Jack Silver
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15-11-2024, 02:23 AM
G-31 Base de la Marina, Loguetown
Día 11 del Verano del año 724
Día 11 del Verano del año 724
El sonido del puño impactando contra el suelo resonaba en los barracones del cuartel. Para Jack, no había mejor manera de relajarse que una buena sesión de ejercicio. Cada flexión en un solo brazo fortalecía su determinación, su disciplina, y le recordaba el propósito que lo había llevado hasta allí. La Marina le ofrecía más que un empleo; era una oportunidad para probarse a sí mismo y cumplir con la promesa de su infancia.
En mitad de su rutina, otro recluta se acercó, nervioso, con una carta en la mano. Era uno de los encargados de repartir notificaciones, y aunque parecía un poco intimidado, logró acercarse lo suficiente para entregarle el papel.
—Silver, aquí tienes. Te han asignado a una misión de vigilancia nocturna —anunció el chico, apenas en un susurro, como si hablara con un veterano. Aunque con esa cantidad de heridas y cicatrices, bien podría serlo.
Jack tomó la carta, la leyó rápidamente y esbozó una sonrisa al descubrir que lo enviarían a custodiar un almacén de explosivos y alcohol. "¿Qué podría salir mal?" pensó, divertido, mientras se levantaba y se retiraba a alistarse para su nueva misión.
La situación en el almacén del norte ya tenía un aire de camaradería forzada y curiosidad en cuanto llegó. A pesar de llevar el uniforme de la Marina, su estilo era inconfundible: lucía una camiseta corta de color blanco, con la manga izquierda recogida ocultando el espacio donde debía haber un brazo, pero que dejaba completamente al descubierto su brazo derecho parcialmente cubierto de cinta de combate desde la mitad del antebrazo hasta los nudillos. La prótesis de su pierna izquierda le daba un andar ligero pero decidido, y sobre su cabeza descansaba su inseparable gorra, con el emblema de la Marina.
Al mirar alrededor, observó a sus compañeros de misión: una criatura alta y robusta con aspecto de reptil bípedo, que esperaba junto a otros dos marines. El enorme lagarto, que se había presentado como Brotoloigos, parecía ansioso, lo que le arrancó al jóven una media sonrisa.
—Jack Silver, mucho gusto —dijo mientras esbozaba su característico gesto confiado.
Observó al resto con interés, intentando descifrar el carácter de cada uno. La situación, por sencilla que pareciera, tenía potencial para descontrolarse. A fin de cuentas, nada en la vida de un marine novato era tan simple como parecía, ¿no? Con ese pensamiento, clavó la vista en el almacén, casi deseando que algo interesante sucediera esa noche. Solo quedaba esperar las instrucciones para iniciar la misión de vigilancia.