Vesper Chrome
Medical Fortress
02-11-2024, 07:28 PM
(Última modificación: 02-11-2024, 07:30 PM por Vesper Chrome.)
Tras tomar el pañuelo, y obtener unos recuerdos incompletos de haber visto con anterioridad a alguien que llevaba uno muy parecido a ese, he decidido tomar la decisión de seguir el camino de la izquierda, probablemente allí encuentre a la chica que estoy buscando además, estoy bastante seguro que si ayer hice ese montón de cosas que dice la gente probablemente haya sido Vyper y no yo, quizá alguien del público, o alguien que conoce mis conocimientos médicos mencionó la palabra prohibida para mí, aunque no estoy claro del todo, el alcohol, el cambio de personalidad, son cosas que yo no debería mezclar jamás.
Tras continuar por el dichoso camino no observe nada muy extraño en el mismo hasta que podría visualizar lo que parecía ser una cabaña o una casa, diferente al resto, y sobre todo alejada del resto, a simple vista se podía observar que la misma tiene la puerta entreabierta, la curiosidad no deja de punzar mi pecho y al acercarme cada vez mas fui capaz de escuchar ruidos, gritos mas bien.
Con cada paso, la sensación de inquietud se hace más fuerte, y el impulso de averiguar qué sucede en esa casa aislada se convierte en algo casi inevitable. Los gritos que provienen de dentro son de una intensidad que hiela la sangre, como si alguien estuviera atrapado en una situación desesperada. La imagen del pañuelo rojo revolotea en mi mente, y con ella, fragmentos confusos de recuerdos de anoche. No puedo evitar preguntarme si Vyper se involucró en algo más profundo de lo que esperaba o, peor aún, si alguien está ahora en problemas por alguna acción suya.
Al empujar suavemente la puerta, trato de no hacer ruido mientras ingreso a la penumbra de la casa. El interior está sumido en sombras, apenas iluminado por pequeños rayos de luz que se filtran a través de las ventanas empolvadas. El aire está cargado con un aroma penetrante a madera húmeda y hierbas secas, mezclado con un olor metálico que me pone en alerta. Los gritos son más claros ahora, resonando desde una habitación más al fondo. Es imposible distinguir palabras, pero la intensidad y la desesperación en las voces son inconfundibles.
Mis sentidos se afinan, y mi respiración se vuelve más silenciosa mientras avanzo un poco más. Me quedo quieto, escuchando con atención y tratando de descifrar el contexto de esta discusión. Tal vez este sea el momento adecuado para tomar una acción decisiva, o quizás aún necesite más información antes de arriesgarme a revelar mi presencia. En cualquier caso, tengo claro que no puedo simplemente dar la vuelta y marcharme; hay algo en el ambiente que me hace sentir que alguien aquí necesita ayuda. Me parece que soy pésimo como pirata, no puedo evitar ayudar a alguien que lo necesite, y quizás, solo quizás, lo que suceda aquí, puede que tenga algo que ver con aquella situación de hace años...
Tras continuar por el dichoso camino no observe nada muy extraño en el mismo hasta que podría visualizar lo que parecía ser una cabaña o una casa, diferente al resto, y sobre todo alejada del resto, a simple vista se podía observar que la misma tiene la puerta entreabierta, la curiosidad no deja de punzar mi pecho y al acercarme cada vez mas fui capaz de escuchar ruidos, gritos mas bien.
Con cada paso, la sensación de inquietud se hace más fuerte, y el impulso de averiguar qué sucede en esa casa aislada se convierte en algo casi inevitable. Los gritos que provienen de dentro son de una intensidad que hiela la sangre, como si alguien estuviera atrapado en una situación desesperada. La imagen del pañuelo rojo revolotea en mi mente, y con ella, fragmentos confusos de recuerdos de anoche. No puedo evitar preguntarme si Vyper se involucró en algo más profundo de lo que esperaba o, peor aún, si alguien está ahora en problemas por alguna acción suya.
Al empujar suavemente la puerta, trato de no hacer ruido mientras ingreso a la penumbra de la casa. El interior está sumido en sombras, apenas iluminado por pequeños rayos de luz que se filtran a través de las ventanas empolvadas. El aire está cargado con un aroma penetrante a madera húmeda y hierbas secas, mezclado con un olor metálico que me pone en alerta. Los gritos son más claros ahora, resonando desde una habitación más al fondo. Es imposible distinguir palabras, pero la intensidad y la desesperación en las voces son inconfundibles.
Mis sentidos se afinan, y mi respiración se vuelve más silenciosa mientras avanzo un poco más. Me quedo quieto, escuchando con atención y tratando de descifrar el contexto de esta discusión. Tal vez este sea el momento adecuado para tomar una acción decisiva, o quizás aún necesite más información antes de arriesgarme a revelar mi presencia. En cualquier caso, tengo claro que no puedo simplemente dar la vuelta y marcharme; hay algo en el ambiente que me hace sentir que alguien aquí necesita ayuda. Me parece que soy pésimo como pirata, no puedo evitar ayudar a alguien que lo necesite, y quizás, solo quizás, lo que suceda aquí, puede que tenga algo que ver con aquella situación de hace años...