¿Sabías que…?
... el Reino de Oykot ha estrenado su nueva central hidroeléctrica.
[Aventura] [T5] Todo o nada. De vuelta en el Baratie
Octojin
El terror blanco
Los tipos que invitaste a tu mesa alzan la vista al oír tu oferta y se acercan con esos pasos anchos que parecen naturales en ellos. Con sonrisas declinan tu invitación, informándote, en un tono digno de una gran ceremonia, que están celebrando el cumpleaños de su prima y que, más tarde, pasarán a saludarte. Como despedida, uno de ellos, el más alto y pomposo, saca una estampita de una virgen y la deja cuidadosamente sobre la mesa. Te lanzan otra sonrisa de protocolo, como si acabaran de asistir a un servicio religioso en lugar de rechazar una invitación a un festín. Apenas salen de tu vista, la imagen de la virgen te deja un poco descolocado; ni en tus mejores festines imaginaste que alguien te dejara una reliquia como propina.

De vuelta a tus platos, las cosas dan otro giro inesperado cuando el borracho, que sigue metiendo mano a tus costillas de jabalí, apenas levanta la mirada, perdido en su propio mundo etílico. El sabor del cordero aún permanece en tu boca como un buen recuerdo, el tipo de plato que te haría arrodillarte ante el chef en gratitud, y te da una energía inesperada, casi un impulso renovado. Pero el sabor del salmón aún se queda ahí, una espina literal atorada en tu garganta. Quizá quieras quitártela con la bebida, pero no parece que se vaya a ir con facilidad. Me da que esta te va a dar más guerra de la que os dieron los galácticos.

La mujer que antes atendió a los hombres trajeados vuelve a aparecer, esta vez con una expresión más endurecida. Con habilidad y algo de diversión, agarra al borracho por el cuello y lo arrastra hacia la salida. El hombre apenas murmura alguna queja entre dientes, pero ella lo saca de allí sin mucha ceremonia, como si estuviera echando la basura del día. Ves cómo lo lanza al exterior del Baratie, y te preguntas si esa escena es algo habitual aquí, porque nadie parece ni pestañear al ver el espectáculo.

Cuando la chica regresa, sus ojos escanean rápidamente la mesa hecha un desastre, y te pide disculpas con una leve inclinación de cabeza.

—Lamento mucho este desastre, señor. Por supuesto, podemos ofrecerle los mismos platos otra vez y moverlo a una mesa que esté entera si lo prefiere — Tiene esa eficiencia y determinación que solo el personal de Baratie parece tener, y por un momento, aprecias el detalle. En ti está qué hacer.

Mientras la chica espera tu respuesta, un alboroto en la cocina llama tu atención. La conversación entre los cocineros y camareros es ruidosa, y ves a uno de los chefs salir furioso, con los ojos encendidos de frustración. Por un momento, piensas que el alboroto se debe al borracho que causó semejante lío, pero al escucharlo hablar, es evidente que hay algo más.

—¡Ya están aquí esos idiotas antipiña! —grita el chef con desdén, cruzándose de brazos como si el solo recuerdo de ese grupo le provocara una urticaria mental.

La chica que te atendió intenta calmarlo, colocando una mano en su hombro y moviéndola lentamente, mientras intenta sujetarle para que no se lance al mar.

—Douma, tranquilo. Seguramente no vengan aquí —dice, intentando devolver el orden a la cocina con palabras suaves. —. Venga, los demás, seguid trabajando, yo me encargo de Douma.

Jamás pensé que utilizaría la palabra “antipiña”, la verdad. Pero aquí estamos. Es posible que la intriga te invada, y por alguna razón, desees saber más. Tal vez sea la naturaleza intrigante del conflicto o simplemente el aburrimiento del momento, pero es posible que no venga mal un par de preguntas. Si te mueves hacia la ventana más cercana, y observas, a lo lejos en el mar, hay un barco peculiarmente decorado. Aunque la distancia es considerable, el símbolo en la bandera es inconfundible. El siguiente.

La bandera


¿Antipiña? La idea te puede llegar a resultar un poco absurda. En Elbaf, la piña era simplemente una fruta; que alguien pudiera odiarla tanto como para armar un club anti-piña suena como una broma de marineros tras una larga noche de bebida. Aunque ahora que lo piensas, puede que haya historias más bizarras en tu tierra natal, como la leyenda del pollo alado que habita los cielos de los guerreros.

Mientras te preguntas qué será de esta gente y sus vendettas frutales, debes tomar una decisión sobre qué quieres hacer. ¿Sigues comiendo? ¿Preguntas al tal Douma? ¿A la chica rubia? ¿Quienes serán esos antipiña?

Ahora, tus ojos vuelven a la bandera del barco en la distancia, y la curiosidad se apodera de ti nuevamente. “¿Qué estarán tramando esos antipiña?” piensas, no tan convencido de que solo se trate de un grupo de gustos frutales cuestionables. En un mundo donde los piratas navegan bajo banderas de calaveras y huesos, ver una piña tachada es casi hilarante, pero algo en tu instinto de guerrero se despierta. Y si los antipiña vinieran por el Baratie, bueno, seguro que esta vez, tú y ese plato de cordero estarán listos para el combate.

Resultados del mini-juego
#5


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RE: [T5] Todo o nada. De vuelta en el Baratie - por Octojin - 31-10-2024, 12:05 PM

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