Kael
El Fantasma del Mar
04-11-2024, 02:15 AM
Había transcurrido casi un mes desde la noche en que, consumido por la ira y la rabia, tomó una de las decisiones más devastadoras de su vida: confrontar a los asaltantes que habían intentado robar un barco en el puerto de Oykot. Mi objetivo era noble o al menos eso pensaba, salvar el reino que tanto amaba de la avaricia de gente que seguramente que ni fuera de la isla. Sin embargo, mi temeraria acción resultó en unos acontecimientos que no había esperado. Al atacar el barco, había matado a quienes creía que eran los culpables, pero me di cuenta demasiado tarde de que muchos eran ciudadanos inocentes atrapados en el caos o contratados para un trabajo que pensaban que era inofensivo y dinero rápido.
El peso de mi arrepentimiento me presionaba el pecho por las noches. Ni una sola noche había pasado sin recordar las miradas aterrorizadas de aquellos que apenas intentaban sobrevivir. No era un monstruo, pero mis manos estaban manchadas de sangre que no podía limpiar. La rabia lo había cegado, y ahora esa misma rabia se convertía en un monstruo que lo devoraba desde adentro.
Me preguntaba a menudo cómo habría sido la situación si hubiera optado por la diplomacia, por persuadir a las autoridades del reino en actuar en lugar de dejarme llevar por la violencia. Sabía que el tiempo no podría deshacer lo que había hecho, pero deseaba con fervor poder cambiar su enfoque, desearía haber tomado un camino diferente. No me arrepentía de lo que había hecho. No del todo al menos.
Después de mucho meditar, decidí que debía actuar. No se podía permitir que esa culpa lo consumiera, tenía que intentar ser mejor, de no volver a cometer cosas así en el futuro.
El peso de mi arrepentimiento me presionaba el pecho por las noches. Ni una sola noche había pasado sin recordar las miradas aterrorizadas de aquellos que apenas intentaban sobrevivir. No era un monstruo, pero mis manos estaban manchadas de sangre que no podía limpiar. La rabia lo había cegado, y ahora esa misma rabia se convertía en un monstruo que lo devoraba desde adentro.
Me preguntaba a menudo cómo habría sido la situación si hubiera optado por la diplomacia, por persuadir a las autoridades del reino en actuar en lugar de dejarme llevar por la violencia. Sabía que el tiempo no podría deshacer lo que había hecho, pero deseaba con fervor poder cambiar su enfoque, desearía haber tomado un camino diferente. No me arrepentía de lo que había hecho. No del todo al menos.
Después de mucho meditar, decidí que debía actuar. No se podía permitir que esa culpa lo consumiera, tenía que intentar ser mejor, de no volver a cometer cosas así en el futuro.