Shy
"Shy"
06-11-2024, 10:19 PM
Shy se rascó su lampiña barbilla. Un cuartel de la Marina, después de tanto tiempo, pensó. ¿Seguiré registrado en sus archivos? ¿Tendrán mi informe de aptitud, con aquella foto en la que salgo cerrando los ojos como un idiota? ¿Habrán podido relacionar a ese recluta apocado llamado Rin Korsakov con el cazarrecompensas Shy, que ya tiene algunos muertos y recompensas a sus espaldas? No le incomodaba entrar. Al fin y al cabo, sus dos parlanchines compañeros se encargarían de llenar el silencio por él. Sin embargo, sí que le producía un cierto grado de ansiedad. Enfrentarse a su pasado después de haberse manchado sus manos de tanta sangre le hacía pensar en un millar de posibles escenarios, y en la decepción que causaría en sus mentores.
Les recibió la capitana Montpellier. No se sintió lo suficientemente presionado como para presentarse, así que se limitó a refugiarse a la izquierda de Yoshiro, escondido a medias tras su hombro, con las manos tras la espalda y el semblante impasible. Sencillamente, asintió con respeto cada vez que la capitana se refería a ellos, aunque más tarde se preocuparía de que hubiera parecido que estaba dando cabezadas de somnolencia.
La Hermandad de la Velocidad... Shy buscó en su mente cualquier recuerdo que le pudiera ser útil sobre aquella organización. Si querían que el gremio funcionase, tendría que empezar a informarse mejor. Tal información, en manos de unos cazadores competentes -o, en su defecto, de aquel trío de cretinos- les daría una ventaja colosal en cada cacería. Escuchó a la capitana Montpellier mencionar su interrogatorio de los grumetes. Shy asintió, como si cavilase algo.
-¿Les han torturado? -preguntó, tal vez con demasiada naturalidad y sin ningún titubeo en absoluto.
Shy permaneció callado, atendiendo al relato de la capitana, y esperando a ver qué tendría que decir Yoshiro al respecto. Por una vez, esperaba no toparse con una santurrona que considerase que lo que había propuesto no era una posibilidad. Ya tendría suficiente con sus compañeros sermoneándole en privado.
Les recibió la capitana Montpellier. No se sintió lo suficientemente presionado como para presentarse, así que se limitó a refugiarse a la izquierda de Yoshiro, escondido a medias tras su hombro, con las manos tras la espalda y el semblante impasible. Sencillamente, asintió con respeto cada vez que la capitana se refería a ellos, aunque más tarde se preocuparía de que hubiera parecido que estaba dando cabezadas de somnolencia.
La Hermandad de la Velocidad... Shy buscó en su mente cualquier recuerdo que le pudiera ser útil sobre aquella organización. Si querían que el gremio funcionase, tendría que empezar a informarse mejor. Tal información, en manos de unos cazadores competentes -o, en su defecto, de aquel trío de cretinos- les daría una ventaja colosal en cada cacería. Escuchó a la capitana Montpellier mencionar su interrogatorio de los grumetes. Shy asintió, como si cavilase algo.
-¿Les han torturado? -preguntó, tal vez con demasiada naturalidad y sin ningún titubeo en absoluto.
Shy permaneció callado, atendiendo al relato de la capitana, y esperando a ver qué tendría que decir Yoshiro al respecto. Por una vez, esperaba no toparse con una santurrona que considerase que lo que había propuesto no era una posibilidad. Ya tendría suficiente con sus compañeros sermoneándole en privado.