Johnny King
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13-11-2024, 04:27 PM
William avanzaba entre el ir y venir de personas en Cocoyashi, sintiéndose uno más en la corriente de la ciudad. Los colores de los puestos callejeros y las voces mezcladas en el aire creaban una atmósfera vibrante, casi festiva, pero el peso de su misión estaba presente en cada paso. Su mirada iba y venía, analizando rostros y conversaciones, sopesando los posibles movimientos de quienes, según el gobierno, pretendían instaurar una revolución en la isla.
La escuela de navegación surgía al final de su recorrido, un edificio imponente con aires de grandeza, donde generaciones de navegantes habían aprendido a domar los mares. El joven agente hizo una pausa frente al recinto, observando a los estudiantes que entraban y salían, algunos cargando libros y otros, mapas. Sabía que para pasar desapercibido tendría que moverse con habilidad y rapidez. Por dentro, intuía que ese lugar era algo más que una escuela, que allí podían estar surgiendo ideas que no solo anhelaban el mar, sino también un cambio en las estructuras que gobernaban el archipiélago.
Sin embargo, no estaba allí para reflexionar; su misión era clara. Ya había elegido su punto de entrada: un callejón junto a la academia, lo suficientemente estrecho y resguardado como para permitirse una maniobra rápida. Con el rostro impasible, William Hardgore revisó cada detalle a su alrededor, buscando el mejor punto para iniciar su ascenso.
El callejón tenía unos tres metros de ancho; a un lado, la pared de la academia, y al otro, la pared de una casa, ambas sólidas y en buen estado, ideales para lo que había planeado. Respiró hondo, relajando los hombros mientras visualizaba el movimiento en su mente. Luego, con precisión y destreza, flexionó las rodillas, calculando el ángulo de su primer salto. En un abrir y cerrar de ojos, sus piernas lo lanzaron hacia la pared opuesta, donde apoyó una bota con fuerza y tomó impulso para lanzarse hacia la ventana de la academia.
El movimiento fue fluido, rápido y limpio. En segundos, el agente del Cipher Pol se encontraba junto a la ventana, asomándose con cautela para inspeccionar el interior. La sala en la que había llegado parecía un aula de estudio, desierta a esas horas, lo que le brindaba una excelente oportunidad para entrar sin ser detectado. Con movimientos medidos, se deslizó al interior de la academia, permitiendo que sus ojos se adaptaran a la luz tenue de la estancia.
A medida que avanzaba por el pasillo, se topó con fragmentos de conversaciones entre estudiantes, palabras sobre "la libertad de elección", "la igualdad entre navegantes" y "el cambio hacia nuevos mares".
No eran frases inusuales en un contexto académico, pero dadas las sospechas de su por aquel entonces jefe, cada mención resonaba en la mente de William. Las puertas estaban cerradas, pero el eco de las voces rebotaba en los pasillos, alimentando el misterio.
Decidido a llegar al fondo del asunto, William Hardgore se desplazó en silencio, buscando alguna señal más concreta. Mientras avanzaba, notó un tablón de anuncios en una de las paredes. Entre los panfletos y avisos de clases y talleres, encontró un papel doblado y pegado de forma casi disimulada. Lo retiró con rapidez y, tras echar un vistazo para asegurarse de que nadie lo veía, se pudo leer:
Reunión esta noche en el puerto; oportunidad de cambiar el rumbo.
Aunque no era explícito, la frase estaba lo suficientemente cargada de significado para el agente William. Esto podía ser la pista que necesitaba. La siguiente cuestión era: ¿Era todo lo que necesitaba? ¿O debería dirigirse al museo?