John Joestar
Jojo
15-11-2024, 04:06 AM
Un marine de entre las gentes apareció para detener el interrogatorio, cosa que agradecí enormemente porque me temia que todo acabaria dandome de leches con media taberna y, finalmente, podria ser encerrado o acabaria muerto...o huyendo, que es peor. El marine rubio me dió unas direcciones guiandome hacia donde podria dirigirme para encontrar a Fiuri, quizá me mandase a una trampa, pero, ¿Por que hacer eso en vez de llevarme al cuartel directamente?. El camino requeria callejear bastante para llegar a la frontera del pueblo, asi que me dispuse a ello.
Empecé a caminar tranquilamente sin alertar a las gentes de mi alrededor, pude observar diversos sitios interesantes en el camino. El primero de ellos era una pasteleria con una cola que daba la vuelta a toda la manzana; el local desprendia un fuerte olor a pan y a bollos recien horneados, era dulce sin duda, de repente el olor a miel, a azucar y a vainilla inundó mis fosas nasales. La gente salia con bolsas llenas de bollos y croissants calientes junto a una sonrisa de oreja a oreja, familias enteras se llevaban unos buenos postres a casa.
Más adelante, observé una tienda de ultramarinos a reventar de gente, pude oir algunas conversaciones entre personas que estaban alrededor, parecia ser que tenia un gran producto a un precio ridiculo.
Por último, observé un bar de copas con un ambiente que parecia prometedor, chicas realmente guapas entraban y salian constantemente, tanto acompañadas como en solitario, algunas fumando, otras con copas en la mano, otras con sus novios de las manos...gente divirtiendose...cosa que no era algo que yo soliera ver.
Tras un mediano paseo, llegué a un lugar donde el bosque da paso a una zona cubierta de arena, aquel era el lugar donde podria encontrar a Fiuri, al menos, era donde me habian indicado.
Observé a unos cuantos metros, un monticulo bastante pronunciado en cuya cima se encontraba una choza de importante tamaño, sus puertas y grandes ventanas estaban abiertas de par en par, dejando correr el aire como si no hubiera nada de por medio. Decidí dar una vuelta cerca de los terrenos de la choza, por si el famoso Fiuri se encontraba por allí...y, bueno, quizá tuviera suerte, aunque si es quien pensaba, es normal que fuera famoso, un señor tiburón de 2 metros y pico de altura se asomaba en la distancia. El susodicho se encontraba cerca de un taburete y una caña enterrada a conciencia en la arena, con el cebo echado. El tiburón estaba caminando en circulos constantes, como si estuviera pensando o imaginando una discusion con alguien, parecia nervioso. Momentos después de mi observación, pude captar que habia otro sujeto al lado del cual no me habia percatado, un gyojin pez espada.
Respiré profundamente, armandome de valor para hablar con semejante armario empotrado y su acompañante, fuera quien fuese. Mientras me acercaba, pude escuchar un trozo de la conversación que estaban teniendo, hablaban de alguien o algo que se habia llevado algo o a alguien, que necesitaban llamar a la Marina y algunas cosas mas, no obstante, y para mi no sorpresa, ese bigardo era el famoso Fiuri, pero tenia que asegurarme antes de cagarla.
-Buenas tardes caballeros, perdón por la indiscreción pero, estaba buscando a Firui, tengo que consultarle un par de cosas si me lo permitís-
Empecé a caminar tranquilamente sin alertar a las gentes de mi alrededor, pude observar diversos sitios interesantes en el camino. El primero de ellos era una pasteleria con una cola que daba la vuelta a toda la manzana; el local desprendia un fuerte olor a pan y a bollos recien horneados, era dulce sin duda, de repente el olor a miel, a azucar y a vainilla inundó mis fosas nasales. La gente salia con bolsas llenas de bollos y croissants calientes junto a una sonrisa de oreja a oreja, familias enteras se llevaban unos buenos postres a casa.
Más adelante, observé una tienda de ultramarinos a reventar de gente, pude oir algunas conversaciones entre personas que estaban alrededor, parecia ser que tenia un gran producto a un precio ridiculo.
Por último, observé un bar de copas con un ambiente que parecia prometedor, chicas realmente guapas entraban y salian constantemente, tanto acompañadas como en solitario, algunas fumando, otras con copas en la mano, otras con sus novios de las manos...gente divirtiendose...cosa que no era algo que yo soliera ver.
Tras un mediano paseo, llegué a un lugar donde el bosque da paso a una zona cubierta de arena, aquel era el lugar donde podria encontrar a Fiuri, al menos, era donde me habian indicado.
Observé a unos cuantos metros, un monticulo bastante pronunciado en cuya cima se encontraba una choza de importante tamaño, sus puertas y grandes ventanas estaban abiertas de par en par, dejando correr el aire como si no hubiera nada de por medio. Decidí dar una vuelta cerca de los terrenos de la choza, por si el famoso Fiuri se encontraba por allí...y, bueno, quizá tuviera suerte, aunque si es quien pensaba, es normal que fuera famoso, un señor tiburón de 2 metros y pico de altura se asomaba en la distancia. El susodicho se encontraba cerca de un taburete y una caña enterrada a conciencia en la arena, con el cebo echado. El tiburón estaba caminando en circulos constantes, como si estuviera pensando o imaginando una discusion con alguien, parecia nervioso. Momentos después de mi observación, pude captar que habia otro sujeto al lado del cual no me habia percatado, un gyojin pez espada.
Respiré profundamente, armandome de valor para hablar con semejante armario empotrado y su acompañante, fuera quien fuese. Mientras me acercaba, pude escuchar un trozo de la conversación que estaban teniendo, hablaban de alguien o algo que se habia llevado algo o a alguien, que necesitaban llamar a la Marina y algunas cosas mas, no obstante, y para mi no sorpresa, ese bigardo era el famoso Fiuri, pero tenia que asegurarme antes de cagarla.
-Buenas tardes caballeros, perdón por la indiscreción pero, estaba buscando a Firui, tengo que consultarle un par de cosas si me lo permitís-