Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
12-11-2024, 02:43 AM
~ Inmediaciones del G-23, Base de La Marina.
12:15. Día 48 de verano del año 724.
La mañana se presentaba nublada y algo tormentosa, como un frente que amenazaba con agitar las aguas de Kilombo, y aislarla de cualquier barco que osara desembarcar en su puerto, parecía ser la misma antesala de un desastre, o de alguna desgracia de índole desconocida. Para los viejos lobos de mar, podría ser un frente pasajero sin más acción que la de pasar sin alborotar nada de lo que parecía proyectar, nubarrones que atemorizaban a ilusos más que a los canosos marineros que habían dedicado todos los días de su vida a la mar.
Ya entrada la mañana, la marea se empezaba a picar meciendo con bravura los botes más pequeños amarrados a los muelles, los barcos pesqueros se agitaban y los medianos y grandes por el momento soportaban las embestidas. Recorriendo el puerto de Rostock, 4 figuras avanzan con determinación hacia las inmediaciones de la base de La Marina, aunque hay uno de ellos que no parece ser el dueño de sus acciones, y mucho menos de su suerte, pues permanece amarrado de pies y manos con la única posibilidad de avanzar y ser llevado hasta un destino poco satisfactorio para él.
Algunos ciudadanos del pueblo los miran, pero sin más interacción que el propio prejuicio interno que tienen hacia los 4 tipos, ¿de quiénes se trataban exactamente?, estaba claro que llevaban preso a un pobre desgraciado que había caído en sus garras. De hecho, hubo algunos habitantes del pueblo que tuvieron que mirar varias veces, pues les resultaba familiar el rostro del desconocido ¿se trataba de un afamado pirata?, hubieron algunos murmullos entre grupos reducidos, algunos inclusos fueron a correr la voz, pareciendo que con eso, tenían por seguro de quien se trataba.
Sin embargo, el trío de los capturadores avanzaban sin demorar hacia los dominios externos de La Marina, tenían confiados la seguridad de llegar hasta el fin su objetivo, queriendo entregar al malhechor al máximo organismo militar que media en el mundo, y no habría nada que les impidiera llevar a cabo su cometido. Por eso, una vez se presentaron un la verja exterior, podían como una extensa explanada los separaba de la base. En esta explanada, se encuentran algunos pelotones entrenando, otros llevando materiales de un almacén a otro, y algunas patrullas que volvían de afuera para el cambio de guardia, ¿sembraría esto cierto nerviosismo entre los piratas?, literalmente, se estaban entrando en la boca del lobo, a pesar de que sus intenciones eran pacíficas y venían a colaborar con los marines.
Se encuentran en la caseta de entrada previa, donde les dan el alto 2 soldados rasos para preguntarles que necesitan. Pronto, otro de ellos que permanece dentro de la caseta, resulta ser más avispado que sus otros compañeros y reconoce el rostro de Muzen, sin pensarlo, coge el Den Den Mushi de esta y comunica dando el aviso a la base.
- Buenos días, señores ¿podemos ayudarles en algo? -
Pregunta uno de los dos dirigiéndose al grupo, mientras su segundo repasa con detenimiento las pintas de los 4, ambos aferrados a sus fusiles como guardias que eran. El segundo, comienza a deparar en Muzen sin saber por qué permanece maniatado, se empieza a tensar viendo el cuadro que tiene delante y frunce el ceño, pero permanece expectante ante lo que acontece.