Jack D. Agnis
Golden Eyes
14-11-2024, 05:32 AM
El joven Beto se encontraba lo mas tranquilo sobre una enorme roca que se sobreponía al mar. Su espalda estaba pegada a la roca, mientras que sus manos se acomodabas perfectamente tras la nuca y su sombrero de paja, el cual caía sobre su rostro, le cubría la luz del sol.
A su lado se encontraba su caña de pescar, sostenida por una especie de hueco natural de la roca. Aquella caña hacia el mismo trabajo que Beto, ninguno, ya que si afinas tu mirada, podrás notar que esta no tiene ni boya y mucho menos carnada. En simples palabras, Beto solo estaba descansando de no hacer nada.
Te acercas a Beto, quien te oye llegar, pero no te presta atención. Posiblemente piensa que eres alguno que otro pueblerino que viene a pescar también, pero grande fue su sorpresa, cuando oye tu voz, lo cual lo exalta un poco.
-Eh?- pregunta, mientras aparta su sombrero y mira que lo estas apuntando con tu rifle. Al ver aquello, se asusta y cae de la roca al suelo, golpeando su cabeza contra al arena y quedando en una posición algo chistosa de ver.
-Oye, espera, espera. No sé de lo que hablas- dijo el joven, mientras yacía cabeza abajo y te alzaba las manos para que te detuvieras.
-Que tal si bajas el arma y hablamos como dos personas civilizadas? Estoy seguro que podremos llegar a un entendimiento mutuo, pero primero dejame acomodarme, así la sangre no se me va a la cabeza. - exclamo el joven, mientras lentamente se acomodaba, sin hacer movimientos bruscos y se sentaba sobre la arena, con la espalda apuntando hacia la roca.
-Gracias por no disparar y...- agradeció el joven, aun con algo de temor. - … no se de que hablas. No sé de ninguna cerda preñada ni nada por el estilo. Por cierto ¿Quien eres?- preguntó el joven, olvidando casi por completo que hacia unos segundos lo habías amenazado.
-Creo que te he visto en el barco pirata, pero no creo que seas uno de ellos. Eres muy hermosa como para ser una pirata ¿Acaso eres del Reino de Goa?- preguntó Beto con una clara intención de desviarte del tema principal.
Mientras tienes esta conversación con Beto, las dos figuras con aura tenebrosa se acercaban a tu posición, pero por desgracia las palabra o la forma de hablar de Beto, la cual es algo incomoda de oír, impiden que puedas sentir esas auras.
A su lado se encontraba su caña de pescar, sostenida por una especie de hueco natural de la roca. Aquella caña hacia el mismo trabajo que Beto, ninguno, ya que si afinas tu mirada, podrás notar que esta no tiene ni boya y mucho menos carnada. En simples palabras, Beto solo estaba descansando de no hacer nada.
Te acercas a Beto, quien te oye llegar, pero no te presta atención. Posiblemente piensa que eres alguno que otro pueblerino que viene a pescar también, pero grande fue su sorpresa, cuando oye tu voz, lo cual lo exalta un poco.
-Eh?- pregunta, mientras aparta su sombrero y mira que lo estas apuntando con tu rifle. Al ver aquello, se asusta y cae de la roca al suelo, golpeando su cabeza contra al arena y quedando en una posición algo chistosa de ver.
-Oye, espera, espera. No sé de lo que hablas- dijo el joven, mientras yacía cabeza abajo y te alzaba las manos para que te detuvieras.
-Que tal si bajas el arma y hablamos como dos personas civilizadas? Estoy seguro que podremos llegar a un entendimiento mutuo, pero primero dejame acomodarme, así la sangre no se me va a la cabeza. - exclamo el joven, mientras lentamente se acomodaba, sin hacer movimientos bruscos y se sentaba sobre la arena, con la espalda apuntando hacia la roca.
-Gracias por no disparar y...- agradeció el joven, aun con algo de temor. - … no se de que hablas. No sé de ninguna cerda preñada ni nada por el estilo. Por cierto ¿Quien eres?- preguntó el joven, olvidando casi por completo que hacia unos segundos lo habías amenazado.
-Creo que te he visto en el barco pirata, pero no creo que seas uno de ellos. Eres muy hermosa como para ser una pirata ¿Acaso eres del Reino de Goa?- preguntó Beto con una clara intención de desviarte del tema principal.
Mientras tienes esta conversación con Beto, las dos figuras con aura tenebrosa se acercaban a tu posición, pero por desgracia las palabra o la forma de hablar de Beto, la cual es algo incomoda de oír, impiden que puedas sentir esas auras.