Henry
El Tirano Carmesí
14-11-2024, 08:01 PM
Seguía caminando por aquél camino desgastado tanto por el tiempo como por las acciones de las personas. Noté como estas tenían marcas de haver sido usadas últimamente, cosa que era un buen indicio para mi misión en aquél momento. Seguí caminando por aquél sendero hasta que se veía la punta mas alta del silo. Todo el lugar andaba algo seco, tanto las plantas y árboles como la misma tierra, pero ni le di mucha importancia.
Pese a que empezaba a ver la punta del silo sabía que aquello era una trampa visual, pues este se encontraba aún más adentro entre los árboles. Estando relativamente de mi destino empecé a escuchar ruidos mayormente metálicos y mi nariz olía pólvora por todo el lugar. "¿Será un combate? O tal vez..." intentaba analizar mis chances en aquél momento, aunque mi mejor opción era acercarme y verlo por mi mismo.
Se trataba de toda una operación, docenas de personas trabajando en el lugar, trayendo y llevando armas de un lado a otro mientras que unos niños cargaban cartuchos con pólvora. Parecía que se preparaban para combatir un ejército con otro, pues no era muy difícil intuir contra quién usarían todo eso, pues ahora cobraba sentido las amenazas contra el G-23. De entre tanta gente en aquél lugar, unos dos tipo resaltaban de más, parecían ser los encargados del lugar y tener experiencia en el combate.
Si lograba arruinar aquella operación podría lograr mantener al G-23 a salvo de una invasión a buena escala. Me agaché y caminé por los arbusto hasta acercarme a una de las cajas con armas que habían por todos lados. La idea era simple pero contundente, pretendería ser uno mas de ellos para así poder emboscar a uno de aquellos tipos que daban órdenes. También estaba la opción de comunicarse con el suboficial Rodgers pero me arriesgaba a se me escuche.
Luego de tomar un respiro me salí de aquellos arbustos y tomé aquella caja llena de sables, katanas y pistolas, tanto de una buena como de una regular calidad. Claramente no me quedé pasmado en el lugar, al tomar aquella caja seguí los pasos de otro con la misma carga que la mía. Pese a estar lo suficientemente cerca de aquellos dos tipo esperé hasta poder estar justo en la espalda del tipo con rifle, pues este representaba mis futuros dolores de cabeza.
A un metro de aquél viejo con fusil saqué rápidamente aquél caracol que había encontrado hace poco, pues este lanzaba grandes cantidades de llamas concentradas. Al actuvar aquél artefacto ocurrió lo que había explicado, llamas salían de aquél caracol rojo, impactando en la espalda de aquél viejo.
Pese a que empezaba a ver la punta del silo sabía que aquello era una trampa visual, pues este se encontraba aún más adentro entre los árboles. Estando relativamente de mi destino empecé a escuchar ruidos mayormente metálicos y mi nariz olía pólvora por todo el lugar. "¿Será un combate? O tal vez..." intentaba analizar mis chances en aquél momento, aunque mi mejor opción era acercarme y verlo por mi mismo.
Se trataba de toda una operación, docenas de personas trabajando en el lugar, trayendo y llevando armas de un lado a otro mientras que unos niños cargaban cartuchos con pólvora. Parecía que se preparaban para combatir un ejército con otro, pues no era muy difícil intuir contra quién usarían todo eso, pues ahora cobraba sentido las amenazas contra el G-23. De entre tanta gente en aquél lugar, unos dos tipo resaltaban de más, parecían ser los encargados del lugar y tener experiencia en el combate.
Si lograba arruinar aquella operación podría lograr mantener al G-23 a salvo de una invasión a buena escala. Me agaché y caminé por los arbusto hasta acercarme a una de las cajas con armas que habían por todos lados. La idea era simple pero contundente, pretendería ser uno mas de ellos para así poder emboscar a uno de aquellos tipos que daban órdenes. También estaba la opción de comunicarse con el suboficial Rodgers pero me arriesgaba a se me escuche.
Luego de tomar un respiro me salí de aquellos arbustos y tomé aquella caja llena de sables, katanas y pistolas, tanto de una buena como de una regular calidad. Claramente no me quedé pasmado en el lugar, al tomar aquella caja seguí los pasos de otro con la misma carga que la mía. Pese a estar lo suficientemente cerca de aquellos dos tipo esperé hasta poder estar justo en la espalda del tipo con rifle, pues este representaba mis futuros dolores de cabeza.
A un metro de aquél viejo con fusil saqué rápidamente aquél caracol que había encontrado hace poco, pues este lanzaba grandes cantidades de llamas concentradas. Al actuvar aquél artefacto ocurrió lo que había explicado, llamas salían de aquél caracol rojo, impactando en la espalda de aquél viejo.