Octojin
El terror blanco
09-11-2024, 09:02 PM
Uno de los piratas, Robi Ola, reacciona ante tus palabras. Con su katana aún envainada y una expresión que mezcla orgullo y una pizca de melancolía, levanta la cabeza hacia donde te encuentras sobre el mástil. Se aclara la garganta, dejando entrever su acento italiano mientras responde, su voz clara y firme:
—Non podemos dejar la famiglia, signore. La famiglia es tutto para nosotros, y especialmente con Marga Rita aquí —Hace una pausa, observando a su capitana, quien, aunque agotada y jadeante, sigue con la misma chispa indomable en sus ojos. Su voz se endurece, y sus palabras muestran un orgullo inquebrantable—. Non importa si morimos aquí, porque per la gloria della pizza senza piña, ¡valdrá la pena!
Si le miras, observarás su convicción. Aunque la razón de su lucha te sigue pareciendo ridícula, seguramente no puedas evitar respetar la lealtad que estos piratas sienten por su capitana y su causa, por absurda que sea. Aquello es algo envidiable, ¿no?
Ves que Gorgon Zola también mantiene una postura firme, aunque su semblante está torcido por el dolor. La fractura de su brazo le ha fastidiado la pelea, y está al borde de caer. Su cuerpo se ha inclinado hacia atrás, en una pose defensiva que intenta conservar la poca energía que le queda. Su katana diestra está en el suelo, y ahora solo maneja la que tiene en su siniestra, y su habilidad no es la mejor.
A tu alrededor, el silencio tenso parece darles a tus oponentes un momento para recuperar el aliento. Aprovechando esta pausa, puedes notar el estado de cada uno: Douma, aunque sigue en pie, se ve bastante agotado, si le observas, verás que sus movimientos son mucho más lentos, y muestra sus hombros ligeramente encorvados. Marga Rita, su rival directa, tampoco está en óptimas condiciones, pero mantiene esa testarudez casi cómica, como una cabra dispuesta a embestir sin importar el sacrificio. La sangre fluye de las heridas en sus brazos y piernas, pero su expresión sigue firme y decidida. Ese combate tiene que estar siendo épico, la verdad.
Parece que tus palabras han tenido algún efecto. Por un momento, el equipo Quattro Formaggi se detiene, mirándose entre ellos, como si tu discurso hubiera sembrado dudas en sus mentes. Pero la pausa dura apenas unos segundos. Con un asentimiento mutuo, vuelven a concentrarse, listos para el siguiente asalto. Están mucho más unidos de lo que creías. Tus palabras no han hecho mella en ellos y seguirán a tope con las ideas de su familia.
Gorgon Zola ajusta su postura, llevándose la mano izquierda a la empuñadura de su katana, su única arma funcional en este punto. Sus ojos te intentan observar con dureza, manteniendo una posición defensiva, claramente preparado para bloquear cualquier ataque que puedas lanzar.
Robi Ola, por su parte, cierra los ojos y envaina su katana, concentrándose profundamente. Es evidente que está preparando algún tipo de técnica, y el aire a su alrededor parece intensificarse, como si la calma que lo rodea fuese solo el preludio de una tormenta de acero y determinación. Parece que su concentración está dividiéndose, tanto en su katana como en su mente.
Par Migiano, por su parte, se desplaza hacia el centro de la cubierta. Con una mirada calculadora, coloca su mano derecha sobre la madera del barco, adoptando una posición extraña, casi ritualista. Aunque esta postura lo deja expuesto, su expresión refleja concentración absoluta, como si estuviera tratando de canalizar algo a través del propio barco. Vaya panda tú.
Moza Rela, mientras tanto, se posiciona un poco más alejada, cargando su arma con calma y precisión. En un abrir y cerrar de ojos, apunta hacia Douma y lanza una ráfaga de cinco balas. Todas ellas viajan directo a él, dejando estelas de haki en el aire, y siendo cada disparo calculado y dirigido a puntos clave, buscando desgastar al hijo de Zaza.
Douma se mueve para esquivar, aunque el cansancio en sus movimientos es visible. Apenas logra evitar las primeras balas, pero una de ellas roza su brazo izquierdo, dejando una herida superficial pero dolorosa. Sin duda le pasará factura, como todas las demás. La concentración en su rostro refleja su determinación a seguir luchando, incluso en un estado tan agotado.
Observas a todos ellos, conscientes de que están coordinando sus esfuerzos para lanzarse en el próximo momento de debilidad que perciban en ti o en Douma. La pausa que has conseguido es apenas un respiro, y el siguiente asalto promete ser aún más intenso.
—Non podemos dejar la famiglia, signore. La famiglia es tutto para nosotros, y especialmente con Marga Rita aquí —Hace una pausa, observando a su capitana, quien, aunque agotada y jadeante, sigue con la misma chispa indomable en sus ojos. Su voz se endurece, y sus palabras muestran un orgullo inquebrantable—. Non importa si morimos aquí, porque per la gloria della pizza senza piña, ¡valdrá la pena!
Si le miras, observarás su convicción. Aunque la razón de su lucha te sigue pareciendo ridícula, seguramente no puedas evitar respetar la lealtad que estos piratas sienten por su capitana y su causa, por absurda que sea. Aquello es algo envidiable, ¿no?
Ves que Gorgon Zola también mantiene una postura firme, aunque su semblante está torcido por el dolor. La fractura de su brazo le ha fastidiado la pelea, y está al borde de caer. Su cuerpo se ha inclinado hacia atrás, en una pose defensiva que intenta conservar la poca energía que le queda. Su katana diestra está en el suelo, y ahora solo maneja la que tiene en su siniestra, y su habilidad no es la mejor.
A tu alrededor, el silencio tenso parece darles a tus oponentes un momento para recuperar el aliento. Aprovechando esta pausa, puedes notar el estado de cada uno: Douma, aunque sigue en pie, se ve bastante agotado, si le observas, verás que sus movimientos son mucho más lentos, y muestra sus hombros ligeramente encorvados. Marga Rita, su rival directa, tampoco está en óptimas condiciones, pero mantiene esa testarudez casi cómica, como una cabra dispuesta a embestir sin importar el sacrificio. La sangre fluye de las heridas en sus brazos y piernas, pero su expresión sigue firme y decidida. Ese combate tiene que estar siendo épico, la verdad.
Parece que tus palabras han tenido algún efecto. Por un momento, el equipo Quattro Formaggi se detiene, mirándose entre ellos, como si tu discurso hubiera sembrado dudas en sus mentes. Pero la pausa dura apenas unos segundos. Con un asentimiento mutuo, vuelven a concentrarse, listos para el siguiente asalto. Están mucho más unidos de lo que creías. Tus palabras no han hecho mella en ellos y seguirán a tope con las ideas de su familia.
Gorgon Zola ajusta su postura, llevándose la mano izquierda a la empuñadura de su katana, su única arma funcional en este punto. Sus ojos te intentan observar con dureza, manteniendo una posición defensiva, claramente preparado para bloquear cualquier ataque que puedas lanzar.
Robi Ola, por su parte, cierra los ojos y envaina su katana, concentrándose profundamente. Es evidente que está preparando algún tipo de técnica, y el aire a su alrededor parece intensificarse, como si la calma que lo rodea fuese solo el preludio de una tormenta de acero y determinación. Parece que su concentración está dividiéndose, tanto en su katana como en su mente.
Par Migiano, por su parte, se desplaza hacia el centro de la cubierta. Con una mirada calculadora, coloca su mano derecha sobre la madera del barco, adoptando una posición extraña, casi ritualista. Aunque esta postura lo deja expuesto, su expresión refleja concentración absoluta, como si estuviera tratando de canalizar algo a través del propio barco. Vaya panda tú.
Moza Rela, mientras tanto, se posiciona un poco más alejada, cargando su arma con calma y precisión. En un abrir y cerrar de ojos, apunta hacia Douma y lanza una ráfaga de cinco balas. Todas ellas viajan directo a él, dejando estelas de haki en el aire, y siendo cada disparo calculado y dirigido a puntos clave, buscando desgastar al hijo de Zaza.
Douma se mueve para esquivar, aunque el cansancio en sus movimientos es visible. Apenas logra evitar las primeras balas, pero una de ellas roza su brazo izquierdo, dejando una herida superficial pero dolorosa. Sin duda le pasará factura, como todas las demás. La concentración en su rostro refleja su determinación a seguir luchando, incluso en un estado tan agotado.
Observas a todos ellos, conscientes de que están coordinando sus esfuerzos para lanzarse en el próximo momento de debilidad que perciban en ti o en Douma. La pausa que has conseguido es apenas un respiro, y el siguiente asalto promete ser aún más intenso.