Johnny King
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13-11-2024, 06:45 AM
En algún lugar de la isla. Día 38 de Verano del Año 724
La Isla Cocoyashi, un lugar de tradición marítima y comercio, era conocida por su rica historia y su vibrante vida. En su costa oeste, la capital se extendía con calles abarrotadas de colores, risas y un constante ir y venir de personas, entre turistas y locales, que representaban una mezcla única de culturas de todo el archipiélago.
Al sur de la isla, la famosa escuela de navegación, conocida como la cuna de los más grandes navegantes, se alzaba como un símbolo de excelencia, mientras que al este, el museo de la navegación guardaba secretos del pasado, atesorando piezas que narraban la historia de aquellos que cruzaron los mares en busca de nuevas tierras. La isla, aunque vibrante, tenía una apariencia pacífica, un lugar que parecía estar fuera del alcance de los problemas políticos que sacudían otros rincones del mundo.
El lugar idóneo para infiltrarse.
Tras esta aparente tranquilidad, algo más oscuro comenzaba a gestarse. Los rumores hablaban de vientos revolucionarios que soplaban con fuerza en el archipiélago, alimentando el temor en el gobierno central.
Se temía que, en la sombra, grupos subversivos pudieran estar infiltrándose en Cocoyashi, buscando sembrar el caos en una de las islas más codiciadas y estratégicas del archipiélago.
Los murmuradores hablaban de encuentros secretos, de reuniones clandestinas, pero aún no había pruebas concretas que confirmaran la presencia de estos grupos revolucionarios.
Fue en ese clima de incertidumbre y alerta que el Agente del Cipher Pol 4, alias "Rodri" convocó a uno de sus hombres: William Hardgore.
William, un joven agente conocido por su capacidad para observar y analizar detalles sutiles, fue llamado a una pequeña oficina, sin ventanas, en un rincón apartado de la capital. Allí, Rodri le asignó una misión delicada: patrullar las calles de Cocoyashi y, sobre todo, conseguir información en los puntos clave de la isla, como la escuela de navegación y el museo, en busca de cualquier pista que pudiera confirmar los rumores de movimientos revolucionarios.
William debía actuar con discreción, sin levantar sospechas. Su misión no solo era obtener información, sino también identificar cualquier indicio de que los revolucionarios pudieran estar operando bajo las narices del gobierno. Las calles de la capital, la academia de los navegantes y el museo de la navegación serían sus campos de observación. Un paso en falso podría ser fatal, y el menor detalle podría ser la clave para desmantelar un posible complot.
El joven agente aceptó la misión con determinación. Sabía que la tranquilidad aparente de la isla no podía engañarlo. Detrás de cada sonrisa, cada conversación casual, podría esconderse una pista vital.
En la isla Cocoyashi, donde la historia y el futuro se entrelazaban, el misterio que envolvía su aparente paz podría ser mucho más peligroso de lo que cualquiera imaginaba.