que patéticos somos.
-Té -pidió al camarero, con un ademán que mostraba más bien poca afabilidad, antes de dirigirse a sus dos nuevos compañeros-. Buenos días.
Shy rezó para que alguien rompiera el hielo, pues aquella convergencia de resacas era de lo más vergonzosa. Al mismo tiempo, oró para que el tema de conversación fuera escueto. No soportaba a aquellos dos cuando se ponían a darle a la sin hueso. Por favor, un trabajo rápido y fácil. ¿Acaso es mucho pedir?
El cazador fingió dormir otra media hora. En realidad, había mantenido su mirada fija en la pared mientras se clavaba las uñas en la piel. Ojalá haber podido llorar. No había ningún duelo posible. Se preguntó si permanecería el resto de su vida reviviendo cada tragedia, incapaz de superarlas en absoluto y revolcándose en fangos de miseria cada vez más espesos. Shy el putero, se dijo en su fuero interno. ¿Es este el homenaje que le doy a mis muertos? ¿Esto es lo que hago, seguir demostrándoles que soy yo quien tendría que haber muerto?
Sabiéndose herido de soledad y sin más esperanza, hizo exactamente lo mismo que le llevó a aquella situación tan patética. Alargó el delgado brazo hasta la mesilla de noche y, tras sujetar aquel voluminoso cilindro de vidrio, empinó el codo. Tres tristes gotas de aguardiente de horrible sabor se deslizaron garganta abajo. Suficientes para poner cara de asco, pero insuficientes para olvidar aquella horrible noche. Estimó la hora mirando por la ventana. Había amanecido hacía pocas horas. Aquel horrible trabajo le llamaba. Intentando conservar la diligencia, se puso el traje que se había hecho a medida y descendió a la planta baja.
Vio una familiar silueta abandonar el comedor. Vaya, el bueno de Illyasbabel también ha trasnochado aquí. ¿De resaca? ¡Ja! No es el único. ¿Llegamos a coincidir anoche? El Gremio del Tiburón Borracho, así tendrían que llamarnos. Tenemos una presa decente cada mucho y el resto del tiempo lo invertimos en conversaciones de besugo y vergonzosas juergas. Y pensar que antes no bebía nada... El aguerrido gyojin también se personaba en aquella habitación, con claros signos de haber convertido a la pareja de cazadores ebrios en un trío de mercenarios alcoholizados. Eh, pero cada cuál con sus razones. Yoshiro bebe para celebrar, yo bebo para olvidar... ¿Illyasbabel bebe para funcionar? Que patéticos somos.
-Té -pidió al camarero, con un ademán que mostraba más bien poca afabilidad, antes de dirigirse a sus dos nuevos compañeros-. Buenos días.
Shy rezó para que alguien rompiera el hielo, pues aquella convergencia de resacas era de lo más vergonzosa. Al mismo tiempo, oró para que el tema de conversación fuera escueto. No soportaba a aquellos dos cuando se ponían a darle a la sin hueso. Por favor, un trabajo rápido y fácil. ¿Acaso es mucho pedir?