La diplomacia había fracasado. A pesar de sus peticiones, pero sobre todo a pesar de sus advertencias, la mirada de los hombres dejaba más que claro su poca disposición a llegar a una solución pacífica, o siquiera agitada pero carente de contacto físico. No, cualesquiera que fuera la razón por la que estaban persiguiendo a Alfred, no estaban dispuestos a dialogar nada. Harían lo que se propusieron, fuese por las buenas o por las malas.
Las palabras de los cuatro humanos -o así asumía su raza a ojo- acabaron de confirmar lo que hace un instante fue tan solo un pensamiento que le preocupaba. Fue justamente el único de los tres que no se giró en ningún momento quien le dirigió la palabra, y quien dejó mas que claro que no tenían intención alguna de marcharse sin zanjar los asuntos que tenían pendientes con Alfred. Todavía más llamó su atención el término con el que se refería a Alfred, "ladronzuelo", que parecía arrojar un pequeño rayo de luz -no precisamente positivo- en aquella sensación de incomodidad que no había abandonado sus pensamientos, esa que le decía que Alfred no le estaba contando todo lo que podía. Era enrevesado, pero a como diera lugar, llegaría al fondo del problema.
Quienes sea que fueran, no había duda que tenían un pasado. De años atrás o de tan solo unos días era algo que debía sonsacarles junto con el resto de la historia.
Le resultaba curioso, además, la ausencia de peticiones de ayuda de Alfred con quien hasta hace unos minutos pensaba que había formado un lazo amistoso, aunque fuese uno temporal. No aprovechaba la situación beneficiosa en la que había quedado a ojos de Alistair en lo absoluto, ni el hecho de haberse ganado un mínimo de confianza con el espadachín para ganarse la protección que parecía necesitar con urgencia. ¿Tan asustado estaba que lo había olvidado? ¿O quizá solo era de esas personas que no querían ser salvados, sino que prefería asumir las consecuencias de las acciones que había cometido, fueran las que fueran? Todo era demasiado extraño, tan enredado como para marear al mas versado detective... Pero no tenía tiempo de ahondar en los detalles específicos, no ahora. Mientras sus pensamientos lo llevaban a la tierra de suposiciones e hipótesis, un hombre posiblemente inocente -o al menos eso quería pensar- estaba a punto de recibir la paliza de su vida.
Sin un segundo pensamiento ni el tiempo para procesarlo, avanzó a toda velocidad con el fin de interponerse entre los hombres y Alfred, con sus manos colocándose sobre los mangos de dos de sus katanas, desenfundándolas en la marcha -pero incapaz de llegar a su tercer filo por la premura que requería el momento, manteniéndolo enfundado-. En tandem, la llama Lunarian se encendió con fuerza a la altura de su espalda, emanando un calor imperceptible en medio del intenso intercambio que estaba a punto de tener lugar.
Dos puñetazos y dos patadas era lo que debía buscar repeler.
Si conseguía colocarse entre el médico y el cuarteto a tiempo, lo primero que solucionaría serían los puñetazos dirigidos a su cabeza. Como si cada acción transcurriera a cámara lenta, una mezcla entre su aguda visión y la adrenalina fluyendo en sus venas le dio ese subidón necesario para centrar cada gramo de su concentración y capacidades físicas en el combate a la mano. Sin buscar herir a los hombres -pues como bien había dicho, solo causaría daño cuando no le quedase alternativa-, la respectiva katana en cada una de sus manos buscaría pasar justo al costado de los brazos contrarios como si de una estocada fallida se tratara, sin llegar a lastimarlos en lo mas mínimo, sino posicionándose contra las extremidades atacantes para acompañar su movimiento y redireccionarlo hacia afuera y lejos de Alfred tal que las ofensivas siguieran de largo, empujándolos de manera que no solo no llegarían a hacer contacto con el emplumado o el médico sino que además la velocidad que ya llevaran encima los arrastraría a un golpe de cara contra el muro mas cercano.
Sin permitirse pausa, ahora seguían las patadas. Dibujaría un círculo con sus espadas con una diestra combinación de un movimiento circular de muñeca y sus dedos acompañándolo, de modo que las mismas llegarían por arriba a interceptar el puntapié, utilizando el lado romo de sus armas para hacer contacto con un costado de su pierna y empujarle en dirección al restante de los cuatro por lidiar -el de la patada al costado-, aunque conteniéndose lo suficiente al momento de impacto para que el daño al hombre fuese nimio. Con esto pretendía que su puntapié no fuese solo desviado y removida toda su fuerza, sino también de utilizar el empuje innato de la técnica para arrastrar el cuerpo del tercero hombre contra el del cuarto e impedir su ataque al chocarse con su compañero, arrastrándolos a ambos por la fuerza resultante hacia su propia izquierda a una distancia suficiente de Alfred, la poca que pudiera conseguir en tan reducido espacio.
Si todo resultaba como él había planificado, sin imprevistos ni tapujos, se tomaría un momento para hablar nuevamente por el tiempo que los hombres tomaran en recomponerse. — Permítanme reformular lo que he dicho antes. Por tanto como desconozca la verdad de lo que ocurre aquí, este hombre es un civil inocente y un amigo mío, y no permitiré que le pongan un dedo encima. Con la cara y los dientes de frente les detendré si es necesario. — Dijo, en un tono de sorprendente calmado a pesar del contenido de sus palabras. Su mal humor no era pasajero, pero era lo que tenía la ira de un hombre afable: Nunca te iba a mostrar más que una mirada fría y un accionar que ameritara la popularidad del conocido refrán. — Si luego le apoyo o le entrego yo mismo a la primera base Marine que me encuentre de camino, es mi problema ahora. Así que les arrojaré una última advertencia, y ni una mas: Márchense por donde vinieron, o veré personalmente que encaren consecuencias duraderas. — Sus filos se extendían hacia afuera y abajo, en diagonal, como si buscasen salvaguardar al médico detrás del Lunarian.
Si los asaltantes insistían en hacerle pasar factura a Alfred, Alistair convertiría sus palabras en prontas realidades con tan solo un parpadeo. Pero en el fondo, aún esperaba poder llegar a una resolución pacífica, y estaría dispuesto a dirigir la situación por esa ruta si el cuarteto mostraba disposición para ello.
Las palabras de los cuatro humanos -o así asumía su raza a ojo- acabaron de confirmar lo que hace un instante fue tan solo un pensamiento que le preocupaba. Fue justamente el único de los tres que no se giró en ningún momento quien le dirigió la palabra, y quien dejó mas que claro que no tenían intención alguna de marcharse sin zanjar los asuntos que tenían pendientes con Alfred. Todavía más llamó su atención el término con el que se refería a Alfred, "ladronzuelo", que parecía arrojar un pequeño rayo de luz -no precisamente positivo- en aquella sensación de incomodidad que no había abandonado sus pensamientos, esa que le decía que Alfred no le estaba contando todo lo que podía. Era enrevesado, pero a como diera lugar, llegaría al fondo del problema.
Quienes sea que fueran, no había duda que tenían un pasado. De años atrás o de tan solo unos días era algo que debía sonsacarles junto con el resto de la historia.
Le resultaba curioso, además, la ausencia de peticiones de ayuda de Alfred con quien hasta hace unos minutos pensaba que había formado un lazo amistoso, aunque fuese uno temporal. No aprovechaba la situación beneficiosa en la que había quedado a ojos de Alistair en lo absoluto, ni el hecho de haberse ganado un mínimo de confianza con el espadachín para ganarse la protección que parecía necesitar con urgencia. ¿Tan asustado estaba que lo había olvidado? ¿O quizá solo era de esas personas que no querían ser salvados, sino que prefería asumir las consecuencias de las acciones que había cometido, fueran las que fueran? Todo era demasiado extraño, tan enredado como para marear al mas versado detective... Pero no tenía tiempo de ahondar en los detalles específicos, no ahora. Mientras sus pensamientos lo llevaban a la tierra de suposiciones e hipótesis, un hombre posiblemente inocente -o al menos eso quería pensar- estaba a punto de recibir la paliza de su vida.
Sin un segundo pensamiento ni el tiempo para procesarlo, avanzó a toda velocidad con el fin de interponerse entre los hombres y Alfred, con sus manos colocándose sobre los mangos de dos de sus katanas, desenfundándolas en la marcha -pero incapaz de llegar a su tercer filo por la premura que requería el momento, manteniéndolo enfundado-. En tandem, la llama Lunarian se encendió con fuerza a la altura de su espalda, emanando un calor imperceptible en medio del intenso intercambio que estaba a punto de tener lugar.
Dos puñetazos y dos patadas era lo que debía buscar repeler.
Si conseguía colocarse entre el médico y el cuarteto a tiempo, lo primero que solucionaría serían los puñetazos dirigidos a su cabeza. Como si cada acción transcurriera a cámara lenta, una mezcla entre su aguda visión y la adrenalina fluyendo en sus venas le dio ese subidón necesario para centrar cada gramo de su concentración y capacidades físicas en el combate a la mano. Sin buscar herir a los hombres -pues como bien había dicho, solo causaría daño cuando no le quedase alternativa-, la respectiva katana en cada una de sus manos buscaría pasar justo al costado de los brazos contrarios como si de una estocada fallida se tratara, sin llegar a lastimarlos en lo mas mínimo, sino posicionándose contra las extremidades atacantes para acompañar su movimiento y redireccionarlo hacia afuera y lejos de Alfred tal que las ofensivas siguieran de largo, empujándolos de manera que no solo no llegarían a hacer contacto con el emplumado o el médico sino que además la velocidad que ya llevaran encima los arrastraría a un golpe de cara contra el muro mas cercano.
Sin permitirse pausa, ahora seguían las patadas. Dibujaría un círculo con sus espadas con una diestra combinación de un movimiento circular de muñeca y sus dedos acompañándolo, de modo que las mismas llegarían por arriba a interceptar el puntapié, utilizando el lado romo de sus armas para hacer contacto con un costado de su pierna y empujarle en dirección al restante de los cuatro por lidiar -el de la patada al costado-, aunque conteniéndose lo suficiente al momento de impacto para que el daño al hombre fuese nimio. Con esto pretendía que su puntapié no fuese solo desviado y removida toda su fuerza, sino también de utilizar el empuje innato de la técnica para arrastrar el cuerpo del tercero hombre contra el del cuarto e impedir su ataque al chocarse con su compañero, arrastrándolos a ambos por la fuerza resultante hacia su propia izquierda a una distancia suficiente de Alfred, la poca que pudiera conseguir en tan reducido espacio.
con101
CONTUNDENTE
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
17
1
Dando un firme paso en el que el usuario buscará generar toda la potencia de impulso y una cierta inercia con la que golpeara con su arma sin compasión a su objetivo causando un [Empuje] de 5 metros.
Golpe Básico + [FUEx2] de [Daño contundente]
Si todo resultaba como él había planificado, sin imprevistos ni tapujos, se tomaría un momento para hablar nuevamente por el tiempo que los hombres tomaran en recomponerse. — Permítanme reformular lo que he dicho antes. Por tanto como desconozca la verdad de lo que ocurre aquí, este hombre es un civil inocente y un amigo mío, y no permitiré que le pongan un dedo encima. Con la cara y los dientes de frente les detendré si es necesario. — Dijo, en un tono de sorprendente calmado a pesar del contenido de sus palabras. Su mal humor no era pasajero, pero era lo que tenía la ira de un hombre afable: Nunca te iba a mostrar más que una mirada fría y un accionar que ameritara la popularidad del conocido refrán. — Si luego le apoyo o le entrego yo mismo a la primera base Marine que me encuentre de camino, es mi problema ahora. Así que les arrojaré una última advertencia, y ni una mas: Márchense por donde vinieron, o veré personalmente que encaren consecuencias duraderas. — Sus filos se extendían hacia afuera y abajo, en diagonal, como si buscasen salvaguardar al médico detrás del Lunarian.
Si los asaltantes insistían en hacerle pasar factura a Alfred, Alistair convertiría sus palabras en prontas realidades con tan solo un parpadeo. Pero en el fondo, aún esperaba poder llegar a una resolución pacífica, y estaría dispuesto a dirigir la situación por esa ruta si el cuarteto mostraba disposición para ello.