Vesper Chrome
Medical Fortress
10-11-2024, 06:47 AM
(Última modificación: 10-11-2024, 06:56 AM por Vesper Chrome.)
Isla Kilombo
Dia 31, Verano.
La Isla Kilombo es un rincón apartado y peligroso, un lugar donde las aguas serenas esconden la violencia que late bajo la superficie. Aquí, el mar golpea suavemente contra las rocas, y las embarcaciones ancladas en el muelle parecen pequeñas, solitarias, como si temieran demasiado movimiento. La brisa salada acaricia el rostro de cualquiera que se atreva a desembarcar, pero también lleva consigo un aire espeso, pesado, como si la misma isla advirtiera que no es bienvenida la paz en sus tierras. A lo lejos, el pequeño pueblo parece dormido, con luces tenues parpadeando en las pocas casas que desafían la noche. Sin embargo, las verdaderas historias de Kilombo no ocurren en el centro del pueblo, sino en las sombras que rodean cada rincón, en los murmullos que se filtran entre los callejones y en los rumores que resuenan en la boca de los más valientes. Aquí, todos saben que la tripulación de los Banderas Rojas opera a las afueras del pueblo, y que cualquier enfrentamiento con ellos termina rápido y sin testigos. El sonido de pasos lentos y calculados resuena en el muelle.
Una figura oscura, casi indistinguible en la penumbra, emerge desde uno de los callejones cercanos: Eres tú Cuervo, un individuo conocido en los bajos fondos por su habilidad para moverse sin dejar rastros y cumplir con cualquier encargo. Contigo llevas un Den den Mushi que te permite tener conversaciones con Mama Coco, en donde ella te da encargos y ademas sirve como receptor de imagenes de tus posibles objetivos, y es desde allí que se escucha una voz grave y conocida.
—Cuervo, Aquí Mamá Coco. — La voz de Mama Coco lleva una autoridad inconfundible. No es una mujer de rodeos, y tu sabes que cada palabra que ella pronuncia es el producto de años de experiencia y astucia. Sus instrucciones, transmitidas a través del caracol, suenan claras y crudas, como una advertencia y una invitación a la vez.
—Thomas Duarte es un idiota que fue lo bastante estúpido como para unirse a los Banderas Rojas. — Comienza ella, sin el menor rastro de simpatía. —No tardó en darse cuenta de que esa tripulación opera bajo tres reglas sencillas: te quedas, te mueres, o pagas. — La voz se entrecorta un momento, y Mama Coco suspira. Es un suspiro que probablemente has escuchado antes, el de alguien cansado de ver gente metida en problemas que no pueden manejar.
—Ahora, su hermana, Isabella Duarte, se ofreció a cambio de su libertad. Solo debía quedarse tres meses, pero han pasado cinco y estos perros no la han dejado libre. La necesitan y no piensan soltarla— continúa. —Thomas no puede recurrir a la marina sin arriesgarse a exponer su conexión con ellos… Por eso, entras tú. Necesito que saques a Isabella de esa base y te asegures de que regrese con vida. — La voz de Mama Coco adquiere un tono más grave al mencionar la base de los piratas, un lugar conocido por las pocas almas que han logrado escapar. Kilombo no es solo una isla; es un terreno hostil donde la ley que impera es la de los más fuertes, y aquí los Banderas Rojas aunque estan de paso, han sabido moverse tan bien para no ser atrapados por los idiotas de la marina.
— La base de los Banderas Rojas está en un lugar maldito de esta isla, en las zonas más peligrosas. No son los piratas más fuertes, pero tienen un número suficiente como para hacerte la vida imposible si no tienes cuidado — explica. —Aún así, te envié a alguien que te será de mucha ayuda para abrirte paso.— Una pausa, y el den den mushi emite un leve clic. Al instante, una imagen de Isabella Duarte se revela en una pared cercana donde el den den mushi esta mirando. La fotografía muestra a una mujer de ojos firmes, el tipo de persona que no se rinde fácilmente.
Observa la imagen en silencio el tiempo que quieras, graba en tu mente los rasgos de la persona que te ha tocado salvar en esta ocasión. Sin decir una palabra, sabes perfectamente como es Mamá Coco, es mejor que simplemente asientas y digas que aceptas, o algo por el estilo, sabemos qe no eres de aquellos que dice que no a un trabajo como este. Guarda entonces el dispositivo. El tiempo apremia y que tu misión apenas comienza. Cuando miras hacia el oscuro camino hacia las afueras del pueblo sabes que tienes que esperar el refuerzo de Mamá Coco, y probablemente esa persona vaya a llegar justo al lugar en donde tu te encuentras, asi que no te muevas demasiado hasta encontrarla.