Henry
Colmillo de Rostock
05-11-2024, 05:06 AM
Aquél pelirrojo de metro y medio parecía tener un gran carácter, pero más que eso, su actitud reflejaba la llama que todo marine debe de llevar en sí. — ¡Ese es el espíritu! Nada mal para tu edad chaval, en cuanto menos te lo imagines estarás pateando trasero de pirata por todo el East Blue jajaja — El chico me caía bien, pues este me hacía recordarme a mi mismo a su edad, así que sabía que tenía lo que hacía falta para ser un gran marine.
Tras escuchar la historia detrás del joven "Rette" me puse en marcha hacia Rostock, pues tenía que cumplir con mis misión como subordinado del suboficial Rodgers. Para esta ocasión decidí pasar rápidamente por mi dormitorio y cambiarme de ropa, pues ir de marine solo me traería más problemas y soy de la clase que prefiere elegir sus propios problemas.
En esta ocasión decidí vestir casual, con un pulloverrojo y unos pantalones largos, además de unos zapatos algo simplones. A diferencia de la última vez, iría armado con mi nueva katana, pues digamos que ser subordinado de un suboficial paga bien jejeje. Una vez estuviese listo me dirigí a la salida del G-23 donde tuve que parar en una que otra ocasión por otros marines que me recordaban por haberles salvado una que otra vez con mi cocinar y algunos que recientemente me conocían como subordinado del mayor Rodgers.
Una vez en Rostock era imposible no admirar la vida de aquél pueblo, pues sin lugar a dudas era la perla de aquella isla. De pronto, mis ojos se posaron en una persona la cual no pensé que resultaría ser la misma que vi y oí hablar sobre el atentado el otro día. Podía jurar que era la misma persona, un tipo con un sombrero de paja bien hecho, gafas de sol y una mirada de pocos amigos. Algo se traería en manos aquél tipo y debía de actuar rápido.
Sin pensarlo mucho decidí seguirle por aquél callejón entre casas, pues de esperar un poco más acabaría perdiendo su rastro. Con una mano en la parte superior del mango se mi katana corrí a por aquél sujeto, esperando encontrarlo o escuchar algo interesante de su propia boca.
Tras escuchar la historia detrás del joven "Rette" me puse en marcha hacia Rostock, pues tenía que cumplir con mis misión como subordinado del suboficial Rodgers. Para esta ocasión decidí pasar rápidamente por mi dormitorio y cambiarme de ropa, pues ir de marine solo me traería más problemas y soy de la clase que prefiere elegir sus propios problemas.
En esta ocasión decidí vestir casual, con un pulloverrojo y unos pantalones largos, además de unos zapatos algo simplones. A diferencia de la última vez, iría armado con mi nueva katana, pues digamos que ser subordinado de un suboficial paga bien jejeje. Una vez estuviese listo me dirigí a la salida del G-23 donde tuve que parar en una que otra ocasión por otros marines que me recordaban por haberles salvado una que otra vez con mi cocinar y algunos que recientemente me conocían como subordinado del mayor Rodgers.
Una vez en Rostock era imposible no admirar la vida de aquél pueblo, pues sin lugar a dudas era la perla de aquella isla. De pronto, mis ojos se posaron en una persona la cual no pensé que resultaría ser la misma que vi y oí hablar sobre el atentado el otro día. Podía jurar que era la misma persona, un tipo con un sombrero de paja bien hecho, gafas de sol y una mirada de pocos amigos. Algo se traería en manos aquél tipo y debía de actuar rápido.
Sin pensarlo mucho decidí seguirle por aquél callejón entre casas, pues de esperar un poco más acabaría perdiendo su rastro. Con una mano en la parte superior del mango se mi katana corrí a por aquél sujeto, esperando encontrarlo o escuchar algo interesante de su propia boca.