Lobo Jackson
Moonwalker
10-11-2024, 08:05 PM
- Oh sí, lo has hecho muy bien-gara, muy bien hecho si señorita-gara... ¿Te lo pasaste bien ayer-gara? Si... Yo sé que sí-gara, todos disfrutaron con tus dulces sonidos-gara. Y yo también-gara, yo también disfruté un montón tocándote-gara... ¿Te gustó que te tocase así-gara? Lo sé, lo sé-gara... - Las melosas palabras del mink sonaban amortiguadas tras el telón del escenario. Estaba sentado en un taburete y frotaba a su guitarra "Thriller" con un trapo de tela suave, limpiándola antes de guardarla en su funda.
La manera con la que limpiaba su instrumento podría calificarse como dulce y pasional. Cada curva de la guitarra era frotada con delicadeza, describiendo suaves círculos alrededor de sus base hasta subir lentamente hacia el mástil, que agarraba con una mano firme mientras que la otra subía de arriba a abajo frotando con el paño. Por último se centró en la pala, rodeando la punta con la tela y dedicándole atención especial a las clavijas.
Apretaba con suavidad los pequeños tornillos, afinando a oído el tono de las cuerdas y asegurándose de que estuvieran en perfecto estado. Cuando terminaba con una clavija, pasaba al siguiente y tocaba con delicadeza su cuerda correspondiente. Una labor nacida de la disciplina que a ojos inexpertos podría parecer obsesivo, puesto que Lobo Jackson estaba completamente enfocado en ello con la lengua ligeramente afuera, señal de una concentración extrema.
Así estaba cuando escuchó una voz familiar tras de sí.
- Oye, enhorabuena por tu actuación de ayer, Lobo. Fue un verdadero placer tocar contigo. -
Se trataba de Rizzo, el fantástico bardo con quien había compartido el escenario la noche anterior.
- ¡Rizzo! Qué alegría verte-gara, ¿cómo vas? ¿Has disfrutado del desayuno-gara? Yo devoré un plato de huevos fritos con beicon que me devolvieron a la vida, ¡a la vida-gara! Anoche acabé agotado después de nuestro magnífico conciertazo-gara... ¡Me fui derechito a mi camarote-gara! - Bromeó el mink con camaradería.
- Por cierto, ¿qué fue eso que hiciste ayer? No sabría describir exactamente qué es lo que sentí, pero nunca había visto que un músico hiciera que todo el mundo a su alrededor perdiera el sentido haciéndoles disfrutar con su arte. - Le preguntó el bardo con sincera curiosidad.
- ¡Ah! Eso-gara... Sinceramente, no estoy seguro-gara. - El mink se echó hacia atrás y miró hacia el techo, pensativo. - Desde hace un tiempo-gara, cada vez que dejo que la música hable por mí-gara, siento esta irrefrenable energía que sale de mí-gara. Es como... Es como... - Intentaba encontrar las palabras pero la explicación le evadía. Chasqueó los dedos de la mano derecha varias veces, como si quisiera prender la bombilla de la inspiración, hasta que al fin creyó encenderla. - Es como una emoción diferente-gara, algo así como el deseo de ser el mejor músico de todos-gara. -
Bajó la mirada hacia "Thriller", que brillaba tras su limpieza en profundidad. Parecía completamente nueva.
- Si tuviera que explicarlo de otra forma-gara, diría que es mi deseo de que todo el mundo sienta el amor por la música y el baile como yo lo siento-gara. - Se rascó la peluda barbilla color cobalto con sus garras negras, como un filósofo que comparte su logos. - Podría llamarlo... Mi camino del músico-gara. -
Sintió que la explicación había quedado algo embarazosa e incómoda, pero se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa a Rizzo. - Al fin y al cabo-gara, mi sueño es ser el Rey del Pop. -
La manera con la que limpiaba su instrumento podría calificarse como dulce y pasional. Cada curva de la guitarra era frotada con delicadeza, describiendo suaves círculos alrededor de sus base hasta subir lentamente hacia el mástil, que agarraba con una mano firme mientras que la otra subía de arriba a abajo frotando con el paño. Por último se centró en la pala, rodeando la punta con la tela y dedicándole atención especial a las clavijas.
Apretaba con suavidad los pequeños tornillos, afinando a oído el tono de las cuerdas y asegurándose de que estuvieran en perfecto estado. Cuando terminaba con una clavija, pasaba al siguiente y tocaba con delicadeza su cuerda correspondiente. Una labor nacida de la disciplina que a ojos inexpertos podría parecer obsesivo, puesto que Lobo Jackson estaba completamente enfocado en ello con la lengua ligeramente afuera, señal de una concentración extrema.
Así estaba cuando escuchó una voz familiar tras de sí.
- Oye, enhorabuena por tu actuación de ayer, Lobo. Fue un verdadero placer tocar contigo. -
Se trataba de Rizzo, el fantástico bardo con quien había compartido el escenario la noche anterior.
- ¡Rizzo! Qué alegría verte-gara, ¿cómo vas? ¿Has disfrutado del desayuno-gara? Yo devoré un plato de huevos fritos con beicon que me devolvieron a la vida, ¡a la vida-gara! Anoche acabé agotado después de nuestro magnífico conciertazo-gara... ¡Me fui derechito a mi camarote-gara! - Bromeó el mink con camaradería.
- Por cierto, ¿qué fue eso que hiciste ayer? No sabría describir exactamente qué es lo que sentí, pero nunca había visto que un músico hiciera que todo el mundo a su alrededor perdiera el sentido haciéndoles disfrutar con su arte. - Le preguntó el bardo con sincera curiosidad.
- ¡Ah! Eso-gara... Sinceramente, no estoy seguro-gara. - El mink se echó hacia atrás y miró hacia el techo, pensativo. - Desde hace un tiempo-gara, cada vez que dejo que la música hable por mí-gara, siento esta irrefrenable energía que sale de mí-gara. Es como... Es como... - Intentaba encontrar las palabras pero la explicación le evadía. Chasqueó los dedos de la mano derecha varias veces, como si quisiera prender la bombilla de la inspiración, hasta que al fin creyó encenderla. - Es como una emoción diferente-gara, algo así como el deseo de ser el mejor músico de todos-gara. -
Bajó la mirada hacia "Thriller", que brillaba tras su limpieza en profundidad. Parecía completamente nueva.
- Si tuviera que explicarlo de otra forma-gara, diría que es mi deseo de que todo el mundo sienta el amor por la música y el baile como yo lo siento-gara. - Se rascó la peluda barbilla color cobalto con sus garras negras, como un filósofo que comparte su logos. - Podría llamarlo... Mi camino del músico-gara. -
Sintió que la explicación había quedado algo embarazosa e incómoda, pero se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa a Rizzo. - Al fin y al cabo-gara, mi sueño es ser el Rey del Pop. -