John Joestar
Jojo
14-11-2024, 07:32 PM
(Última modificación: 15-11-2024, 05:22 PM por John Joestar.)
Todos delataron al hombre al que buscaba. Allí estaba él, sentado, con ropa vieja y demacrada, con agujeros y lamparones por todo el conjunto, sobretodo en la zona de la camisa y los pantalones. Llevaba una especie de chaqueta...al menos, lo poco que quedaba de ella; mas bien era unas tiras de tela deshilachada por todas partes, sin nada que cubrir del frio cuando llegase. Su cabeza estaba casi desierta, brillaba más que las lamparas de la taberna, dando un reflejo blanquecino en la zona de la coronillas. Unas pequeñas lascas de pelo colgaban por detrás, pobres y casi sin vida. Sin duda, ese hombre no iba a gastarse el poco dinero que tuviera en champú. Los zapatos parecian de cuero, pero de un cuero viejo y malgastado, de marrón brillante habia pasado a un marrón oscuro casi negro, con las zonas de las costuras muy abiertas, en poco tiempo tendria que tirarlos si no queria que fueran una molestia a futuro.
La gente del alrededor se quedó mirando como idiotas, con los ojos muy abiertos y las bocas colgando...al menos algunos, los taberneros parecia que no eran la primera vez que vivian una situación similar, las redadas de marines serian de lo más común en aquella zona, llena de ladrones, asesinos y violadores por doquier. Algunos echaron una sonrisita pícara, como si esperasen que algún dia vienera alguien reclamando por aquel hombre. Criford, el presunto asesino de decenas de personas. Pude observar al fondo, donde se encontraba aquel ex marine venido a menos, un grupo de...bueno...mujerzuelas, observando todo con mucha atención, se relamian los labios con ganas de algo, espero que solo de recoger el poco dinero que cayese al suelo de los bolsillo de aquel hijo de puta. Para mi sorpresa, lo que parecia un cadaver andante, se levantó de golpe y echó a correr hacia mi, pude ver adrenalina recorriendo sus venas, como si de golpe la llama que aquel ser alguna vez tuvo dentro, se hubiera prendido de golpe, por miedo, por rabia, por ira...quien sabe. De repente, uno de sus brazos se lanzó hacia mi con un grito atronador, desesperado...no tardé en reaccionar. Lo primero que salió de mi, fue encender mis llamas de la espalda, un fuego más puro que el que nadie pudiera crear. Mi brazo se estiró hacia atrás para cargar un sólido y contundente puñetazo, cargando en él el valor de todos los asesinados aquel fatidico dia; lo cubrí con haki, negro como la misma noche, para sorprender a aquel cabronazo y recordarle sus actos de hace tantos años atrás, mi madre estaria un paso más de ser vengada, un puñetazo que lo determinaria todo.
La gente del alrededor se quedó mirando como idiotas, con los ojos muy abiertos y las bocas colgando...al menos algunos, los taberneros parecia que no eran la primera vez que vivian una situación similar, las redadas de marines serian de lo más común en aquella zona, llena de ladrones, asesinos y violadores por doquier. Algunos echaron una sonrisita pícara, como si esperasen que algún dia vienera alguien reclamando por aquel hombre. Criford, el presunto asesino de decenas de personas. Pude observar al fondo, donde se encontraba aquel ex marine venido a menos, un grupo de...bueno...mujerzuelas, observando todo con mucha atención, se relamian los labios con ganas de algo, espero que solo de recoger el poco dinero que cayese al suelo de los bolsillo de aquel hijo de puta. Para mi sorpresa, lo que parecia un cadaver andante, se levantó de golpe y echó a correr hacia mi, pude ver adrenalina recorriendo sus venas, como si de golpe la llama que aquel ser alguna vez tuvo dentro, se hubiera prendido de golpe, por miedo, por rabia, por ira...quien sabe. De repente, uno de sus brazos se lanzó hacia mi con un grito atronador, desesperado...no tardé en reaccionar. Lo primero que salió de mi, fue encender mis llamas de la espalda, un fuego más puro que el que nadie pudiera crear. Mi brazo se estiró hacia atrás para cargar un sólido y contundente puñetazo, cargando en él el valor de todos los asesinados aquel fatidico dia; lo cubrí con haki, negro como la misma noche, para sorprender a aquel cabronazo y recordarle sus actos de hace tantos años atrás, mi madre estaria un paso más de ser vengada, un puñetazo que lo determinaria todo.