Recuperando el aliento lentamente en la extensa caverna que acababan de descubrir, Balagus no pudo sino admirar la salvaje y primitiva belleza virgen de aquel lugar: las gigantescas estalagmitas y estalactitas, grandes como colmillos de los dragones de las leyendas, ecos del agua cayendo y fluyendo, más allá del alcance del ojo. Era una clase de espectáculo natural que ningún habitante de la perniciosa civilización podría comprender nunca, pero que el oni sentía resonar en su corazón con un canto precioso y primordial.
Al menos, así se sintió hasta que una poderosa sacudida amenazó con arrojar sobre ellos una nueva tormenta de piedra. Afortunadamente, el techo de piedra resistió, y permaneció impertérrita ante los golpes que seguirían. El guerrero levantó su arma en sus brazos, sintiendo de nuevo la sangre fluyendo por ellos, quizás gracias al frío sanador de las aguas que acababan de cruzar, o quizás a que estaba hecho un tremendo monstruo de músculos.
Ray se había despertado a los pocos instantes de abandonar el líquido elemento, para la sorpresa del oni. Aunque sólo pareció recordar la ayuda de su compañero de organización, el guerrero no se sorprendió de ser dejado a un lado: habiendo estado inconsciente, era lo más normal que el marine no recordara nada. Octojin parecía estar muy seguro de la dirección en la que continuar, siguiendo una presencia, por ahora, desconocida para Balagus.
El pirata rechazó el ofrecimiento de ayuda con un gesto de la mano, y se volvió a poner de pie. El cuerpo le dolía y le pesaba como si estuviera relleno de piedras, en vez de huesos y carne, pero no aceptaría más ayuda de la necesaria y obligatoria, y ya había abusado demasiado de la buena voluntad de aquellos marines al llevarle a través de las aguas, y lejos de la nube de veneno visceral del Terror.
Avanzó detrás de sus compañeros, siempre en silencio. En el estado en que se encontraba, esperaba no tener que hacer frente a otra batalla. Si así debía hacerlo, enfrentaría su muerte con honor y dignidad. Pero ya había hecho de cebo una vez, y las cosas no habían terminado de salir del todo bien para él, y no era malo dar algo de protagonismo a los demás. ¿no?
Aquello sonaba como… ¿un gimoteo? ¿Habría alguien atrapado allí? ¿O era que… era que alguien lamentaba la muerte de una criatura tan hermosamente terrorífica y poderosa como la que habían ejecutado antes? Y lo más importante: ¿se tomaría a bien que los asesinos se presentaran como si tal cosa?
Balgus no dejó de avanzar con el hacha en alto, sin dejar de mantener el Haki sobre ella, listo para aplicar toda su fuerza si era necesario. Pero, por el bien de su lacerado ser, esperaba que realmente no fuera necesario.
Al menos, así se sintió hasta que una poderosa sacudida amenazó con arrojar sobre ellos una nueva tormenta de piedra. Afortunadamente, el techo de piedra resistió, y permaneció impertérrita ante los golpes que seguirían. El guerrero levantó su arma en sus brazos, sintiendo de nuevo la sangre fluyendo por ellos, quizás gracias al frío sanador de las aguas que acababan de cruzar, o quizás a que estaba hecho un tremendo monstruo de músculos.
Ray se había despertado a los pocos instantes de abandonar el líquido elemento, para la sorpresa del oni. Aunque sólo pareció recordar la ayuda de su compañero de organización, el guerrero no se sorprendió de ser dejado a un lado: habiendo estado inconsciente, era lo más normal que el marine no recordara nada. Octojin parecía estar muy seguro de la dirección en la que continuar, siguiendo una presencia, por ahora, desconocida para Balagus.
El pirata rechazó el ofrecimiento de ayuda con un gesto de la mano, y se volvió a poner de pie. El cuerpo le dolía y le pesaba como si estuviera relleno de piedras, en vez de huesos y carne, pero no aceptaría más ayuda de la necesaria y obligatoria, y ya había abusado demasiado de la buena voluntad de aquellos marines al llevarle a través de las aguas, y lejos de la nube de veneno visceral del Terror.
Avanzó detrás de sus compañeros, siempre en silencio. En el estado en que se encontraba, esperaba no tener que hacer frente a otra batalla. Si así debía hacerlo, enfrentaría su muerte con honor y dignidad. Pero ya había hecho de cebo una vez, y las cosas no habían terminado de salir del todo bien para él, y no era malo dar algo de protagonismo a los demás. ¿no?
Aquello sonaba como… ¿un gimoteo? ¿Habría alguien atrapado allí? ¿O era que… era que alguien lamentaba la muerte de una criatura tan hermosamente terrorífica y poderosa como la que habían ejecutado antes? Y lo más importante: ¿se tomaría a bien que los asesinos se presentaran como si tal cosa?
Balgus no dejó de avanzar con el hacha en alto, sin dejar de mantener el Haki sobre ella, listo para aplicar toda su fuerza si era necesario. Pero, por el bien de su lacerado ser, esperaba que realmente no fuera necesario.
BUSO401
BUSOSHOKU
Haki básico
Tier 4
No Aprendida
8
2
Permite al usuario recubrir hasta dos extremidades o dos armas con haki, tornándose estas de un color oscuro y brillante como el metal, siendo capaz de golpear los cuerpos de todo tipo de Akumas. Obteniendo un bono de +15 en los daños que aplique el Haki y +5 [Resistencia] ante daños y efectos. (En caso de querer recubrir solo pequeñas zonas del cuerpo, inferiores a la mitad del recubrimiento máximo, el coste bajará a la mitad)
+15 en los daños físicos con Haki imbuido y +5 [Resistencia] ante daños y efectos en el área.