Juuken
Juuken
03-11-2024, 06:13 PM
Intercedes al tigre que iba a por tu nuevo mejor amigo por y para siempre. Notas sus garras aferrándote directamente en el torso, clavándote fuertemente los colmillos. Un ataque que no iba dirigido directamente hacia tí, sin embargo decidiste ayudar a esa bestia blanca, sin saber exactamente qué era ni por qué estaba ahí. Sin embargo, te había caído en gracia.
Le lanzas una gran acometida hacia la bestia que le provoca un gran daño y dolor directo que le hace salir despedido un par de metros hacia atrás, lo escuchas quejarse y lanzar un grave gruñido de dolor directo, no obstante tu atención en estos momento es está centrada en la otra criatura que has visto nada más girarte.
Ves que tu nuevo mejor amigo, Sunōfurēku, está tendido en el suelo y hay otro tigre como el que acabas de golpear a punto de propinarle un fuerte mordisco en el cuello al pobre chiquitín. Justamente cuando sus colmillos están a punto de llegar a clavarse en la yugular del tigre quimera, llegas tú en un heróico movimiento, donde le sujetas del rabo y le arrastras, haciendo que golpee contra el suelo en dirección opuesta, para acto seguido continuar haciéndole golpear contra otras partes del terrano, sin embargo notas que no se queja de ninguno de los golpes que le das.
Finalmente decides lanzarlo hacia el carromato que estaba destartalado en el terreno, pero no llegó a chocar. Con una gran agilidad felina, de la cual tienes bastante conocimiento por razones obvias, ves cómo ese tigre cae justamente con las patas, en un perfecto aterrizaje. Te mira mostrando unos incisivos y colmillos bastante amenazadores, tal vez lo serían más si no estuvieras viendo a su otro compañero levantarse costosamente, sin poder apoyar una de sus patas. Están bastante rabiosos.
El segundo tigre emite un portentoso rugido que retumba por todas partes, incluso hace algo de eco. El primer tigre está de pie, y aunque esta algo dolorido se plante nuevamente frente a tí. Acto seguido ambos tigres se lanzan a por tí, parece que a partir de este momento, si te consideran como un verdadero enemigo a tener en cuenta.
Le lanzas una gran acometida hacia la bestia que le provoca un gran daño y dolor directo que le hace salir despedido un par de metros hacia atrás, lo escuchas quejarse y lanzar un grave gruñido de dolor directo, no obstante tu atención en estos momento es está centrada en la otra criatura que has visto nada más girarte.
Ves que tu nuevo mejor amigo, Sunōfurēku, está tendido en el suelo y hay otro tigre como el que acabas de golpear a punto de propinarle un fuerte mordisco en el cuello al pobre chiquitín. Justamente cuando sus colmillos están a punto de llegar a clavarse en la yugular del tigre quimera, llegas tú en un heróico movimiento, donde le sujetas del rabo y le arrastras, haciendo que golpee contra el suelo en dirección opuesta, para acto seguido continuar haciéndole golpear contra otras partes del terrano, sin embargo notas que no se queja de ninguno de los golpes que le das.
Finalmente decides lanzarlo hacia el carromato que estaba destartalado en el terreno, pero no llegó a chocar. Con una gran agilidad felina, de la cual tienes bastante conocimiento por razones obvias, ves cómo ese tigre cae justamente con las patas, en un perfecto aterrizaje. Te mira mostrando unos incisivos y colmillos bastante amenazadores, tal vez lo serían más si no estuvieras viendo a su otro compañero levantarse costosamente, sin poder apoyar una de sus patas. Están bastante rabiosos.
El segundo tigre emite un portentoso rugido que retumba por todas partes, incluso hace algo de eco. El primer tigre está de pie, y aunque esta algo dolorido se plante nuevamente frente a tí. Acto seguido ambos tigres se lanzan a por tí, parece que a partir de este momento, si te consideran como un verdadero enemigo a tener en cuenta.