John Joestar
Jojo
11-11-2024, 02:58 AM
(Última modificación: 12-11-2024, 06:07 PM por John Joestar.)
-Pues si me lo permites, no estás mal, pero no te he traido aqui por esto.- Sinceramente, no iba a ligarme a una charlatana de poca confianza, y menos en un momento como este. -Pero si no les hubieras parado, puede que ese grupito de lameculos se hubiera visto enormemente reducido.-
Me llegaba un olor constante a lavanda, o una planta similar, esa mujer era una perfecta manipuladora, buena carisma, buena labia, buen olor, pringados desesperados a escuchar cualquier gilipollez solamente con tal de tener a una femina cerca...
-Voy a contarte una pequeña historia y tu me dirás lo que sepas sobre esa historia del marine perdido- Carraspeé para aclararme la garganta; para mi sorpresa, aquella mujer no habia dejado de sonreir mientras me miraba, sus ojos habian crecido de tamaño y sus pupilas eran más grandes que al principio. -Soy una especie de... buscador de mitos y leyendas, me gusta vivir aventuras y descubrir cosas sobre los rumores e historias que las buenas gentes de los pueblos tienden a contar a sus hijos o amigos. Tu historia sobre aquel hombre que vive deprimido, que vende reliquias de su pasado y bla bla bla...me ha llamado poderosamente la atención, me gustaria saber como se llama y donde puedo encontrarlo, seguramente una mujer tan bien informada como tu sabria decirmelo. Obvio, no en balde, puedo pagarte por esa información si resulta ser cierta. Me llamo Jhon, por cierto.-
Si esa chica era lo suficientemente lista, sabria que le estaba mintiendo en la cara, y seguramente no me lo diria pero, tampoco creo que diera la alarma sobre mi presencia, una de mis mejores cualidades, desde pequeño, es mi carisma...y si no siempre un buen puñetazo contra el suelo tiende a funcionar como dios manda, la gente inconsciente da mucho menos por el culo. Si no era lo suficientemente lista, me mentiria y me mandaria a freir esparragos a vete tu a saber que lejana ubicación, pero dado las cabeza de altura que le saco por encima, dudo mucho que eso si quiera se le pasase por la cabeza, al menos, para una persona con dos dedos de frente. Me apoyé sobre la mesa y me preparé en mi interior por si tenia que arreglar esto a la antigua ausanza, con una buena ración de puñetazos a la brasa acompañado de una guarnición de tortas sin descanso.
Me llegaba un olor constante a lavanda, o una planta similar, esa mujer era una perfecta manipuladora, buena carisma, buena labia, buen olor, pringados desesperados a escuchar cualquier gilipollez solamente con tal de tener a una femina cerca...
-Voy a contarte una pequeña historia y tu me dirás lo que sepas sobre esa historia del marine perdido- Carraspeé para aclararme la garganta; para mi sorpresa, aquella mujer no habia dejado de sonreir mientras me miraba, sus ojos habian crecido de tamaño y sus pupilas eran más grandes que al principio. -Soy una especie de... buscador de mitos y leyendas, me gusta vivir aventuras y descubrir cosas sobre los rumores e historias que las buenas gentes de los pueblos tienden a contar a sus hijos o amigos. Tu historia sobre aquel hombre que vive deprimido, que vende reliquias de su pasado y bla bla bla...me ha llamado poderosamente la atención, me gustaria saber como se llama y donde puedo encontrarlo, seguramente una mujer tan bien informada como tu sabria decirmelo. Obvio, no en balde, puedo pagarte por esa información si resulta ser cierta. Me llamo Jhon, por cierto.-
Si esa chica era lo suficientemente lista, sabria que le estaba mintiendo en la cara, y seguramente no me lo diria pero, tampoco creo que diera la alarma sobre mi presencia, una de mis mejores cualidades, desde pequeño, es mi carisma...y si no siempre un buen puñetazo contra el suelo tiende a funcionar como dios manda, la gente inconsciente da mucho menos por el culo. Si no era lo suficientemente lista, me mentiria y me mandaria a freir esparragos a vete tu a saber que lejana ubicación, pero dado las cabeza de altura que le saco por encima, dudo mucho que eso si quiera se le pasase por la cabeza, al menos, para una persona con dos dedos de frente. Me apoyé sobre la mesa y me preparé en mi interior por si tenia que arreglar esto a la antigua ausanza, con una buena ración de puñetazos a la brasa acompañado de una guarnición de tortas sin descanso.