Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Común] [Presente] A tamaño carnet, por favor
Atlas
Nowhere | Fénix
Era un poco como estar en el día de la marmota, ¿no? Eso o en punto en el que había un elefante gigantesco en la habitación, los dos mirábamos al animal y al otro al mismo tiempo, pero continuábamos en silencio en espera de que fuese el otro el que sacase el tema. Sí, tal vez la segunda descripción se adaptase más a lo que estaba sucediendo. Yo necesitaba una fotografía decente. Él no iba a hacer la fotografía hasta que tuviese una imagen adecuada de Bean el Cantautor o como se llamase. Él estaba aterrorizado ante la idea de tener que acercarse a él de nuevo. A mí no me importaba acompañarle. Él quería que le acompañase. ¿Por qué era tan difícil, cuando todo estaba tan claro?

Un silencio incómodo de demasiados segundos de duración siguió al reconocimiento de necesitar ayuda. ¿Dónde estaba la línea que convertía el orgullo en cabezonería? Delante de mí, por descontado, y la línea se apellidaba Edaddepiedra. Mi ofrecimiento se vino a producir justo en el momento en que al fin Peor Trajeado tuvo a bien romperse. Tal vez si no hubiese estado ocupado tragando mocos y hablando de forma que no fuese posible entenderle me hubiera escuchado, pero no fue el caso. En consecuencia, tuve que repetirlo procurando alzar un poco el tono de voz para imponerme aunque solo fuera un poco a su llanto.

—Iré contigo —confirmé de una vez por todas, devolviéndole la carpeta sin hacer siquiera el amago de abrirla. No me importaba acompañarle, por supuesto, incluso hacerle de escolta si es lo que esperaba de mí, pero hacer todo ese trabajo pesado de leer informes, elaborar informes en respuesta a los primeros, leer las respuesta a los informes elaborados y perpetuar el ciclo estaba muy lejos de mis pretensiones.

Si había algo que era necesario saber a toda costa me lo tendría que decir él, que para eso conocía ya los datos, ¿no? A decir verdad, no las tenía todas conmigo. De hecho, estaba bastante convencido de que, bien realmente ese dosier estaba vacío y no había información alguna en su interior, bien Edaddepiedra era tan poco propenso a leer informes como yo. ¿Podría el caracol haberse comido los documentos? Fuera como fuese, la decisión estaba tomada.

—¿Dónde dices que se puede encontrar a ese Bean? —pregunté al tiempo que abría la puerta y me dirigía al exterior del cuartel. No tenía demasiado tiempo, puesto que el resto de miembros de la brigada lo estaban preparando todo para el desplazamiento nocturno hasta el faro. Me habían dicho que en sí no era nada del otro mundo, pero que el tiempo que llevaba allí y el entorno en el que había sido construido le conferían cierto aire venerable. Algún tipo de espíritu o alma había que darle a uno de los emblemas de la isla, ¿no?

En cuanto pusimos un pie fuera media docena de personas se abalanzaron al interior, pero en cuanto descubrieron que el encargado de hacer las fotografías se iba comenzaron a protestar. Algo así como que "les haría la foto porque para eso pagaban sus impuestos y que, como su sueldo provenía de los mismos, eso les convertía en su jefe", en resumen. No había demasiado problema en que formasen un poco de escándalo, al menos para mí, aunque sí lo había en que comenzasen a obstaculizarnos el paso. No podía quitar a la fuerza a alguien de mi camino en un cuartel de la Marina, mucho menos si no era el mío. Por suerte, la respuesta para el "yo te pago tu sueldo" estaba inventada. Me detuve y le arrebaté la carpeta de los brazos a Edaddepiedra:

—¿Tienen cita? —inquirí, paseando la mirada de unos a otros. Aquellos que se sorprendieron por mi pregunta estaban descartados—: Aquí no se atiende a nadie sin cita previa por política del Gobierno Mundial, así que vayan al mostrador y pidan cita.

—Es que si pido cita me la dan para dentro de tres semanas.

—Pues ponga una hoja de reclamación para que traigan a más personal. Aquí no damos abasto.

Una vez hube despachado a los que no tenían cita, me dediqué a los que se suponía que sí la tenían, los cuales, ¡oh, sorpresa!, no aparecían en el listado de citados. Porque no había lista, básicamente. Simplemente estaba fingiendo buscar sus nombres en el interior de la carpeta que debía contener información sobre Wyrm, el Cantante.

—No, sus nombres no aparecen —concluí—. Vayan a recepción y pregunten. A veces pasa. Lo más seguro es que haya habido algún error informático y que no se les asignase la cita o que se hayan equivocado de día. Yo no puedo hacer nada.

Y habiendo dejado el tema resuelto y zanjado, le devolví la carpeta a Peor Trajeado y me encaminé hacia el exterior del cuartel del G-23 en Isla Kilombo. Lo malo era que, después de tanto jaleo, seguía sin saber dónde demonios teníamos que dirigirnos.

—¿Dónde se supone que tenemos que ir a buscar a ese tal Ming? —repetí.
#9


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[Presente] A tamaño carnet, por favor - por Atlas - 26-09-2024, 08:38 PM
RE: [Presente] A tamaño carnet, por favor - por Atlas - 07-11-2024, 11:41 PM

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