Son Goku D. Namek
Dr. Goku
05-11-2024, 04:14 AM
Yoshiro, Akari y John
Como bien decía el Tío Ben, "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", y esta ocasión no era la excepción. Bajo el cielo nocturno, en una calle alumbrada solo por la pálida luz de la luna y las antorchas titilantes en algunas casas, Yoshiro y Akari estaban listos para enfrentarse a lo que parecía ser solo dos bandidos. Un tercer bandido, situado más atrás, dentro de aquel local que estaban asaltando, sostenía su rifle como precaución, preparado para intervenir si sus compañeros lo necesitaban. El silencio envolvía la escena, solo interrumpido por algún murmullo distante de los habitantes que volvían a sus hogares, sin imaginar el peligro que se cernía cerca de ellos.
Pero antes de que comenzara la emboscada, algo inesperado ocurrió. Una aura extraña empezó a emanar del cuerpo de Yoshiro, cubriendo el área a su alrededor como una marea pesada y opresiva. En ese mismo instante, John llegó volando, intentando entablar contacto con Yoshiro, pero antes de que pudiera decir más, cayo junto a todos los demás, incluyendo al tercer bandido, a cualquier persona en las cercanías sin la voluntad suficiente, y hasta los propios aldeanos en sus casas, fueron abatidos por la abrumadora presencia de Yoshiro, y cayeron inconscientes al suelo. En un diámetro de 132 metros, absolutamente todos, excepto Yoshiro, Akari y la mujer rescatada, sucumbieron al poder inquebrantable de su aura.
Para John, la caída fue tan abrupta que su mente lo transportó a un extraño sueño. Se encontraba en un paisaje nebuloso, con un Yoshiro y Akari junto a esa mujer, pero esto era algo más, algo que parecía ser un reflejo de su mente, donde todos terminaron mirándolo en silencio. John intentó comunicarse, pero las palabras se apagaban en su garganta y el mundo onírico se tornaba oscuro y opresivo, sumergiéndolo en un abismo de sombras.
En una circunferencia de 132 metros, la influencia de Yoshiro había sido devastadora. Dentro de las casas aledañas, la gente caía una tras otra, dejando incompletas escenas de su vida cotidiana, una madre desmayada frente a la cena que apenas había servido a su familia, un grupo de niños que jugaban y cuyas risas se extinguieron en el aire, una pareja en plena discusión que se desplomó en un silencio sepulcral. La quietud y el silencio resultaban inquietantes, como si la misma noche hubiese decidido dejar de respirar, rindiéndose a la presencia de aquel pelirrojo. La mujer recién rescatada observaba a Yoshiro, sus ojos llenos de asombro y temor, intuyendo que él era el origen de todo este extraño fenómeno, pero sin saber que el alcance de su poder había llegado incluso a aquellos que estaban tranquilos en sus hogares.
Atar a los bandidos no sería un problema, pero la magnitud del poder de Yoshiro no pasó desapercibida. Desde las sombras, alguien de tez oscura y mirada fría observaba la escena a lo lejos, intrigado y tal vez algo preocupado por lo que acababa de presenciar, antes de abandonar la escena sin dejar de prestarle atención.
Mayura
Poco antes de que Yoshiro desatara su poder, Mayura se movía con una mezcla de autoridad y cautela. Había algo en él que comenzaba a ganarse el respeto de los otros, sin decir mucho, su presencia ofrecía a las cuatro chicas y a Goor, el mastodonte de su grupo, una dirección. Sin embargo, la tensión estaba en el aire, y el grupo enfrentaba una decisión difícil, podrían correr para salvarse, o quizás intentar aprovechar la situación para llevarse algo más de botín. Las muchachas decidieron tomar sus bolsas y llevarlas consigo, mientras que Goor, con una mezcla de duda y temor en sus ojos, se quedó quieto.
Goor bajó la cabeza, casi como si se disculpara por su decisión. Era extraño ver a alguien tan grande y fuerte dudando de sí mismo, pero el imponente gigante era, en el fondo, casi un niño atrapado en el cuerpo de un adulto. Con un hilo de voz, murmuró - Pre... prefiero... huir… - al borde de las lágrimas. A pesar de su tamaño, Goor mostraba una inocencia y vulnerabilidad que parecía contradecir su apariencia.
Cuando empezó a retroceder hacia el bosque, se detuvo de repente y, con un movimiento temeroso, se agachó en señal de sumisión total. Las chicas, que antes lo miraban con desdén, sintieron la presión en el aire. Notaron algo que las hizo tensarse y, sin dudar, inclinaron la cabeza. No se atrevían a desafiar la atmósfera de respeto y casi reverencia que invadía el lugar.
De entre los árboles, emergió una figura que parecía estar hecha de sombras. Era un hombre de piel oscura y rostro serio, con ojos fríos como el acero, jugando con una pistola que giraba entre sus dedos. La calma con la que se movía generaba un temor inmediato, casi instintivo, aunque su voz no sonaba amenazante, los jóvenes sentían el peso en su presencia, una autoridad que los forzaba a mantener la vista baja.
No tienen por qué tener miedo - dijo suavemente, poniendo una mano en el hombro de Goor - Recuerden, tenemos un trato con esta gente, no pueden entrar ni hacer nada de lo que hicieron, chicos - Luego, sus ojos se fijaron en una de las chicas, la más rubia del grupo - Oye, Chihiro, ¿no te gustaría que fuera a acusarte con tu padre? recuerdo que vive a un par de calles de acá - comentó con una sonrisa burlona. El tono relajado de sus palabras apenas les dio un respiro. En el mismo instante en que parecía estar bromeando, su semblante se volvió gélido, su mirada implacable se dirigió hacia el poblado... Aquel Haki de observación que había estado usando para rastrear a los chicos le advirtió de algo que acababa de suceder... Con voz firme y penetrante, les ordenó - Lárguense de aquí. Ahora.
KENB201
KENBUNSHOKU
Haki sin dominar
Tier 2
No Aprendida
5
3
Permite al usuario percibir la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. No distinguirá bien el aura de seres que estén muy juntos o en el interior de otro ser vivo.
Área: [VOLx10] metros
Antes de que pudieran procesar sus palabras, el hombre desapareció en una nube de humo y reapareció en una rama alta de un árbol cercano, observando el lugar desde las alturas. Desde allí, sus ojos se posaron en la dirección de Yoshiro, su expresión cambiando lentamente hacia una mezcla de ira y desaprobación. Sabía lo que había ocurrido y comprendía la magnitud de aquel acto. Sin dudarlo dos veces, Bobby Mori decidió escoltar a aquellos que decidieran volver por voluntad propia al asentado de los piratas de Oz, incluso si decidía ir con ellos aquel joven llamado Mayura. Ya luego los reprendería por lo que hicieron.