Octojin
El terror blanco
13-11-2024, 10:19 AM
Te ocultas tras las cajas, agazapada y alerta, esperando a ver si la pequeña distracción ha surtido el efecto deseado. Los golpes y el ruido de las cajas cayendo al suelo son suficientemente altos para que los guardias fuera los noten, y en unos instantes, escuchas el revuelo al otro lado de la puerta. Los murmullos preocupados de los guardias llegan hasta tus oídos, y afinas tu Haki de Observación para percibir sus movimientos con mayor precisión.
—¿Qué demonios ha sido eso? —murmura uno, con un tono claramente tenso.
Uno de los guardias parece tomar el control de la situación.
—Tú quédate ahí, y tú, Kim, vente conmigo. Quédate aquí en la puerta mientras entro. Si te llamo, no lo dudes y ven.
Tus sentidos captan cómo uno de los hombres se queda en la pared opuesta a la puerta, seguramente para vigilar desde un ángulo más amplio, mientras los otros dos se acercan a la entrada. Escuchas cómo manipulan el candado, un sonido de metal desgastado que hace más ruido del que debían. Yo creo que puedes intuir que están nerviosos, eso o realmente son unos manazas, que también podría ser. En un instante, el clic del candado se oye con claridad y, poco después, la puerta se abre con un crujido. La luz de las farolas del exterior se cuela por la entrada, iluminando el almacén con un brillo pálido, y ves la figura de uno de los guardias que entra con cautela, linterna en mano. Hace varios movimientos y la luz pasa muy cerca de donde estás escondida, y pronto parece tranquilizarse algo. Ves como la luz se queda parada en la zona donde se han caído todas la cajas.
El guardia, aparentemente aliviado, observa la zona desde la entrada. Mira a su alrededor con un deje de inquietud, y aunque no ve nada extraño a primera vista, pronto percibe el desorden que has causado como distracción y que parece estar funcionando. Suelta un suspiro de alivio y murmura, casi para sí mismo, algo que llegas a oir.
—Nada, despejado. Se han caído unas cuantas cosas. Joder, me he cagado, la verdad. Para una puta noche que van a pasar aquí estos, y nos van a dar más sustos que en todo el viaje.
Justo entonces, el segundo guardia, aquel al que llamó Kim, decide entrar también, aunque su compañero no le había dado la orden de hacerlo. Tu mente procesa la oportunidad en un instante: la puerta queda libre, y si logras escabullirte sin que te vean, podrías salir antes de que te noten. Uno de ellos inspecciona las cajas caídas, mientras el otro observa la sala, claramente más asustado de lo que quiere aparentar.
—En Villa Syrup está todo más controlado, ¿no? —susurra Kim a su compañero, intentando romper el silencio opresivo— Aquí me da la sensación de que nos la pueden liar en cualquier momento.
—Esta es una isla de paso, Kim. Normal que las cosas estén así de improvisadas. En Villa Syrup verás lo que es una gran organización… Se deberían de juntar cuatro cargamentos allí, y la seguridad que han puesto es mucho mayor. Allí va a ser coser y cantar.
Villa Syrup. ¿Ese es el siguiente destino? Joder. Los planes de estos tipos van mucho más allá de este almacén; parece que tienen una red de capturas mucho mayor y que han destinado sus principales recursos a otro lugar. Esa información te cala profundamente: esto es solo una parte de un sistema más oscuro y elaborado. Pero ahora mismo, el escape es tu prioridad. Al menos has recibido algo de información extra que, quien sabe, podrías usar en un futuro.
Los dos guardias siguen revisando el área, intercambiando miradas entre la pila de cajas caídas y el resto del almacén. Ya decididos a que ha sido un simple susto, empiezan a apilar las cajas de otra manera para evitar que se vuelvan a caer mágicamente. Entre los dos no les cuesta demasiado tiempo colocarlas, y tras ello, volverán a salir del almacén y lo cerrarán de nuevo, quedándose en la misma posición de antes en una guardia que promete ser la mar de aburrida.
Confío en que hayas podido salir. De lo contrario... Te espera una noche tremendamente aburrida. Quizá puedas jugar a algo en tu mente si tienes imaginación, pero de lo contrario, serán horas totalmente tiradas.
Si por el contrario, has decidido salir, te será fácil ocultarte entre la oscuridad de algún rincón exterior. Y ahí, tendrás vía libre. Te recomiendo fijarte en los guardas, y cuando estés en su ángulo muerto, podrás huir.
Escuchas el eco de los pasos de los guardas que se alejan y, poco después, apenas se oyen ya. Parece que se han alejado a la posición del guarda que estaba en la pared contraria a la puerta. Parece que lo has logrado y estás fuera del almacén, libre por el momento.
Sin embargo, la sensación de victoria se mezcla con la inquietud que la conversación de los guardias te ha dejado. Villa Syrup parece la siguiente parada de lo que parece una organización mucho más grande, y un cargamento aún mayor de prisioneros… Entiendes que lo que has visto en este almacén es solo una pequeña fracción de algo mucho más siniestro.
—¿Qué demonios ha sido eso? —murmura uno, con un tono claramente tenso.
Uno de los guardias parece tomar el control de la situación.
—Tú quédate ahí, y tú, Kim, vente conmigo. Quédate aquí en la puerta mientras entro. Si te llamo, no lo dudes y ven.
Tus sentidos captan cómo uno de los hombres se queda en la pared opuesta a la puerta, seguramente para vigilar desde un ángulo más amplio, mientras los otros dos se acercan a la entrada. Escuchas cómo manipulan el candado, un sonido de metal desgastado que hace más ruido del que debían. Yo creo que puedes intuir que están nerviosos, eso o realmente son unos manazas, que también podría ser. En un instante, el clic del candado se oye con claridad y, poco después, la puerta se abre con un crujido. La luz de las farolas del exterior se cuela por la entrada, iluminando el almacén con un brillo pálido, y ves la figura de uno de los guardias que entra con cautela, linterna en mano. Hace varios movimientos y la luz pasa muy cerca de donde estás escondida, y pronto parece tranquilizarse algo. Ves como la luz se queda parada en la zona donde se han caído todas la cajas.
El guardia, aparentemente aliviado, observa la zona desde la entrada. Mira a su alrededor con un deje de inquietud, y aunque no ve nada extraño a primera vista, pronto percibe el desorden que has causado como distracción y que parece estar funcionando. Suelta un suspiro de alivio y murmura, casi para sí mismo, algo que llegas a oir.
—Nada, despejado. Se han caído unas cuantas cosas. Joder, me he cagado, la verdad. Para una puta noche que van a pasar aquí estos, y nos van a dar más sustos que en todo el viaje.
Justo entonces, el segundo guardia, aquel al que llamó Kim, decide entrar también, aunque su compañero no le había dado la orden de hacerlo. Tu mente procesa la oportunidad en un instante: la puerta queda libre, y si logras escabullirte sin que te vean, podrías salir antes de que te noten. Uno de ellos inspecciona las cajas caídas, mientras el otro observa la sala, claramente más asustado de lo que quiere aparentar.
—En Villa Syrup está todo más controlado, ¿no? —susurra Kim a su compañero, intentando romper el silencio opresivo— Aquí me da la sensación de que nos la pueden liar en cualquier momento.
—Esta es una isla de paso, Kim. Normal que las cosas estén así de improvisadas. En Villa Syrup verás lo que es una gran organización… Se deberían de juntar cuatro cargamentos allí, y la seguridad que han puesto es mucho mayor. Allí va a ser coser y cantar.
Villa Syrup. ¿Ese es el siguiente destino? Joder. Los planes de estos tipos van mucho más allá de este almacén; parece que tienen una red de capturas mucho mayor y que han destinado sus principales recursos a otro lugar. Esa información te cala profundamente: esto es solo una parte de un sistema más oscuro y elaborado. Pero ahora mismo, el escape es tu prioridad. Al menos has recibido algo de información extra que, quien sabe, podrías usar en un futuro.
Los dos guardias siguen revisando el área, intercambiando miradas entre la pila de cajas caídas y el resto del almacén. Ya decididos a que ha sido un simple susto, empiezan a apilar las cajas de otra manera para evitar que se vuelvan a caer mágicamente. Entre los dos no les cuesta demasiado tiempo colocarlas, y tras ello, volverán a salir del almacén y lo cerrarán de nuevo, quedándose en la misma posición de antes en una guardia que promete ser la mar de aburrida.
Confío en que hayas podido salir. De lo contrario... Te espera una noche tremendamente aburrida. Quizá puedas jugar a algo en tu mente si tienes imaginación, pero de lo contrario, serán horas totalmente tiradas.
Si por el contrario, has decidido salir, te será fácil ocultarte entre la oscuridad de algún rincón exterior. Y ahí, tendrás vía libre. Te recomiendo fijarte en los guardas, y cuando estés en su ángulo muerto, podrás huir.
Escuchas el eco de los pasos de los guardas que se alejan y, poco después, apenas se oyen ya. Parece que se han alejado a la posición del guarda que estaba en la pared contraria a la puerta. Parece que lo has logrado y estás fuera del almacén, libre por el momento.
Sin embargo, la sensación de victoria se mezcla con la inquietud que la conversación de los guardias te ha dejado. Villa Syrup parece la siguiente parada de lo que parece una organización mucho más grande, y un cargamento aún mayor de prisioneros… Entiendes que lo que has visto en este almacén es solo una pequeña fracción de algo mucho más siniestro.