Shy
"Shy"
11-11-2024, 03:05 AM
Shy exhaló un suspiro de aburrimiento. La conversación había dejado de ser estimulante y ahora empezaba a resultarle cansina, de modo que prefirió ahorrarse la incomodidad de mantener aquel intercambio que cada vez se volvía más banal y, musitando excusas -sin molestarse en hacerlas demasiado coherentes- regresó a la habitación, sintiéndose además estafado por aquella diabólica ensalada. No se podía quitar aquel sabor a lechuga reseca de la boca, por más agua que bebiera. Ame siempre llevaba caramelos encima. Habría estado bien poder saborear una de aquellas tabletas azucaradas, por más que supiera que eran el camino más rápido para verse con una cantidad de dientes inferior a la recomendable.
Encerrado en aquella habitación se sintió más cómodo y seguro que en aquel lúgubre comedor. Se sentó en una silla y se estiró cual felino, ahora que nadie le estaba observando. Por fin, un poco de tranquilidad. Sacudió con indiferencia las brasas de la chimenea antes de abrir su maletín de trabajo. Ah. Sus agujas de costura y todas aquellas telas. Tal y como las había dejado. Allí estaban, esperándole. No pudo evitar pensar que la última vez que se había puesto a coser, Hyun había acabado muerto. Pero así era. Shy se encogió de hombros. No había sido su culpa, sino de aquel trío de imbéciles y de los Blackmore. Sin poder quitarse del todo de la cabeza el rostro de su difunto allegado, enhebró la aguja.
Su mente divagó, proyectando mil diseños distintos. Aún le dolía el hombro. Frunció el ceño al pensar en el friki de la lanza. Si hubiera tenido ropas algo más resistentes, podría haber sufrido menos daños por aquella vil estocada. Ahora tenía algo más de habilidad con las agujas. Imaginó telas plegadas sobre sí mismas hasta formar densas capas de hilo que dificultasen el paso de las armas, como las armaduras acolchadas que se les daban a las levas de algunos reinos. ¡Incluso podía permitirse algo estiloso! Imaginó aquel diseño con forma de traje de chaqueta, mientras empezaba a tejer...
Encerrado en aquella habitación se sintió más cómodo y seguro que en aquel lúgubre comedor. Se sentó en una silla y se estiró cual felino, ahora que nadie le estaba observando. Por fin, un poco de tranquilidad. Sacudió con indiferencia las brasas de la chimenea antes de abrir su maletín de trabajo. Ah. Sus agujas de costura y todas aquellas telas. Tal y como las había dejado. Allí estaban, esperándole. No pudo evitar pensar que la última vez que se había puesto a coser, Hyun había acabado muerto. Pero así era. Shy se encogió de hombros. No había sido su culpa, sino de aquel trío de imbéciles y de los Blackmore. Sin poder quitarse del todo de la cabeza el rostro de su difunto allegado, enhebró la aguja.
Su mente divagó, proyectando mil diseños distintos. Aún le dolía el hombro. Frunció el ceño al pensar en el friki de la lanza. Si hubiera tenido ropas algo más resistentes, podría haber sufrido menos daños por aquella vil estocada. Ahora tenía algo más de habilidad con las agujas. Imaginó telas plegadas sobre sí mismas hasta formar densas capas de hilo que dificultasen el paso de las armas, como las armaduras acolchadas que se les daban a las levas de algunos reinos. ¡Incluso podía permitirse algo estiloso! Imaginó aquel diseño con forma de traje de chaqueta, mientras empezaba a tejer...