Juuken
Juuken
04-11-2024, 11:46 PM
Comienzas a avanzar, pero conforme das el primer paso, a tu espalda notas, a la lejanía, una nueva presencia que se está aproximando. Comienzas a avanzar, esa presencia está demasiado lejos, y podría ser cualquier cosa. La vegetación es bastante frondosa y hay ocasiones donde te cuesta avanzar un poco. Tu haki de vez en cuando te avisa de nuevas presencias, pero se trata de aves, criaturas que aparecen y desaparecen. Al fin y al cabo estás en un área bastante poblada de animales, e incluso llegas a perder la localización de cualquier criatura que puedas intentar fijarte. Demasiadas presencias, un rango bastante amplio el que detectas.
Continuas avanzando, de vez en cuando escuchas el canto de algún ave, un graznido, alguna pequeña alimaña se cruza en tu camino más adelante, pero no tarda en huir despavorida al ver semejante bicho como tú, caminar por el bosque cargando bajo el brazo esa criatura, la cual ya hás podido comprobar lo tremendamente agresiva que puede llegar a ser. Un peligro de cuidado, desde luego.
Conforme vas avanzando, el terreno se vuelve más escarpado, más inclinado, llegas a la ladera de la montaña y tienes dos opciones, o bien la rodeas, o bien intentas ponerte a escalarla, aunque cargando a esa pobre criatura lo tienes complicado, por no decir casi imposible, poder cargarla e ir avanzando. ¿Y si a mitad de escalada se despierta? Tal vez se retuerza, te haga perder el equilibrio y caigas desde lo más alto, eso podría tener consecuencias fatales, por otro lado también podría morderte. A fin de cuentas, tú le has pegado una buena patada antes, igual te lo quiera devolver, y aunque es un cachorro, un mordisco de esos duele.
Eso deja la decisión de rodear bastante clara. Aunque también podrías dejar al tigre bebé ahí, solito y desamparado, a merced de los carroñeros que rondan por la zona. Hay tantas presencias que van apareciendo que no eres capaz de reconocer qué es qué entre tantas cosas. Es lo normal en medio de una selva. Por fortuna para tí, conforme miras hacia un lado, entre los árboles, puedes entrever que hay un ensanche en esa parte, si miras bien tal vez incluso podrás encontrar un nuevo camino que continúa hacia adelante. Tal vez ese sea el tan ansiado sendero que logre llegar hasta la cima.
Avanzas por él y te das cuenta que la senda comienza a ser ascendente, parece ser que es el camino correcto. Vas avanzando por él, en ocasiones zigzaguea un poco, hace giros de 360º para continuar ascendiendo en un terreno bastante vertical. Llega el momento en el que te ves obligado a detenerte. No porque haya ningún obstáculo en el camino ni nada similar. Te detienes por lo que escuchas.
Desde abajo escuchas un temible rugido que te resulta bastante familiar. Si miras hacia abajo podrás ver cómo uno de esos tigres parece haberte seguido. Había tantas presencias que has sido incapaz de poder percatarte de que nadie te seguía. Con ese rugido, la cría que tienes entre brazos se estremece un poco y se mueve. Puede que pronto recupere la consciencia, pero ahora tienes otro de esos tigres tras tu rastro, te debe haber estado olisqueando tras ver a su familia brutalmente asesinada por tu mano. O tal vez tan solo busque a su cría. ¿Quién sabe?
Le llevas algo de ventaja en el terreno, no obstante el cansancio te ha hecho mella, miras hacia arriba y prevees que el tigre puede llegar a alcanzarte antes de que hagas cumbre. De hecho él ya está corriendo y avanzando por el camino, siguiendo el rastro que has ido dejando. ¿Qué planeas hacer ahora, joven gyojin?
Continuas avanzando, de vez en cuando escuchas el canto de algún ave, un graznido, alguna pequeña alimaña se cruza en tu camino más adelante, pero no tarda en huir despavorida al ver semejante bicho como tú, caminar por el bosque cargando bajo el brazo esa criatura, la cual ya hás podido comprobar lo tremendamente agresiva que puede llegar a ser. Un peligro de cuidado, desde luego.
Conforme vas avanzando, el terreno se vuelve más escarpado, más inclinado, llegas a la ladera de la montaña y tienes dos opciones, o bien la rodeas, o bien intentas ponerte a escalarla, aunque cargando a esa pobre criatura lo tienes complicado, por no decir casi imposible, poder cargarla e ir avanzando. ¿Y si a mitad de escalada se despierta? Tal vez se retuerza, te haga perder el equilibrio y caigas desde lo más alto, eso podría tener consecuencias fatales, por otro lado también podría morderte. A fin de cuentas, tú le has pegado una buena patada antes, igual te lo quiera devolver, y aunque es un cachorro, un mordisco de esos duele.
Eso deja la decisión de rodear bastante clara. Aunque también podrías dejar al tigre bebé ahí, solito y desamparado, a merced de los carroñeros que rondan por la zona. Hay tantas presencias que van apareciendo que no eres capaz de reconocer qué es qué entre tantas cosas. Es lo normal en medio de una selva. Por fortuna para tí, conforme miras hacia un lado, entre los árboles, puedes entrever que hay un ensanche en esa parte, si miras bien tal vez incluso podrás encontrar un nuevo camino que continúa hacia adelante. Tal vez ese sea el tan ansiado sendero que logre llegar hasta la cima.
Avanzas por él y te das cuenta que la senda comienza a ser ascendente, parece ser que es el camino correcto. Vas avanzando por él, en ocasiones zigzaguea un poco, hace giros de 360º para continuar ascendiendo en un terreno bastante vertical. Llega el momento en el que te ves obligado a detenerte. No porque haya ningún obstáculo en el camino ni nada similar. Te detienes por lo que escuchas.
Desde abajo escuchas un temible rugido que te resulta bastante familiar. Si miras hacia abajo podrás ver cómo uno de esos tigres parece haberte seguido. Había tantas presencias que has sido incapaz de poder percatarte de que nadie te seguía. Con ese rugido, la cría que tienes entre brazos se estremece un poco y se mueve. Puede que pronto recupere la consciencia, pero ahora tienes otro de esos tigres tras tu rastro, te debe haber estado olisqueando tras ver a su familia brutalmente asesinada por tu mano. O tal vez tan solo busque a su cría. ¿Quién sabe?
Le llevas algo de ventaja en el terreno, no obstante el cansancio te ha hecho mella, miras hacia arriba y prevees que el tigre puede llegar a alcanzarte antes de que hagas cumbre. De hecho él ya está corriendo y avanzando por el camino, siguiendo el rastro que has ido dejando. ¿Qué planeas hacer ahora, joven gyojin?