Ray
Kuroi Ya
31-10-2024, 08:20 PM
El joven revolucionario, tras llegar a la Bahía de los Olvidados, se dirige hacia los tres líderes de la misma y demuestra no tener pelos en la lengua ni el más mínimo rastro de vergüenza, preguntándoles sin ningún tipo de rodeo sobre la cueva de la que últimamente se habla en las tabernas de gran parte del East Blue y que, según se cuenta, ellos han encontrado.
Los tres piratas le miran con una expresión que inicialmente es de cansancio, pues da la sensación de que no eres el primero que les pregunta por ese lugar en los últimos días. Es probable que más de un aventurero haya intentado explorar dicha cueva desde que su existencia se hizo pública. No obstante, pronto sus ojos se tornan distintos, y sus rostros pasan a reflejar casi diversión. El hombre de la capa suelta una sonora carcajada y le responde:
- ¡Ha, ha, ha! Tienes agallas, muchacho. - El joven puede ver si se fija cómo el pirata hace un sutil gesto de aprobación. - Pero muchos son los que preguntan por esa cueva, queriendo explorarla.
Durante unos segundos mira fijamente al revolucionario, como si estuviera analizándolo en profundidad con sus ojos negros. Poco después vuelve a sonreír, esta vez con suficiencia, mientras retoma la conversación donde la había dejado:
- Si quieres que te digamos algo acerca de esa cueva debes hacer algo por nosotros. En la isla, dentro de la jungla salvaje, viven unos animales de pequeño tamaño que parecen monos, pero con unos cuernos enroscados como si de carneros se tratase. Sus cuernos son muy preciados por su utilidad en la elaboración de joyas únicas en el mundo, pero nos hemos quedado sin ellos. Necesitamos que nos traigas al menos seis cuernos.
De nuevo vuelve a hacer una pausa y a mirar detenidamente a su interlocutor, como si tratase de identificar cada una de sus reacciones a lo que va diciéndole.
- El problema radica en que es imposible cazar en la isla. No te recomiendo intentarlo si no quieres morir. Si un animal te ataca no pasa nada si te defiendes, pero si eres tú quien inicia la batalla... Debo advertirte en contra de eso. Es por eso que nos quedamos con frecuencia sin este material, sin cazar monos su obtención es muy difícil y tediosa.
Los tres piratas le miran con una expresión que inicialmente es de cansancio, pues da la sensación de que no eres el primero que les pregunta por ese lugar en los últimos días. Es probable que más de un aventurero haya intentado explorar dicha cueva desde que su existencia se hizo pública. No obstante, pronto sus ojos se tornan distintos, y sus rostros pasan a reflejar casi diversión. El hombre de la capa suelta una sonora carcajada y le responde:
- ¡Ha, ha, ha! Tienes agallas, muchacho. - El joven puede ver si se fija cómo el pirata hace un sutil gesto de aprobación. - Pero muchos son los que preguntan por esa cueva, queriendo explorarla.
Durante unos segundos mira fijamente al revolucionario, como si estuviera analizándolo en profundidad con sus ojos negros. Poco después vuelve a sonreír, esta vez con suficiencia, mientras retoma la conversación donde la había dejado:
- Si quieres que te digamos algo acerca de esa cueva debes hacer algo por nosotros. En la isla, dentro de la jungla salvaje, viven unos animales de pequeño tamaño que parecen monos, pero con unos cuernos enroscados como si de carneros se tratase. Sus cuernos son muy preciados por su utilidad en la elaboración de joyas únicas en el mundo, pero nos hemos quedado sin ellos. Necesitamos que nos traigas al menos seis cuernos.
De nuevo vuelve a hacer una pausa y a mirar detenidamente a su interlocutor, como si tratase de identificar cada una de sus reacciones a lo que va diciéndole.
- El problema radica en que es imposible cazar en la isla. No te recomiendo intentarlo si no quieres morir. Si un animal te ataca no pasa nada si te defiendes, pero si eres tú quien inicia la batalla... Debo advertirte en contra de eso. Es por eso que nos quedamos con frecuencia sin este material, sin cazar monos su obtención es muy difícil y tediosa.