Rose D. Hestia
Vesta
13-11-2024, 05:43 AM
La tripulación formada por los piratas Shirogami era cuanto menos peculiar. Quitando a su capitán quien parecía ser la única voz sensata a bordo del navío, eran un grupo de locos capaces de embragar a niños con alcohol, despellejarse a si mismos hasta los huesos, comerse a personas por capricho y dejar a un niño con tendencias homicidas el timón del barco, sin duda una panda de locos, con lo cual se creaba el extraño suceso de que por muy normal que pareciera el capitán, si estaba rodeándose de tales excentricidades y actuaba con toda naturalidad, igual él era el más extraño de todos.
Con un joven a punto de catar los vicios del licor y su peligroso hechizo acercando el navío hacia la barca a la derriba que Lance habia divisado, la misma se hacia cada vez más visible. Cuando el To Shulo ya estaba remontando el oleaje muy cercano a la embarcación misteriosa se iría viendo que ya de barca eso tenia poco y que habia estado mordisqueada por varios lugares siendo ya un amago de tablón de madera surcando las olas.
Sobre aquellos restos de madera se apreciaba una joven de cabellos rojizos oscuros tendida sobre algo empapada por la propia agua salada que se filtraba hacia los restos de aquella ruina de embarcación. La chica no parecía moverse o responder, con el barco a unos veinte metros ya se podía apreciar mejor su aspecto, el cual seguramente resultaría familiar a algunos tripulantes del barco a raíz de cierto encontronazo hace un tiempo en Kilombo.
Pero también cuando la embarcación se acerco alerto a ciertas criaturas que al notar al barco más grande se activaron y parecían optar por acabar el trabajo que habían empezado, pudiéndose notar como aletas de tiburón emergían en las aguas cercanas, nadando mientras formaban un circulo asediando los restos de la barca en los que estaba la chica, en un suspense previo a terminar de hundir la balsa y arrastrar a las profundidades a esa joven con el fin de comérsela, se debían contabilizar unos cuatro tiburones a simple vista.
Con un joven a punto de catar los vicios del licor y su peligroso hechizo acercando el navío hacia la barca a la derriba que Lance habia divisado, la misma se hacia cada vez más visible. Cuando el To Shulo ya estaba remontando el oleaje muy cercano a la embarcación misteriosa se iría viendo que ya de barca eso tenia poco y que habia estado mordisqueada por varios lugares siendo ya un amago de tablón de madera surcando las olas.
Sobre aquellos restos de madera se apreciaba una joven de cabellos rojizos oscuros tendida sobre algo empapada por la propia agua salada que se filtraba hacia los restos de aquella ruina de embarcación. La chica no parecía moverse o responder, con el barco a unos veinte metros ya se podía apreciar mejor su aspecto, el cual seguramente resultaría familiar a algunos tripulantes del barco a raíz de cierto encontronazo hace un tiempo en Kilombo.
Pero también cuando la embarcación se acerco alerto a ciertas criaturas que al notar al barco más grande se activaron y parecían optar por acabar el trabajo que habían empezado, pudiéndose notar como aletas de tiburón emergían en las aguas cercanas, nadando mientras formaban un circulo asediando los restos de la barca en los que estaba la chica, en un suspense previo a terminar de hundir la balsa y arrastrar a las profundidades a esa joven con el fin de comérsela, se debían contabilizar unos cuatro tiburones a simple vista.