Lobo Jackson
Moonwalker
05-11-2024, 02:25 PM
(Última modificación: 05-11-2024, 07:16 PM por Lobo Jackson.)
- ¡Uh! ¡Ah! ¡Uh! ¡Yeah! ¡C´mon! ¡Waou-gara! - las peludas manos del licántropo acariciaban el instrumento con tanta pasión que sería la envidia de muchos matrimonios estancados en el círculo vicioso de la rutina. Un espectáculo de destreza magistral que hacía entonar sonidos sorprendentes en la guitarra, asemejándose más a gemidos de placer que a notas musicales.
Comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo al son de la canción, dejando que la composición del bardo se uniera a la suya en una melodía cautivadora. El concierto parecía estar acercando al punto álgido, pues el crescendo parecía crecer sobre sí mismo como un un globo aerostático que se eleva a causa del fuego en su interior. El mink cerró los ojos, dejándose llevar por la energía que ahora movía sus manos a velocidad vertiginosa.
Un riff de guitarra sucio, brutal y colmado de graves se sobrepuso a la alegre melodía del bardo. Buscaba dominar el escenario y encandilar el público, transmitiéndoles un ritmo tan lleno de energía que dislocaría las caderas de los espectadores más frágiles.
- ¡Vive el ritmo-gara!
¡Vive el ritmo-gara!
¡Deja que tu cuerpo sienta el ritmo!
¡Porque hasta tu alma llega el seismo!
¡Vive el ritmo-gara!
¡Vive el ritmo-gara! -
El público se volvía loco de emoción, levantando las manos hacia el techo y gritando con toda la fuerza de sus pulmones. Algunos de ellos levantaban sus mecheros y movían de lado a lado la llama, iluminando el Baratie con una decena de lucecitas que parecían luciérnagas en la noche.
Comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo al son de la canción, dejando que la composición del bardo se uniera a la suya en una melodía cautivadora. El concierto parecía estar acercando al punto álgido, pues el crescendo parecía crecer sobre sí mismo como un un globo aerostático que se eleva a causa del fuego en su interior. El mink cerró los ojos, dejándose llevar por la energía que ahora movía sus manos a velocidad vertiginosa.
Un riff de guitarra sucio, brutal y colmado de graves se sobrepuso a la alegre melodía del bardo. Buscaba dominar el escenario y encandilar el público, transmitiéndoles un ritmo tan lleno de energía que dislocaría las caderas de los espectadores más frágiles.
- ¡Vive el ritmo-gara!
¡Vive el ritmo-gara!
¡Deja que tu cuerpo sienta el ritmo!
¡Porque hasta tu alma llega el seismo!
¡Vive el ritmo-gara!
¡Vive el ritmo-gara! -
El público se volvía loco de emoción, levantando las manos hacia el techo y gritando con toda la fuerza de sus pulmones. Algunos de ellos levantaban sus mecheros y movían de lado a lado la llama, iluminando el Baratie con una decena de lucecitas que parecían luciérnagas en la noche.