Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
05-11-2024, 03:21 PM
Mayura se quedó observando con calma mientras Goor, las chicas y él mismo se enfrentaban a la imponente presencia de un sujeto misterioso que había llegado de la nada jugando con pistolas y llamándoles la atención por sus acciones. El elegante pirata no era alguien que se intimidara con facilidad, pero era imposible no admitir que la figura de ese payaso, esa calma en su voz y el modo en que manejaba la situación, eran realmente concertantes. Ese hombre no necesitaba amenazas ruidosas ni exhibiciones de fuerza; su mera presencia controló el ambiente justo cuando Mayura se desplegaba como un nuevo líder ante el grupo. En definitiva, ese sujeto le resultaba intrigante al Pavo Real del Océano, quien, a pesar de estar acostumbrado a lidiar con personalidades poderosas y manipuladoras, se sintió reducido en aquel momento. ¿Qué clase de secretos ocultaría el misterioso Mori? Mayura no podía resistirse a averiguarlo.
Cuando Mori ordenó a todos que se retiraran, Mayura simplemente sonrió con esa confianza que nunca abandonaba su rostro. Sin inmutarse por la seriedad del momento, recogió sus pertenencias y se dirigió a sus compañeros con un tono despreocupado, como si todo fuera una simple aventura más. — Vamos, queridas… y Goor. — Dijo suavemente, con una sonrisa burlona mientras daba unos pasos hacia el bosque. — Parece que nuestro espectáculo ha llegado a su fin. Pero algo me dice que la verdadera función está por comenzar. — Su mirada se alzó brevemente hacia Bobby Mori, observándolo con curiosidad, realizando una inclinación respetuosa, aunque irónica.
Mayura decidió seguir las instrucciones de Mori, pero no por obediencia. Era la intriga y la posibilidad de descubrir qué tan profundo llegaban las conexiones de aquel grupo lo que lo motivaba a mantenerse cerca. Además, aún tenía cuentas pendientes con Yua’n. Si alguien estaba jugando con él, entonces debía asegurarse de que esa persona pagara el precio.
Caminando en silencio junto al grupo, Mayura dejó que sus pensamientos se alinearan con sus pasos, su semblante relajado y despreocupado contrastando con la seriedad que parecía envolver al resto. El Pavo Real del Océano ya planeaba sus próximos movimientos, decidido a adentrarse más en el enigma que ese campamento de piratas parecía esconder. Al menos, por ahora, seguiría la corriente, consciente de que cada paso lo acercaba más a la verdad… y a la oportunidad de tomar el control del escenario cuando llegara el momento. “Si que ha sido una noche inesperada.” Pensó dibujando una sonrisa enigmática que solo él comprendería, mientras se internaba en la oscuridad siguiendo el rastro del grupo, midiendo el peso de la bolsa con la que se había quedado.
Cuando Mori ordenó a todos que se retiraran, Mayura simplemente sonrió con esa confianza que nunca abandonaba su rostro. Sin inmutarse por la seriedad del momento, recogió sus pertenencias y se dirigió a sus compañeros con un tono despreocupado, como si todo fuera una simple aventura más. — Vamos, queridas… y Goor. — Dijo suavemente, con una sonrisa burlona mientras daba unos pasos hacia el bosque. — Parece que nuestro espectáculo ha llegado a su fin. Pero algo me dice que la verdadera función está por comenzar. — Su mirada se alzó brevemente hacia Bobby Mori, observándolo con curiosidad, realizando una inclinación respetuosa, aunque irónica.
Mayura decidió seguir las instrucciones de Mori, pero no por obediencia. Era la intriga y la posibilidad de descubrir qué tan profundo llegaban las conexiones de aquel grupo lo que lo motivaba a mantenerse cerca. Además, aún tenía cuentas pendientes con Yua’n. Si alguien estaba jugando con él, entonces debía asegurarse de que esa persona pagara el precio.
Caminando en silencio junto al grupo, Mayura dejó que sus pensamientos se alinearan con sus pasos, su semblante relajado y despreocupado contrastando con la seriedad que parecía envolver al resto. El Pavo Real del Océano ya planeaba sus próximos movimientos, decidido a adentrarse más en el enigma que ese campamento de piratas parecía esconder. Al menos, por ahora, seguiría la corriente, consciente de que cada paso lo acercaba más a la verdad… y a la oportunidad de tomar el control del escenario cuando llegara el momento. “Si que ha sido una noche inesperada.” Pensó dibujando una sonrisa enigmática que solo él comprendería, mientras se internaba en la oscuridad siguiendo el rastro del grupo, midiendo el peso de la bolsa con la que se había quedado.