Nagaki
Medusa
03-08-2024, 12:12 PM
El aire en el Bosque de Salauce cargaba una mezcla de incertidumbre y curiosidad a medida que Nagaki avanzaba. Sus pensamientos se enredaban con los rumores sobre el príncipe ciego. De repente, un nuevo ruido rompió su concentración y la obligó a detenerse. Podía escuchar la conversación de varias voces a la distancia. La curiosidad la llevó a asomarse tras un árbol y, para su sorpresa, se encontró con un panda grande, un mink, que interactuaba con un grupo de jóvenes.
-¿Un panda que habla? - pensé embelesada por la escena inusual. El panda, de pelaje negro y blanco, parecía tener un sentido del humor peculiar mientras preguntaba si había algo rico para comer. Nagaki no podía evitar sentir algo de empatía por él; esa era la esencia de su propia naturaleza gyojin, siempre buscando algo de sustento.
A su lado, un chico de aspecto fuerte y decidido, Yoshiro, parecía nervioso. Sus ojos estaban en alerta, observando a su alrededor. La chica de orejas de gato, Mitsu, se acercó emocionada al panda, mientras su compañero trataba de mantener la calma. La confusión en sus corazones era palpable: ¿eran ellos amigos o potenciales enemigos?
-¿Debería salir de mi escondite?- me pregunté. Pero su deber como recluta de la Marina le decía que no podía dejar pasar esta oportunidad de obtener información.
Poco a poco, Nagaki decidió acercarse más, sin ser vista, cuando escuchó al príncipe ciego declamar desde su "trono".
-Como decía esta roca es el trono del rey de este lugar, quien permanece en ella gobierna sobre todos en la montaña y es dueño de todo alimento sobre ella.
Nagaki se estremeció. La situación comenzaba a tornarse más intrigante. ¿Podría ese príncipe ciego tener alguna conexión con la base del ejército revolucionario que buscaba? La idea de un rey en el bosque, además de un panda parlante, la hacía dudar un poco de su cordura, pero la determinación la mantenía alerta.
Mientras el panda, que se presentó como Panda, y la chica estaban emocionados en su interacción, los nervios de Yoshiro aumentaban. El chico estaba atento a cualquier de movimiento inesperado. De pronto, un aire de preocupación se reflejó en su rostro.
-Mitsu, alejate del señor Panda - advirtió. Sus palabras resonaron con la idea de que había más en juego de lo que parecía.
Nagaki no podía evitarlo más. Tenía que hacer algo y no quedarse allí sin hacer nada. Decidió que era el momento de mostrar su presencia. De manera cautelosa, emergió de su escondite. No quería ser vista como una amenaza, así que lo primero que hizo fue levantar las manos en señal de paz.
-¡Hola! No vengo a causar problemas -dijo, su voz temblorosa denotando la mezcla de emoción y nervios. El grupo se volvió hacia ella, todos con expresiones de sorpresa.
-Soy Nagaki -Se dio cuenta de que mencionar su estatus podría quizás cambiar la percepción que tenían de ella, por lo que no mencionó que era parte de la marina. -He estado escuchando rumores sobre este bosque. ¿Sabéis algo de un deseo? ¿Estáis aquí también por eso?
Los ojos de Mitsu brillaron de interés mientras giraba su cabeza entre los rostros de sus nuevos compañeros. Panda, por otro lado, se quedó algo confundido.
- Algo sobre una conexión con la isla y las sombras - dijo, recordando lo que había escuchado de los jóvenes anteriores.
-¿Sois súbditos o retadores? - dijo Tenji con voz firme, retando el bullicio alrededor.
El grupo se miró entre ellos, y Nagaki comprendió que este era un momento crucial. La tensión en el aire era palpable.
Finalmente, Yoshiro se adelantó con decisión. Las palabras del chico resonaron, y a los ojos de Tenji, eso era lo que buscaba. No necesitan ser enemigos, y aquella gyojin, junto con sus extraños amigos, podrían ser la entrada que había estado esperando.
-Yo... -dije todavía con las manos en alto- Yo sólo quiero resolver el misterio del bosque -dije con cierto miedo en la voz-
La propuesta flotó en el aire, y Nagaki sintió que, aunque los caminos eran inciertos, tal vez había encontrado aliados inesperados en su búsqueda por la verdad. El Bosque de Salauce guardaba muchos secretos, y el destino de cada uno de ellos estaba a punto de entrelazarse en esa historia inesperada que empezaba a desarrollarse entre risas, rivalidades ligadas a mitos y deseos que aún esperaban por cumplirse.
-¿Un panda que habla? - pensé embelesada por la escena inusual. El panda, de pelaje negro y blanco, parecía tener un sentido del humor peculiar mientras preguntaba si había algo rico para comer. Nagaki no podía evitar sentir algo de empatía por él; esa era la esencia de su propia naturaleza gyojin, siempre buscando algo de sustento.
A su lado, un chico de aspecto fuerte y decidido, Yoshiro, parecía nervioso. Sus ojos estaban en alerta, observando a su alrededor. La chica de orejas de gato, Mitsu, se acercó emocionada al panda, mientras su compañero trataba de mantener la calma. La confusión en sus corazones era palpable: ¿eran ellos amigos o potenciales enemigos?
-¿Debería salir de mi escondite?- me pregunté. Pero su deber como recluta de la Marina le decía que no podía dejar pasar esta oportunidad de obtener información.
Poco a poco, Nagaki decidió acercarse más, sin ser vista, cuando escuchó al príncipe ciego declamar desde su "trono".
-Como decía esta roca es el trono del rey de este lugar, quien permanece en ella gobierna sobre todos en la montaña y es dueño de todo alimento sobre ella.
Nagaki se estremeció. La situación comenzaba a tornarse más intrigante. ¿Podría ese príncipe ciego tener alguna conexión con la base del ejército revolucionario que buscaba? La idea de un rey en el bosque, además de un panda parlante, la hacía dudar un poco de su cordura, pero la determinación la mantenía alerta.
Mientras el panda, que se presentó como Panda, y la chica estaban emocionados en su interacción, los nervios de Yoshiro aumentaban. El chico estaba atento a cualquier de movimiento inesperado. De pronto, un aire de preocupación se reflejó en su rostro.
-Mitsu, alejate del señor Panda - advirtió. Sus palabras resonaron con la idea de que había más en juego de lo que parecía.
Nagaki no podía evitarlo más. Tenía que hacer algo y no quedarse allí sin hacer nada. Decidió que era el momento de mostrar su presencia. De manera cautelosa, emergió de su escondite. No quería ser vista como una amenaza, así que lo primero que hizo fue levantar las manos en señal de paz.
-¡Hola! No vengo a causar problemas -dijo, su voz temblorosa denotando la mezcla de emoción y nervios. El grupo se volvió hacia ella, todos con expresiones de sorpresa.
-Soy Nagaki -Se dio cuenta de que mencionar su estatus podría quizás cambiar la percepción que tenían de ella, por lo que no mencionó que era parte de la marina. -He estado escuchando rumores sobre este bosque. ¿Sabéis algo de un deseo? ¿Estáis aquí también por eso?
Los ojos de Mitsu brillaron de interés mientras giraba su cabeza entre los rostros de sus nuevos compañeros. Panda, por otro lado, se quedó algo confundido.
- Algo sobre una conexión con la isla y las sombras - dijo, recordando lo que había escuchado de los jóvenes anteriores.
-¿Sois súbditos o retadores? - dijo Tenji con voz firme, retando el bullicio alrededor.
El grupo se miró entre ellos, y Nagaki comprendió que este era un momento crucial. La tensión en el aire era palpable.
Finalmente, Yoshiro se adelantó con decisión. Las palabras del chico resonaron, y a los ojos de Tenji, eso era lo que buscaba. No necesitan ser enemigos, y aquella gyojin, junto con sus extraños amigos, podrían ser la entrada que había estado esperando.
-Yo... -dije todavía con las manos en alto- Yo sólo quiero resolver el misterio del bosque -dije con cierto miedo en la voz-
La propuesta flotó en el aire, y Nagaki sintió que, aunque los caminos eran inciertos, tal vez había encontrado aliados inesperados en su búsqueda por la verdad. El Bosque de Salauce guardaba muchos secretos, y el destino de cada uno de ellos estaba a punto de entrelazarse en esa historia inesperada que empezaba a desarrollarse entre risas, rivalidades ligadas a mitos y deseos que aún esperaban por cumplirse.