Atlas
Nowhere | Fénix
04-11-2024, 12:40 PM
No podía llegar a entender cómo incluso una persona en teoría formada e instruida como el alcalde podía llegar a la conclusión de que la mejor solución era meter la mierda debajo de la alfombra. Era evidente —si no me estaba mintiendo otra vez, claro— que era su investigación lo que había traído todos los problemas al pueblo, pero evitar ese hecho y no comunicárselo a las personas cuya ayuda solicitaba no sólo era una estupidez, sino que era contraproducente. Sabiendo qué demonios era lo que querían los Piratas de Sentis habríamos sido capaces de llevar a cabo una estrategia mucho más eficiente y apropiada. Bueno, uno nunca sabía hasta qué punto la podían cagar según qué oficiales que habían llegado a su puesto de una manera tan milagrosa como inexplicable, pero al menos habría más posibilidades de que actuasen adecuadamente.
De cualquier modo, una vez parecía haberse abierto a mí no era el momento de seguir hundiendo la daga. Por el contrario decidí rebajar el tono e intentar terminar de perfilar la información que acababa de obtener. No había mencionado nada con respecto al laboratorio y los experimentos con humanos en su respuesta a pesar de que yo había aludido claramente a ello. Quería pensar que semejantes métodos no podían haber salido de la cabeza del alcalde, pero tampoco podía darlo por sentado. Con la foto en la mano, di lentamente la vuelta en torno a la mesa hasta posicionarme junto al hombre. Lo hice con naturalidad y procurando no demostrar ningún tipo de intención hostil hacia él. En ocasiones había que poner las cartas sobre la mesa, descubiertas y bien a la vista, pero bajo ningún concepto estaba buscando que aquel tipo me tuviese miedo de manera permanente ni muchísimo menos.
Caminé sin dejar de mirar la foto, intentando valorar si aquella mujer me recordaba de algún modo a la cautiva-bestia que custodiaba el laboratorio. Hablando del laboratorio:
—¿Y qué me dice del laboratorio, alcalde? —continué preguntando en un tono más calmado—. Allí... había sangre, mucha sangre. Y cadáveres. Estaban realizando experimentos con humanos. ¿Tiene algo que ver con eso? —Aun si estuviese relacionado no esperaba que me lo confirmase sin más, pero sí que esperaba poder leer en él algún tipo de reacción. Al margen de eso, conforme hablábamos había podido percibir que algo se movía bajo nosotros, aproximándose de una forma que no me terminaba de convencer. Preparado para lo que fuese, realicé mi última pregunta tras dirigir una nueva y breve mirada al ama de llaves—. ¿Qué hay debajo de nosotros, alcalde? ¿Qué tiene debajo de su despacho? Me parece que algo se acerca.
Mientras hablaba, no podía evitar pensar paralelamente en la propia investigación en sí. Si ese hombre había sido capaz de producir semejante compuesto allí en medio de un sencillo pueblo costero, ¿qué podría hacer con los recursos apropiados? Tal vez "desaprovechado" no fuese la mejor palabra para describirle, pero estaba claro que en cierto modo era una lástima que una mente tan brillante estuviese apartada de todo su potencial. También era importante señalar, claro, que había continuado con su investigación a pesar de reconocer a la perfección las implicaciones que podría tener. No sería el primer ni el último genio o investigador en la historia que se veía inmerso en esa dicotomía. Tampoco sería el primer invento o avance científico concebido de una manera determinada y posteriormente pervertido para conseguir un resultado diferente al de su concepción.
Saltaba a la vista que el debate moral con respecto a los hallazgos del alcalde era intenso y de difícil resolución. La posibilidad de crear autómatas en combate estaba ahí, por supuesto, y era algo que debía ser evitado a toda costa. Por otro lado, no obstante, con tener unas cuantas neuronas era suficiente para darse cuenta de que la cantidad de aplicaciones beneficiosas que podría tener la elatrinina era inmensa. ¿Dónde estaba la frontera? ¿Cómo se podía regular? Siempre cabía la posibilidad de hacer como que aquello no existía, confiscar la investigación del alcalde y quemarlo todo, así como prohibirle reanudarla... pero ¿estaba eso bien?
De cualquier modo, una vez parecía haberse abierto a mí no era el momento de seguir hundiendo la daga. Por el contrario decidí rebajar el tono e intentar terminar de perfilar la información que acababa de obtener. No había mencionado nada con respecto al laboratorio y los experimentos con humanos en su respuesta a pesar de que yo había aludido claramente a ello. Quería pensar que semejantes métodos no podían haber salido de la cabeza del alcalde, pero tampoco podía darlo por sentado. Con la foto en la mano, di lentamente la vuelta en torno a la mesa hasta posicionarme junto al hombre. Lo hice con naturalidad y procurando no demostrar ningún tipo de intención hostil hacia él. En ocasiones había que poner las cartas sobre la mesa, descubiertas y bien a la vista, pero bajo ningún concepto estaba buscando que aquel tipo me tuviese miedo de manera permanente ni muchísimo menos.
Caminé sin dejar de mirar la foto, intentando valorar si aquella mujer me recordaba de algún modo a la cautiva-bestia que custodiaba el laboratorio. Hablando del laboratorio:
—¿Y qué me dice del laboratorio, alcalde? —continué preguntando en un tono más calmado—. Allí... había sangre, mucha sangre. Y cadáveres. Estaban realizando experimentos con humanos. ¿Tiene algo que ver con eso? —Aun si estuviese relacionado no esperaba que me lo confirmase sin más, pero sí que esperaba poder leer en él algún tipo de reacción. Al margen de eso, conforme hablábamos había podido percibir que algo se movía bajo nosotros, aproximándose de una forma que no me terminaba de convencer. Preparado para lo que fuese, realicé mi última pregunta tras dirigir una nueva y breve mirada al ama de llaves—. ¿Qué hay debajo de nosotros, alcalde? ¿Qué tiene debajo de su despacho? Me parece que algo se acerca.
Mientras hablaba, no podía evitar pensar paralelamente en la propia investigación en sí. Si ese hombre había sido capaz de producir semejante compuesto allí en medio de un sencillo pueblo costero, ¿qué podría hacer con los recursos apropiados? Tal vez "desaprovechado" no fuese la mejor palabra para describirle, pero estaba claro que en cierto modo era una lástima que una mente tan brillante estuviese apartada de todo su potencial. También era importante señalar, claro, que había continuado con su investigación a pesar de reconocer a la perfección las implicaciones que podría tener. No sería el primer ni el último genio o investigador en la historia que se veía inmerso en esa dicotomía. Tampoco sería el primer invento o avance científico concebido de una manera determinada y posteriormente pervertido para conseguir un resultado diferente al de su concepción.
Saltaba a la vista que el debate moral con respecto a los hallazgos del alcalde era intenso y de difícil resolución. La posibilidad de crear autómatas en combate estaba ahí, por supuesto, y era algo que debía ser evitado a toda costa. Por otro lado, no obstante, con tener unas cuantas neuronas era suficiente para darse cuenta de que la cantidad de aplicaciones beneficiosas que podría tener la elatrinina era inmensa. ¿Dónde estaba la frontera? ¿Cómo se podía regular? Siempre cabía la posibilidad de hacer como que aquello no existía, confiscar la investigación del alcalde y quemarlo todo, así como prohibirle reanudarla... pero ¿estaba eso bien?
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
No Aprendida
9
2
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]