Octojin
El terror blanco
01-11-2024, 01:11 AM
Dentro de la casa abandonada, cada ruido, cada crujido en la madera, parece amplificar el peligro que acecha afuera. Intentáis andar lento y seguro, minimizando el impacto que producen vuestras pisadas. Aún así la madera suena un poco, pero por el momento no parece ser suficiente como para llamar la atención . Buscando una posición más segura, encuentras unas escaleras que llevan a un sótano oscuro y estrecho. Con una rápida mirada hacia el tipo fornido, ambos os entendéis sin palabras; el sótano será el mejor escondite. Sin perder tiempo, descendéis con pasos cautelosos.
—Aquí estaremos bien —dice tu acompañante, con voz baja y seria—. Solo necesitamos llegar al muelle. Tengo un plan de escape, pero… debemos salir vivos de aquí.
Os escondéis, respirando en silencio mientras calculáis vuestros próximos movimientos. La verdad es que tenéis una ventana de tiempo que podéis aprovechar. Los minutos pasan lentamente, y la espera se vuelve interminable. La herida en tu muslo sigue latiendo, un recordatorio constante del peligro al que os enfrentáis. Quizás posicionarse estratégicamente en el sótano sea lo mejor; si los marines bajan, podríais atacarlos por sorpresa, como parece que es tu plan.
El silencio se vuelve tedioso y la tensión se incrementa hasta que, finalmente, escucháis pasos cada vez más cerca. Esa madera que chirría con cada paso os viene bastante bien ahora. Dos marines novatos descienden las escaleras con linternas temblorosas, sus movimientos son inseguros y cargados de unas tremendas ganas por no ver nada sospechoso. Parecen estar nerviosos, quizás conscientes de que algo acecha en la penumbra. Los observas con calma, hasta el momento preciso en que te lanzas sobre uno de ellos.
Tus dos ataques son certeros y rápidos, y el marine cae inconsciente al suelo, perdiendo una cantidad considerable de sangre. Al otro novato lo atrapa tu fornido compañero, quien con una llave de asfixia lo deja inconsciente en cuestión de segundos. El cuerpo del segundo marine se desploma también, y el silencio regresa al sótano. Ambos habéis ejecutado la emboscada con precisión, pero la situación sigue siendo peligrosa. Ha sido un ataque rápido, eficaz y, sin duda silencioso.
El plan ha salido bien, por ahora, pero sabes que en cualquier momento alguien se dará cuenta de que faltan dos marines y rastrearán la casa. Con los marines inconscientes a vuestros pies, miras a tu acompañante, que parece que no tiene un plan marcado más allá del que te ha comentado sobre ir al muelle, algo que ahora mismo parece totalmente inviable con tanto marine cerca. El siguiente movimiento debe ser decisivo. ¿Qué harás?
—Aquí estaremos bien —dice tu acompañante, con voz baja y seria—. Solo necesitamos llegar al muelle. Tengo un plan de escape, pero… debemos salir vivos de aquí.
Os escondéis, respirando en silencio mientras calculáis vuestros próximos movimientos. La verdad es que tenéis una ventana de tiempo que podéis aprovechar. Los minutos pasan lentamente, y la espera se vuelve interminable. La herida en tu muslo sigue latiendo, un recordatorio constante del peligro al que os enfrentáis. Quizás posicionarse estratégicamente en el sótano sea lo mejor; si los marines bajan, podríais atacarlos por sorpresa, como parece que es tu plan.
El silencio se vuelve tedioso y la tensión se incrementa hasta que, finalmente, escucháis pasos cada vez más cerca. Esa madera que chirría con cada paso os viene bastante bien ahora. Dos marines novatos descienden las escaleras con linternas temblorosas, sus movimientos son inseguros y cargados de unas tremendas ganas por no ver nada sospechoso. Parecen estar nerviosos, quizás conscientes de que algo acecha en la penumbra. Los observas con calma, hasta el momento preciso en que te lanzas sobre uno de ellos.
Tus dos ataques son certeros y rápidos, y el marine cae inconsciente al suelo, perdiendo una cantidad considerable de sangre. Al otro novato lo atrapa tu fornido compañero, quien con una llave de asfixia lo deja inconsciente en cuestión de segundos. El cuerpo del segundo marine se desploma también, y el silencio regresa al sótano. Ambos habéis ejecutado la emboscada con precisión, pero la situación sigue siendo peligrosa. Ha sido un ataque rápido, eficaz y, sin duda silencioso.
El plan ha salido bien, por ahora, pero sabes que en cualquier momento alguien se dará cuenta de que faltan dos marines y rastrearán la casa. Con los marines inconscientes a vuestros pies, miras a tu acompañante, que parece que no tiene un plan marcado más allá del que te ha comentado sobre ir al muelle, algo que ahora mismo parece totalmente inviable con tanto marine cerca. El siguiente movimiento debe ser decisivo. ¿Qué harás?