Juuken
Juuken
05-11-2024, 12:36 AM
El polvo se extendía rápidamente, no tenía respuesta alguna por parte de mi capitán, lo cual me hizo preocuparme y ponerme en guardia, y en tensión. Mantuve mis dos armas bien firmes y me preparé para entrar en batalla. Los dos sables empuñados, uno con cada mano. Trataba de encontrar una apertura, ver algo que me indicase si debía atacar o no. Aunque el inminente y claro silencio de Lance era obvio, pero no quería atacarle a él por descuido si no podía ver.
Aunque activara mi haki de observación, no sería capaz de distinguir quién era quién si no era capaz de verles. Si realmente esa criatura le había hecho daño a mi capitán, esperaba que fuera capaz de defenderse, de no ser así sería una matanza rápida y sencilla. Aunque ante un ataque prefería dar siempre un castigo, de algún modo se me hacía decepcionante si el rival no era capaz de oponer resistencia alguna. Aunque a veces deseaba terminar todo pronto y marcharme de allí.
El polvo no tardó en comenzar a disiparse, lo cual fue de agradecer. Rápidamente pude cruzar mi mirada con la de Lance, estaba en perfecto estado, mirando directamente hacia adelante, hacia ese ser que había caído del cielo y casi provocando un cráter en el suelo. Me relajé, aunque no volví a envainar las armas. Ahora si podría lanzarle directamente ese ataque, no obstante no tenía ninguna seguridad de que fuera lo que el capitán quería, por lo que de momento me mantuve al márgen. Solo una duda rondaba mi mente. ¿Acaso el capitán no me había escuchado que ni siquiera me respondió? Tal vez sencillamente estuviera tan atento a la actuación de ese ser que ni siquiera me escuchó. Eso podría explicarlo perfectamente.
El capitán parecía algo confuso por la situación, pero seguramente no más de lo que yo mismo lo estaba. Parecía que no sabía exactamente que hacer, pero una cosa estaba clara, eso de ir disimuladamente sin llamar la atención ya se había acabado, ahora tendríamos que marcharnos de allí cuanto antes. Aunque parecía que el capitán tenía otra cosa en mente.
-Oye... ¿Estás bie-?
Comenzó a decir, pero se detuvo al ver que esa criatura que había caído, se levantaba y comenzaba a andar prácticamente con normalidad. ¿Acaso eso era posible? Se acababa de pegar tal golpe que se tendría que haber quedado destrozado en el suelo. Ese tipo se alzaba y se quedó mirándonos, parecía tener un rostro de preocupación. Yo comencé a rodear con calma para aproximarme hacia Lance, no me gustaba estar separados por un tipo que no tenía la más remota idea de qué podía hacer, y más todavía con la triunfal entrada con la que había llegado hasta aquí.
-¡Hey! ¿Están bien? -Preguntó con un gesto de preocupación tan natural que me hizo bajar la guardia.
¿Estaba realmente preocupándose por nosotros? Vale que no parecía que hubiera premeditado ese ataque, el tipo sencillamente saltó y por la inercia en algún momento debía de volver hacia abajo, claro que para nuestra mala suerte vino derecho a nosotros. Por un momento sentí que realmente ese tipo podría no implicar ningún tipo de peligro. Por otro lado, aunque parezca inofensivo, sí que nos podría llevar problemas. Al fin y al cabo somos piratas, y ahora la isla está en una grave alerta por los piratas. El espectáculo que acaba de hacer este hombre, sin duda llamará demasiado la atención.
-Oh, cierto, mis modales… ¡Hola! Soy Goku.
Se presentó de una forma demasiado jovial y con una grata sonrisa muy ámplia. No cabía duda, ese golpe que se había dado contra el suelo le había dejado bastante tocado, lo cual incluso hizo que me preocupase un poco. Lance había inquirido hacía un momento que tenía buena resistencia, pero yo no estaba del todo de acuerdo. No parecía tener heridas, pero se debía de haber golpeado la cabeza muy fuertemente. Después de un golpe así no puede estar sonriendo de esa forma. Envainé mis armas, estaba claro que no representaba ningún tipo de peligro o amenaza, pero lo que tenía claro era que debíamos alejarnos cuanto antes de él.
-¡Hola Goku! Mi nombre es Lance, y este es Juuken.
Lance nos presentó, tanto a sí mismo como a mí. No me quedó otra que seguirle el juego. Esbocé una sonrisa y fui directamente a tenderle la mano. Si el capitán estaba relajado con él, seguramente podría estar tranquilo. Aunque a nuestro alrededor había mucha gente murmurando y mirándonos. Eso realmente me desagradaba bastante.
-¡Sí! ¡Estamos bien! -Respondió Lance al momento que le tendía la mano, haciéndome retrasar mis palabras- Pero lo importante es ¿¡Estás bien tú!? ¡¡Esa caída desde tan alto ha tenido que doler!! ¿Qué te había pasado?
-Encantado Goku -dije finalmente-. Espero que estés bien, te has dado un buen golpe. ¿No te has dado en la cabeza? Un golpe en la cabeza puede ser muy duro, y ha sido un buen golpe.
Tras darle la mano volví a ponerme justo al lado de mi capitán. No estaba seguro de cuáles serían sus intenciones con el tal Goku, pero sí tenía claro que quería marcharme de allí en ese mismo momento. Miraba de reojo a nuestro alrededor, cada vez se aglomeraba más gente, los murmullos iban en aumento. No alcanzaba a comprender nada de lo que decían, hablaban demasiado bajo y yo me encontraba bastante lejos de ellos como para poder escucharlos, pero me daba muy mala espina toda esa situación.
-Capitán -dije en voz baja a su lado-. Está todo el mundo mirándonos y hablando. Tenemos que irnos de aquí. Goku ha llamado mucho la atención.
Aguardé su respuesta, cauto, pero atento a todo lo que pudiera ocurrir. Lo último que esperaba ver aproximarse era alguna cuadrilla de marines, eso podría poner en serios aprietos nuestra identidad. Aunque no habíamos hecho nada, pero posiblemente hubiera marines capaces de detectar piratas. Aunque no sabía cómo podía ser eso, o cómo podrían siquiera hacerlo, pero si el capitán quiso mantenernos escondidos y tener precaución debería de ser por algo.
Todavía me considero bastante ignorante de todo cuanto me rodea, y aunque hay muchas cosas que ya estoy aprendiendo y asimilando, como los tipos de criaturas y seres vivos, humanos, hombres pez, hombres animal... Había tal variedad que no quería volver a estar preso sabiendo cuantas cosas podía perderme de nuevo. Ahora sabía lo que había en el mundo, ahora más que nunca quería sentir la libertad, quería volver a surcar el mar. No podía permitir que me atrapasen, no quería volver a experimentar esa sensación, ahora angustiosa, de permanecer confinado en cuatro paredes empedradas. A saber lo que podrían hacer conmigo ahí dentro, o con el capitán. No podía fallarle, por lo que estuve atento por si en algún momento se presentaba peligro. Estaría preparado para defenderle.
Aunque activara mi haki de observación, no sería capaz de distinguir quién era quién si no era capaz de verles. Si realmente esa criatura le había hecho daño a mi capitán, esperaba que fuera capaz de defenderse, de no ser así sería una matanza rápida y sencilla. Aunque ante un ataque prefería dar siempre un castigo, de algún modo se me hacía decepcionante si el rival no era capaz de oponer resistencia alguna. Aunque a veces deseaba terminar todo pronto y marcharme de allí.
El polvo no tardó en comenzar a disiparse, lo cual fue de agradecer. Rápidamente pude cruzar mi mirada con la de Lance, estaba en perfecto estado, mirando directamente hacia adelante, hacia ese ser que había caído del cielo y casi provocando un cráter en el suelo. Me relajé, aunque no volví a envainar las armas. Ahora si podría lanzarle directamente ese ataque, no obstante no tenía ninguna seguridad de que fuera lo que el capitán quería, por lo que de momento me mantuve al márgen. Solo una duda rondaba mi mente. ¿Acaso el capitán no me había escuchado que ni siquiera me respondió? Tal vez sencillamente estuviera tan atento a la actuación de ese ser que ni siquiera me escuchó. Eso podría explicarlo perfectamente.
El capitán parecía algo confuso por la situación, pero seguramente no más de lo que yo mismo lo estaba. Parecía que no sabía exactamente que hacer, pero una cosa estaba clara, eso de ir disimuladamente sin llamar la atención ya se había acabado, ahora tendríamos que marcharnos de allí cuanto antes. Aunque parecía que el capitán tenía otra cosa en mente.
-Oye... ¿Estás bie-?
Comenzó a decir, pero se detuvo al ver que esa criatura que había caído, se levantaba y comenzaba a andar prácticamente con normalidad. ¿Acaso eso era posible? Se acababa de pegar tal golpe que se tendría que haber quedado destrozado en el suelo. Ese tipo se alzaba y se quedó mirándonos, parecía tener un rostro de preocupación. Yo comencé a rodear con calma para aproximarme hacia Lance, no me gustaba estar separados por un tipo que no tenía la más remota idea de qué podía hacer, y más todavía con la triunfal entrada con la que había llegado hasta aquí.
-¡Hey! ¿Están bien? -Preguntó con un gesto de preocupación tan natural que me hizo bajar la guardia.
¿Estaba realmente preocupándose por nosotros? Vale que no parecía que hubiera premeditado ese ataque, el tipo sencillamente saltó y por la inercia en algún momento debía de volver hacia abajo, claro que para nuestra mala suerte vino derecho a nosotros. Por un momento sentí que realmente ese tipo podría no implicar ningún tipo de peligro. Por otro lado, aunque parezca inofensivo, sí que nos podría llevar problemas. Al fin y al cabo somos piratas, y ahora la isla está en una grave alerta por los piratas. El espectáculo que acaba de hacer este hombre, sin duda llamará demasiado la atención.
-Oh, cierto, mis modales… ¡Hola! Soy Goku.
Se presentó de una forma demasiado jovial y con una grata sonrisa muy ámplia. No cabía duda, ese golpe que se había dado contra el suelo le había dejado bastante tocado, lo cual incluso hizo que me preocupase un poco. Lance había inquirido hacía un momento que tenía buena resistencia, pero yo no estaba del todo de acuerdo. No parecía tener heridas, pero se debía de haber golpeado la cabeza muy fuertemente. Después de un golpe así no puede estar sonriendo de esa forma. Envainé mis armas, estaba claro que no representaba ningún tipo de peligro o amenaza, pero lo que tenía claro era que debíamos alejarnos cuanto antes de él.
-¡Hola Goku! Mi nombre es Lance, y este es Juuken.
Lance nos presentó, tanto a sí mismo como a mí. No me quedó otra que seguirle el juego. Esbocé una sonrisa y fui directamente a tenderle la mano. Si el capitán estaba relajado con él, seguramente podría estar tranquilo. Aunque a nuestro alrededor había mucha gente murmurando y mirándonos. Eso realmente me desagradaba bastante.
-¡Sí! ¡Estamos bien! -Respondió Lance al momento que le tendía la mano, haciéndome retrasar mis palabras- Pero lo importante es ¿¡Estás bien tú!? ¡¡Esa caída desde tan alto ha tenido que doler!! ¿Qué te había pasado?
-Encantado Goku -dije finalmente-. Espero que estés bien, te has dado un buen golpe. ¿No te has dado en la cabeza? Un golpe en la cabeza puede ser muy duro, y ha sido un buen golpe.
Tras darle la mano volví a ponerme justo al lado de mi capitán. No estaba seguro de cuáles serían sus intenciones con el tal Goku, pero sí tenía claro que quería marcharme de allí en ese mismo momento. Miraba de reojo a nuestro alrededor, cada vez se aglomeraba más gente, los murmullos iban en aumento. No alcanzaba a comprender nada de lo que decían, hablaban demasiado bajo y yo me encontraba bastante lejos de ellos como para poder escucharlos, pero me daba muy mala espina toda esa situación.
-Capitán -dije en voz baja a su lado-. Está todo el mundo mirándonos y hablando. Tenemos que irnos de aquí. Goku ha llamado mucho la atención.
Aguardé su respuesta, cauto, pero atento a todo lo que pudiera ocurrir. Lo último que esperaba ver aproximarse era alguna cuadrilla de marines, eso podría poner en serios aprietos nuestra identidad. Aunque no habíamos hecho nada, pero posiblemente hubiera marines capaces de detectar piratas. Aunque no sabía cómo podía ser eso, o cómo podrían siquiera hacerlo, pero si el capitán quiso mantenernos escondidos y tener precaución debería de ser por algo.
Todavía me considero bastante ignorante de todo cuanto me rodea, y aunque hay muchas cosas que ya estoy aprendiendo y asimilando, como los tipos de criaturas y seres vivos, humanos, hombres pez, hombres animal... Había tal variedad que no quería volver a estar preso sabiendo cuantas cosas podía perderme de nuevo. Ahora sabía lo que había en el mundo, ahora más que nunca quería sentir la libertad, quería volver a surcar el mar. No podía permitir que me atrapasen, no quería volver a experimentar esa sensación, ahora angustiosa, de permanecer confinado en cuatro paredes empedradas. A saber lo que podrían hacer conmigo ahí dentro, o con el capitán. No podía fallarle, por lo que estuve atento por si en algún momento se presentaba peligro. Estaría preparado para defenderle.