Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
31-10-2024, 11:58 PM
Una sonrisa se dibujó en mis labios, solo para que un resoplido de diversión escape de mis labios ante la broma de la marine, obviamente no tenía la intención de provocar al Gobierno Mundial, si investigaba, investigaría con el mayor tacto y cuidado para evitar que la información se filtre, después de todo, al final del día, lo que más nos interesa a los investigadores y científicos es el conocimiento y se se puede hacer con este mismo, desafortunadamente eso significaba tener un nivel de curiosidad que a la entidad gobernante hegemónica no le agradaba demasiado precisamente. Sin embargo, si ellos no tienen consciencia o conocimiento de lo que las personas encuentran, entonces no hay daño ¡Por supuesto que no hay daño en investigar! Explorar, cavar, profundizar, avanzar, son conceptos y acciones importantes para las sociedades, quienes nunca se detienen, nunca dejan de crecer.
Naturalmente esto supone un problema para los gobiernos de cualquier tipo, más información, educación y aprendizaje en sí, decantan en la probabilidad cada vez más grande de una toma de conciencia por parte de quienes son gobernados y, por lo tanto, aumenta también la probabilidad de que se inicien revoluciones, protestas. El emblema de los revolucionarios vino a mi mente y la sonrisa en mi rostro se mantuvo, esta vez con una diversión más genuina que la anterior. Negué con la cabeza ante la pseudo advertencia de la sargento, agarré mi jarra de cerveza para beber un trago largo y tranquilo, sin sentirme presionado en absoluto por lo que me dijo mi actual acompañante, a fin de cuentas, no estaba prometiendo nada, por el momento.
. – Bueno, eso depende de quien te lo diga, usualmente los biólogos que se dedican a trabajos más avanzados cobran bastante bien, de momento, me estoy dedicando a tomar muestras para un futuro. –Comenté con la soltura de quien habla de algo de forma recurrente– Oh, si, soy realmente cuidadoso, no tiene nada de qué preocuparse.
Cuando la mesera se acercó, tomé mi plato de ensalada de frutas, comiendo una cucharada generosa de manzana, naranja, frutilla, duraznos, y otras frutas varias, como frambuesas, hice un sonido de satisfacción, comiendo otra cucharada mientras Anko ordenaba, el tono que utilizó me llamó un poco la atención, no dejaba de ser amable, pero, al mismo tiempo, ponía distancia con la mujer que nos estaba atendiendo, era… Curioso. Despegué mis ojos dorados relucientes hacia ella cuando me cuestionó el porqué de la mirada de la mujer respecto a mi selección de comida, decirle que ella no se sentía cómoda no con mi comida, sino con mi persona, era… Algo sencillo de hacer, realmente no tenía problema en mencionar el modo en que las demás personas se dirigían a mí, u otros.
. – Creo que mi pedido solo la desconcertó un poco, pero lo que la incomoda es mi presencia, después de todo este es un bar de marines, la mayoría de las personas que lo visitan son parte de la facción, es poco común ver a alguien entrar a un lugar así. –Mis ojos volvieron de forma fugaz y despreocupada hacia la muchacha de ropa colorida, antes de regresar donde Anko– No me molesta, bueno, lo hace, pero ya no tanto, quiero decir, viajo de un lado a otro, por lo que siempre soy el extraño, creo que reaccionaría igual si no viera a alguien de la facción que domina el bar, o a un cliente habitual, entrando en mi lugar de trabajo.
Expliqué con impasibilidad, cuando la sargento recordó el motivo original por el cual se había movilizado hasta el bar: Venderme la página de Akuma no Mi que tenía en su poder. Una página que me interesaba a la hora de investigar y pensar qué hacer con ella, después de todo no la necesitaba, pero si el interés de alguien se enfocaba en ella, con gusto me encargaría de entregarla también, por medio de negociaciones como las que estaban a punto de iniciar. Saber que no era tan valiosa no me disgustaba, el valor de algo no se mide solo por ciertos indicadores estáticos, o quizás sí, pero se vuelve aún más valioso en las manos indicadas. Si te dan un kilo de limones y tiene poca imaginación o motivación, solo harás jugo de limón, pero quien sí cuenta con las dos primeras cualidades hará limonada, pastel con ralladura de limón, pastafrola, lemon pie, y muchas otras recetas que, a título personal, no conozco.
. – Eso lo decidiré yo. –Recogí los hombros, manteniendo mi aire beatífico y sosegado, mientras extendía la mano al verla sacar la página e indicar que podía verla.
Tomé la página arrancada en mis manos enguantadas, pasando los dedos por el borde irregular que indicaba que fue extraída de un libro, que tonto era, si había una página, entonces habría un libro, pero mi duda más esencial era: Si las páginas permiten a su dueño encontrar una fruta… ¿Qué es lo que puede hacer el libro?
. – ¿Por qué dices que no es tan valiosa? –La miré con curiosidad, devolviéndole la página con cuidado– Me interesa la página, pero si considero que no es valiosa, espero que no te importe si la revendo. –Dije de forma totalmente honesta.
Naturalmente esto supone un problema para los gobiernos de cualquier tipo, más información, educación y aprendizaje en sí, decantan en la probabilidad cada vez más grande de una toma de conciencia por parte de quienes son gobernados y, por lo tanto, aumenta también la probabilidad de que se inicien revoluciones, protestas. El emblema de los revolucionarios vino a mi mente y la sonrisa en mi rostro se mantuvo, esta vez con una diversión más genuina que la anterior. Negué con la cabeza ante la pseudo advertencia de la sargento, agarré mi jarra de cerveza para beber un trago largo y tranquilo, sin sentirme presionado en absoluto por lo que me dijo mi actual acompañante, a fin de cuentas, no estaba prometiendo nada, por el momento.
. – Bueno, eso depende de quien te lo diga, usualmente los biólogos que se dedican a trabajos más avanzados cobran bastante bien, de momento, me estoy dedicando a tomar muestras para un futuro. –Comenté con la soltura de quien habla de algo de forma recurrente– Oh, si, soy realmente cuidadoso, no tiene nada de qué preocuparse.
Cuando la mesera se acercó, tomé mi plato de ensalada de frutas, comiendo una cucharada generosa de manzana, naranja, frutilla, duraznos, y otras frutas varias, como frambuesas, hice un sonido de satisfacción, comiendo otra cucharada mientras Anko ordenaba, el tono que utilizó me llamó un poco la atención, no dejaba de ser amable, pero, al mismo tiempo, ponía distancia con la mujer que nos estaba atendiendo, era… Curioso. Despegué mis ojos dorados relucientes hacia ella cuando me cuestionó el porqué de la mirada de la mujer respecto a mi selección de comida, decirle que ella no se sentía cómoda no con mi comida, sino con mi persona, era… Algo sencillo de hacer, realmente no tenía problema en mencionar el modo en que las demás personas se dirigían a mí, u otros.
. – Creo que mi pedido solo la desconcertó un poco, pero lo que la incomoda es mi presencia, después de todo este es un bar de marines, la mayoría de las personas que lo visitan son parte de la facción, es poco común ver a alguien entrar a un lugar así. –Mis ojos volvieron de forma fugaz y despreocupada hacia la muchacha de ropa colorida, antes de regresar donde Anko– No me molesta, bueno, lo hace, pero ya no tanto, quiero decir, viajo de un lado a otro, por lo que siempre soy el extraño, creo que reaccionaría igual si no viera a alguien de la facción que domina el bar, o a un cliente habitual, entrando en mi lugar de trabajo.
Expliqué con impasibilidad, cuando la sargento recordó el motivo original por el cual se había movilizado hasta el bar: Venderme la página de Akuma no Mi que tenía en su poder. Una página que me interesaba a la hora de investigar y pensar qué hacer con ella, después de todo no la necesitaba, pero si el interés de alguien se enfocaba en ella, con gusto me encargaría de entregarla también, por medio de negociaciones como las que estaban a punto de iniciar. Saber que no era tan valiosa no me disgustaba, el valor de algo no se mide solo por ciertos indicadores estáticos, o quizás sí, pero se vuelve aún más valioso en las manos indicadas. Si te dan un kilo de limones y tiene poca imaginación o motivación, solo harás jugo de limón, pero quien sí cuenta con las dos primeras cualidades hará limonada, pastel con ralladura de limón, pastafrola, lemon pie, y muchas otras recetas que, a título personal, no conozco.
. – Eso lo decidiré yo. –Recogí los hombros, manteniendo mi aire beatífico y sosegado, mientras extendía la mano al verla sacar la página e indicar que podía verla.
Tomé la página arrancada en mis manos enguantadas, pasando los dedos por el borde irregular que indicaba que fue extraída de un libro, que tonto era, si había una página, entonces habría un libro, pero mi duda más esencial era: Si las páginas permiten a su dueño encontrar una fruta… ¿Qué es lo que puede hacer el libro?
. – ¿Por qué dices que no es tan valiosa? –La miré con curiosidad, devolviéndole la página con cuidado– Me interesa la página, pero si considero que no es valiosa, espero que no te importe si la revendo. –Dije de forma totalmente honesta.