Atlas
Nowhere | Fénix
07-11-2024, 12:22 AM
La feroz respuesta con la que contrarrestas el primer ataque de tu enemigo le pilla por sorpresa. Tal vez pensase que no contarías con que hiciese un movimiento lateral como el que ha realizado —mal por su parte—, aunque vete tú a saber qué es lo que ha sucedido en realidad. El caso es que la violencia con la que chocas tu acero contra el suyo consigue vencer su empuje y le provocas un nuevo corte. No tienes tanto éxito con su segunda acometida, pero puedes ver cómo las gotas de sudor empiezan a perlar la frente del pescador.
Entonces pasas a la ofensiva, como debe hacer un buen agente de la ley y garante del orden. Lo principal es atrapar a los malos. Por desgracia, en esta ocasión él ejecuta un movimiento similar al que tú realizaste antes y lanza una estocada que no solo inutiliza tu primer tajo, sino que consigue alcanzar tu piel. No tiene tanta suerte con el segundo, ya que a pesar de blandir su hoja contra la tuya no consigue alejar del todo el peligro. Bueno, en vez de una equis has conseguido marcar una línea diagonal en su pecho. Algo es algo.
La sangre gotea desde su pecho, manchando su ropa y deslizándose por su pierna hasta empezar a caer en el suelo con un ritmo uniforme y monótono. Por el momento sigue sin apreciarse ruido alguno fuera, lo que te indica que este sujeto tal vez fuese simplemente el encargado de preparar la estancia para algún tipo de reunión, ¿no? Si te lo estás planteando, no te va a dejar tiempo para que te lo pienses demasiado. Con una rabia inhumana, lanza una estocada directamente a tu cuello al tiempo que, girando sobre sí mismo, ejecuta un tajo vertical con el que pretende hundir su sable en tu hombro derecho.
Independientemente de lo que suceda, cuando el tipo se retire podrás ver que el individuo está lejos de su mejor momento. La sangre ha seguido manando de sus heridas, de forma que su ropa ha perdido casi por completo el color que tenía. Asimismo, los movimientos que realiza van dejando un rastro carmesí y brillante que se seca rápidamente en el suelo. Jadea sin descanso, aunque se esfuerza por mantener una guardia alta en todo momento y mostrarse preparado para cualquier envite. Asimismo, el sudor ha pasado a empapar su pelo, que se aplasta contra su cabeza allí donde aún lo conserva mientras algún mechón rebelde se sale de la norma y sobresale. Creo que sabe que no las tiene todas consigo, pero su mirada te dice que va a permanecer ahí hasta las últimas consecuencia: es la viva imagen de la decisión y el orgullo.
Entonces pasas a la ofensiva, como debe hacer un buen agente de la ley y garante del orden. Lo principal es atrapar a los malos. Por desgracia, en esta ocasión él ejecuta un movimiento similar al que tú realizaste antes y lanza una estocada que no solo inutiliza tu primer tajo, sino que consigue alcanzar tu piel. No tiene tanta suerte con el segundo, ya que a pesar de blandir su hoja contra la tuya no consigue alejar del todo el peligro. Bueno, en vez de una equis has conseguido marcar una línea diagonal en su pecho. Algo es algo.
La sangre gotea desde su pecho, manchando su ropa y deslizándose por su pierna hasta empezar a caer en el suelo con un ritmo uniforme y monótono. Por el momento sigue sin apreciarse ruido alguno fuera, lo que te indica que este sujeto tal vez fuese simplemente el encargado de preparar la estancia para algún tipo de reunión, ¿no? Si te lo estás planteando, no te va a dejar tiempo para que te lo pienses demasiado. Con una rabia inhumana, lanza una estocada directamente a tu cuello al tiempo que, girando sobre sí mismo, ejecuta un tajo vertical con el que pretende hundir su sable en tu hombro derecho.
Independientemente de lo que suceda, cuando el tipo se retire podrás ver que el individuo está lejos de su mejor momento. La sangre ha seguido manando de sus heridas, de forma que su ropa ha perdido casi por completo el color que tenía. Asimismo, los movimientos que realiza van dejando un rastro carmesí y brillante que se seca rápidamente en el suelo. Jadea sin descanso, aunque se esfuerza por mantener una guardia alta en todo momento y mostrarse preparado para cualquier envite. Asimismo, el sudor ha pasado a empapar su pelo, que se aplasta contra su cabeza allí donde aún lo conserva mientras algún mechón rebelde se sale de la norma y sobresale. Creo que sabe que no las tiene todas consigo, pero su mirada te dice que va a permanecer ahí hasta las últimas consecuencia: es la viva imagen de la decisión y el orgullo.