Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
10-11-2024, 07:38 PM
Mayura observó en silencio mientras Fay narraba su historia, sus palabras cargadas de un dolor que trascendía el tiempo. La sinceridad de la joven, esa franqueza desgarradora, le recordó de inmediato las sombras que él mismo había dejado atrás en su propio pasado, aunque las circunstancias fueran tan distintas. Pensó en como la vida podía ser tan cruel en formas insospechadas, y aquellos que habían sido heridos de esa manera, al igual que Fay, solían ver el mundo desde un lugar que otros nunca comprenderían. Mayura mantuvo su expresión serena y su usual porte, pero sus ojos grises, por una vez, mostraban un destello de comprensión genuina.
— Querida Fay, todos somos actores en un escenario que muchas veces no elegimos. — Dijo finalmente, su voz suave y cargada de un tono inusualmente serio. — Tú, en tu propia obra, has sido más valiente de lo que te das cuenta. No todos se enfrentan a un pasado como el tuyo y logran encontrar una familia… o un papel digno de representar. — Hizo una pausa, dejando que sus palabras resonaran en el silencio de la noche. — Tal vez no lo admitas o simplemente aun no lo reconozcas, pero tienes dentro de ti una fuerza tan poderosa como la de cualquier mar bravío. — Su sonrisa apareció entonces, cálida y auténtica, un contraste con su típica expresión altiva.
Mientras ella se secaba las lágrimas, el elegante pirata sintió un impulso protector hacia ella, algo que le era ajeno, pero no desagradable del todo. Esa chica había enfrentado su propia tragedia, y había encontrado la fuerza para seguir adelante, apoyándose en aquellos que la aceptaron, sin juzgarla, por quien era realmente. Eso, pensaba Mayura, era un acto de coraje que él mismo valoraba, aunque nunca lo admitiría de manera tan directa. — No tienes por qué disculparte, querida. Las luces de este escenario están siempre encendidas para aquellos que desean mostrarse sin máscaras. — dijo, tratando de devolverle un poco de esa alegría con su peculiar tono teatral. Con una elegancia propia de un noble, se levantó del suelo, ajustándose la chaqueta y sacudiéndose la tierra con despreocupación. La sugerencia de Fay de ir a la playa parecía el cambio perfecto para relajar el ambiente, y no pudo evitar sonreír ante la idea de un paseo nocturno bajo las estrellas.
— ¿Una playa, dices? Bueno, mi espíritu no puede resistirse a un escenario tan encantador y libre. Supongo que no tenemos que pedirle permiso a Bobby. — Respondió, tomando su mano con una inclinación exagerada, como si estuviera aceptando la invitación a un baile de gala, olvidando completamente que recientemente había obtenido la maldición de no poder nadar. — Vamos, entonces. ¿Un paseo nocturno entre las olas y la luna, como protagonistas de nuestra propia obra? — Con un toque de dramatismo, caminaría a su lado, dejando que la frescura de la noche y el sonido de las cigarras acompañaran sus pasos hacia ese nuevo escenario.
— Querida Fay, todos somos actores en un escenario que muchas veces no elegimos. — Dijo finalmente, su voz suave y cargada de un tono inusualmente serio. — Tú, en tu propia obra, has sido más valiente de lo que te das cuenta. No todos se enfrentan a un pasado como el tuyo y logran encontrar una familia… o un papel digno de representar. — Hizo una pausa, dejando que sus palabras resonaran en el silencio de la noche. — Tal vez no lo admitas o simplemente aun no lo reconozcas, pero tienes dentro de ti una fuerza tan poderosa como la de cualquier mar bravío. — Su sonrisa apareció entonces, cálida y auténtica, un contraste con su típica expresión altiva.
Mientras ella se secaba las lágrimas, el elegante pirata sintió un impulso protector hacia ella, algo que le era ajeno, pero no desagradable del todo. Esa chica había enfrentado su propia tragedia, y había encontrado la fuerza para seguir adelante, apoyándose en aquellos que la aceptaron, sin juzgarla, por quien era realmente. Eso, pensaba Mayura, era un acto de coraje que él mismo valoraba, aunque nunca lo admitiría de manera tan directa. — No tienes por qué disculparte, querida. Las luces de este escenario están siempre encendidas para aquellos que desean mostrarse sin máscaras. — dijo, tratando de devolverle un poco de esa alegría con su peculiar tono teatral. Con una elegancia propia de un noble, se levantó del suelo, ajustándose la chaqueta y sacudiéndose la tierra con despreocupación. La sugerencia de Fay de ir a la playa parecía el cambio perfecto para relajar el ambiente, y no pudo evitar sonreír ante la idea de un paseo nocturno bajo las estrellas.
— ¿Una playa, dices? Bueno, mi espíritu no puede resistirse a un escenario tan encantador y libre. Supongo que no tenemos que pedirle permiso a Bobby. — Respondió, tomando su mano con una inclinación exagerada, como si estuviera aceptando la invitación a un baile de gala, olvidando completamente que recientemente había obtenido la maldición de no poder nadar. — Vamos, entonces. ¿Un paseo nocturno entre las olas y la luna, como protagonistas de nuestra propia obra? — Con un toque de dramatismo, caminaría a su lado, dejando que la frescura de la noche y el sonido de las cigarras acompañaran sus pasos hacia ese nuevo escenario.