Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
13-11-2024, 08:54 AM
Ragn miró cómo Airgid se levantaba entre sábanas y ropa desparramada, entre risas y frases llenas de sarcasmo, envuelta en aquella sábana como en una armadura improvisada. Pero allí estaba ella, ahora de pie, tratando de ordenar los fragmentos de la noche entre prenda y prenda. La escena le hizo gracia, y mientras la observaba, Ragn no pudo evitar lanzar otra de sus sonoras risas, esa que brotaba como el trueno de una tormenta bien entrada la noche. La noche fue movidita, demasiado quizás. Incluso en mitad del ajetreo se escuchó a los de la habitación de al lado golpear la pared. Eso era bueno.
Finalmente, al ver cómo Airgid se recogía la ropa y buscaba sus bragas perdidas, Ragn se permitió echar un vistazo más atento. Algo en ella había cambiado, y aunque él no era un hombre de leer señales, supo que esa noche había dejado algo más que recuerdos en esa habitación. Al final, cuando ella soltó en broma ese comentario de la "guía", Ragn la miró divertido, con ese brillo en los ojos que solo tenía cuando de verdad entendía lo que nadie más veía.
Para qué mentir. Como una llamada de la naturaleza, esa que te habla y te susurra que las has cagado. La que siempre está en tu espalda cuando cometes un error. Vale sí, sería difícil olvidar aquella noche, pero si eso traía un chururmbel, bien se podía haber borracho. Ragn agitó su cabeza para quitarse eso rápidamente de la misma. Miró cómo Airgid tenía prisa. Siempre entrenaba de buena mañana, eso era algo que admiraba el vikingo. Ragn, como entrenaba hasta tres veces, podía dividirse los horarios mejor. Madrugar nunca fue su fuerte.
Joder al final así sería, Ragn salió de la habitación, casi cayéndose en el camino y salió huyendo. Solo que en dirección al comedor. Tenía hambre, necesitaba comer para aclararse, por qué madre mía ... Llegó relativamente rápido y para su suerte, hoy tocaba bufet libre. ¡Joder sí!
Finalmente, al ver cómo Airgid se recogía la ropa y buscaba sus bragas perdidas, Ragn se permitió echar un vistazo más atento. Algo en ella había cambiado, y aunque él no era un hombre de leer señales, supo que esa noche había dejado algo más que recuerdos en esa habitación. Al final, cuando ella soltó en broma ese comentario de la "guía", Ragn la miró divertido, con ese brillo en los ojos que solo tenía cuando de verdad entendía lo que nadie más veía.
Para qué mentir. Como una llamada de la naturaleza, esa que te habla y te susurra que las has cagado. La que siempre está en tu espalda cuando cometes un error. Vale sí, sería difícil olvidar aquella noche, pero si eso traía un chururmbel, bien se podía haber borracho. Ragn agitó su cabeza para quitarse eso rápidamente de la misma. Miró cómo Airgid tenía prisa. Siempre entrenaba de buena mañana, eso era algo que admiraba el vikingo. Ragn, como entrenaba hasta tres veces, podía dividirse los horarios mejor. Madrugar nunca fue su fuerte.
Joder al final así sería, Ragn salió de la habitación, casi cayéndose en el camino y salió huyendo. Solo que en dirección al comedor. Tenía hambre, necesitaba comer para aclararse, por qué madre mía ... Llegó relativamente rápido y para su suerte, hoy tocaba bufet libre. ¡Joder sí!