Teruyoshi
Teru
01-11-2024, 09:22 PM
Teruyoshi ronroneó contento ante la respuesta de Gretta. El mink al fin había encontrado un alma afín después de tanto viajar. Alguien peludo y blandito que siempre esté dispuesto a una pelea o juerga en condiciones.
- Esto es vida - pensó regocijándose en su buena suerte mientras Juuken y Goku tenían una conversación de besugos. Habían comenzado a hablar uno encima del otro, haciendo que la conversación se volviera inentendible hasta que el espadachín se calló... aunque Teruyoshi hubiera preferido que no fuera así, ya que, tras la afirmación de Goku de ser parte del Gobierno Mundial, lo cual quedó completamente en segundo plano, ya que comenzó a meterse con él y con su comida. Sucio macaco.
- ¡Pero cómo eres tan ignorante, mono estúpido! - gritó el mink mientras se ponía de pie de golpe, como si de un resorte se tratara, sobre el hombro izquierdo de Gretta. El pelaje del mink se erizó mientras fulminaba con sus pupilas rasgadas a quien había osado ofender su cocina sin motivo alguno. - ¡Se llama sushi, inepto! - prosiguió, señalando con dedo acusador. - Si tienes el paladarrr de un niño de cinco años no es culpa mía, así que espero que te pille tu papi y te meta porrr el culo una de esas frrrutas que tanto te gustan - acabó, transformando el gesto de señalar en un corte de mangas. - La prrróxima vez te va a cocinar la orrrca.
Al mink le habían molestado las palabras de Goku. Su comida era su orgullo y se esmeraba siempre que tenía que cocinar para cualquiera de ellos. El gato se había enterado por Gretta que antes tenían a otro cocinero en su lugar al que todos tenían bastante cariño, por lo que Teruyoshi se esforzaba el doble en cada comida que hacía para intentar que la falta del mismo no se notara tanto… aunque la próxima vez que el mink tuviese que cocinarle algo a Goku iría con sorpresa. Eso seguro.
Tras hablar, volvió a su sitio favorito. No era su lugar preferido porque molestara al simio, sino porque era el mejor lugar del mundo que conocía. Comenzó a amasar el precioso pelaje de Gretta a la altura de los hombros en un intento de calmar su mal humor. Teruyoshi no se esperaba aquel ataque por parte de su nakama, menos aún cuando había sido el primero ofrecerle una pata amiga al enterarse de que querían matarlo, pero aún así había salido con ataques personales hacia él cuando no había hecho nada más que intentar integrarse lo mejor posible.
Por suerte para Teruyoshi Goku no tardó en volver a dejar atrás al grupo, volviendo a su hábitat natural. El mink deseó que se resbalara y se decalabrara, aunque si era verdad lo que decían el resto de sus nakamas, este no podía morir… aunque Teruyoshi solo tenía ganas de comprobarlo con sus propias zarpas. - Una noche lo ato y lo tiro por la borrrda del barrrco - pensó mientras lo veía adentrarse en la espesa arboleda.
Mientras Teruyoshi pensaba distintas formas de devolverle aquella ofensa a Goku, fue cortado repentinamente por una especie de rugido. Provenía desde el interior de la selva e hizo retumbar todo por momentos. Parecía que el grupo había llegado a la zona de una bestia salvaje y Teruyoshi, a pesar de la situación, solo pudo alegrarse por ello. Si se topaban con el bicho que andaba gritando podría liberar su frustración a golpes con algo.
- Lo que sea parece estarrr de peorrr humorrr que yo - dijo el mink al resto de sus nakamas, los cuales esperaba que no se pusieran de parte del mono pelón y también lo atacaran. - ¿Vamos a verrr lo que es y le pateamos el culo? - preguntó directamente a Juuken, pidiéndoselo por favor con la mirada. - Ahora mismo necesito desquitarrrme con algo - y sin más preámbulos dio un salto de Gretta hacia el suelo, cayendo con la elegancia felina que lo caracterizaba y se colocó al lado de Juuken para proseguir la caminata a su lado. - O prefieres que vayamos a investigarrr sobre el padre de Goku. Lo mataría porrr lo que ha dicho… pero tampoco quiero que nadie me quite a mi presa - diría mientras se lamía la zarpa izquierda y se la pasaba por la oreja del mismo lado.
- Esto es vida - pensó regocijándose en su buena suerte mientras Juuken y Goku tenían una conversación de besugos. Habían comenzado a hablar uno encima del otro, haciendo que la conversación se volviera inentendible hasta que el espadachín se calló... aunque Teruyoshi hubiera preferido que no fuera así, ya que, tras la afirmación de Goku de ser parte del Gobierno Mundial, lo cual quedó completamente en segundo plano, ya que comenzó a meterse con él y con su comida. Sucio macaco.
- ¡Pero cómo eres tan ignorante, mono estúpido! - gritó el mink mientras se ponía de pie de golpe, como si de un resorte se tratara, sobre el hombro izquierdo de Gretta. El pelaje del mink se erizó mientras fulminaba con sus pupilas rasgadas a quien había osado ofender su cocina sin motivo alguno. - ¡Se llama sushi, inepto! - prosiguió, señalando con dedo acusador. - Si tienes el paladarrr de un niño de cinco años no es culpa mía, así que espero que te pille tu papi y te meta porrr el culo una de esas frrrutas que tanto te gustan - acabó, transformando el gesto de señalar en un corte de mangas. - La prrróxima vez te va a cocinar la orrrca.
Al mink le habían molestado las palabras de Goku. Su comida era su orgullo y se esmeraba siempre que tenía que cocinar para cualquiera de ellos. El gato se había enterado por Gretta que antes tenían a otro cocinero en su lugar al que todos tenían bastante cariño, por lo que Teruyoshi se esforzaba el doble en cada comida que hacía para intentar que la falta del mismo no se notara tanto… aunque la próxima vez que el mink tuviese que cocinarle algo a Goku iría con sorpresa. Eso seguro.
Tras hablar, volvió a su sitio favorito. No era su lugar preferido porque molestara al simio, sino porque era el mejor lugar del mundo que conocía. Comenzó a amasar el precioso pelaje de Gretta a la altura de los hombros en un intento de calmar su mal humor. Teruyoshi no se esperaba aquel ataque por parte de su nakama, menos aún cuando había sido el primero ofrecerle una pata amiga al enterarse de que querían matarlo, pero aún así había salido con ataques personales hacia él cuando no había hecho nada más que intentar integrarse lo mejor posible.
Por suerte para Teruyoshi Goku no tardó en volver a dejar atrás al grupo, volviendo a su hábitat natural. El mink deseó que se resbalara y se decalabrara, aunque si era verdad lo que decían el resto de sus nakamas, este no podía morir… aunque Teruyoshi solo tenía ganas de comprobarlo con sus propias zarpas. - Una noche lo ato y lo tiro por la borrrda del barrrco - pensó mientras lo veía adentrarse en la espesa arboleda.
Mientras Teruyoshi pensaba distintas formas de devolverle aquella ofensa a Goku, fue cortado repentinamente por una especie de rugido. Provenía desde el interior de la selva e hizo retumbar todo por momentos. Parecía que el grupo había llegado a la zona de una bestia salvaje y Teruyoshi, a pesar de la situación, solo pudo alegrarse por ello. Si se topaban con el bicho que andaba gritando podría liberar su frustración a golpes con algo.
- Lo que sea parece estarrr de peorrr humorrr que yo - dijo el mink al resto de sus nakamas, los cuales esperaba que no se pusieran de parte del mono pelón y también lo atacaran. - ¿Vamos a verrr lo que es y le pateamos el culo? - preguntó directamente a Juuken, pidiéndoselo por favor con la mirada. - Ahora mismo necesito desquitarrrme con algo - y sin más preámbulos dio un salto de Gretta hacia el suelo, cayendo con la elegancia felina que lo caracterizaba y se colocó al lado de Juuken para proseguir la caminata a su lado. - O prefieres que vayamos a investigarrr sobre el padre de Goku. Lo mataría porrr lo que ha dicho… pero tampoco quiero que nadie me quite a mi presa - diría mientras se lamía la zarpa izquierda y se la pasaba por la oreja del mismo lado.