Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
03-11-2024, 05:14 AM
Apreté ligeramente los dientes, cuadrando mi mandíbula, tenía buenos motivos para desear atrapar al ladronzuelo, ya no se trataba solo de la lana, sino de los límites que establezco y su deseo por traspasarlos, probablemente su ingenio me agradaría de no habernos conocido en circunstancias como las actuales, sin embargo, los “¿Y si…?” no tenían lugar en este momento, no cuando lo estaba persiguiendo por las calles del pueblo con tal de recuperar lo que es mío. Tenía suficiente voluntad como para continuar hasta atraparlo o derribarlo, prefería que no fuese el segundo caso, ya que matar no era la mejor opción frente al público, especialmente en una isla como la Isla Kilombo que mantenía una base de marines y, si bien la venganza entra dentro de mis posibilidades, soy capaz de masticar vidrio, pero no soy tan tonto como para tragarlo.
Con un poderoso batir de mis alas me acerqué rápidamente al techo que se encontraba recorriendo, cuando el moreno se arrojó al callejón que separaba los dos edificios, debía ser suficientemente resistente como para caer desde tal altura. Aterricé sin prisa ni pausa sobre el techo, siguiendo sus movimientos con ojos atentos, ah, intentaría perderme entre la multitud, pero tenía una muy buena idea de cómo evitar que escape, simple y sencilla. Me puse en cuclillas, cortando distancia con el extremo del edificio que daba a la calle y no al callejón mientras seguía los pasos del humano, dejé que mis alas se relajen y deslicen detrás de mí, evitando que me viera. Lo seguí por las calles que tomó, alejándome ocasionalmente del borde de los tejados para no ser descubierto, era complicado perderle la pista a una persona que destaca tanto.
Especialmente a alguien que lleva un sombrero de copa con calaveras. Accesorios notorios.
La pluma roja en su sombrero también era una buena forma de ubicarlo. Cuando las calles se volvieron nuevamente techadas, sonreí brevemente, incluso si eran techadas, aún podía seguirle la pista, los agujeros en algunas de las telas dejaban pasar la luz y, por lo tanto, ver que había dentro, y con la visión aumentada encontrar la pluma roja y el montón de calaveras no fue realmente complicado. Me mantuve encima de los tejados, sin perderle la pista al tener vía libre, no había peatones que obstaculicen mi paso, así que simplemente debía saltar de un techo a otro, usando mis alas para darme un ligero impulso, lo cual casi no sucedía, ya que la mayoría de los edificios por los que estaba intentando escapar no estaban lo suficientemente separados para ello.
Cuando entró en un almacén chasqueé la lengua disgustado, estaba esperando que lo siguiera a pie, lo cual no tenía intención de hacer, alcé vuelo desde el tejado, él tampoco podría verme al estar dentro de la construcción, por ello registré que solo había cuatro salidas, dos por los laterales y otras dos por los extremos. Descendí en la techumbre del edificio manteniéndome unos cinco metros en el aire y comencé a dar vueltas en círculos sobre este, vigilando las cuatro entradas con detenimiento.
. – Veamos por donde sale el ratón…
Con un poderoso batir de mis alas me acerqué rápidamente al techo que se encontraba recorriendo, cuando el moreno se arrojó al callejón que separaba los dos edificios, debía ser suficientemente resistente como para caer desde tal altura. Aterricé sin prisa ni pausa sobre el techo, siguiendo sus movimientos con ojos atentos, ah, intentaría perderme entre la multitud, pero tenía una muy buena idea de cómo evitar que escape, simple y sencilla. Me puse en cuclillas, cortando distancia con el extremo del edificio que daba a la calle y no al callejón mientras seguía los pasos del humano, dejé que mis alas se relajen y deslicen detrás de mí, evitando que me viera. Lo seguí por las calles que tomó, alejándome ocasionalmente del borde de los tejados para no ser descubierto, era complicado perderle la pista a una persona que destaca tanto.
Especialmente a alguien que lleva un sombrero de copa con calaveras. Accesorios notorios.
La pluma roja en su sombrero también era una buena forma de ubicarlo. Cuando las calles se volvieron nuevamente techadas, sonreí brevemente, incluso si eran techadas, aún podía seguirle la pista, los agujeros en algunas de las telas dejaban pasar la luz y, por lo tanto, ver que había dentro, y con la visión aumentada encontrar la pluma roja y el montón de calaveras no fue realmente complicado. Me mantuve encima de los tejados, sin perderle la pista al tener vía libre, no había peatones que obstaculicen mi paso, así que simplemente debía saltar de un techo a otro, usando mis alas para darme un ligero impulso, lo cual casi no sucedía, ya que la mayoría de los edificios por los que estaba intentando escapar no estaban lo suficientemente separados para ello.
Cuando entró en un almacén chasqueé la lengua disgustado, estaba esperando que lo siguiera a pie, lo cual no tenía intención de hacer, alcé vuelo desde el tejado, él tampoco podría verme al estar dentro de la construcción, por ello registré que solo había cuatro salidas, dos por los laterales y otras dos por los extremos. Descendí en la techumbre del edificio manteniéndome unos cinco metros en el aire y comencé a dar vueltas en círculos sobre este, vigilando las cuatro entradas con detenimiento.
. – Veamos por donde sale el ratón…