Alexander Bathory
Doc
16-11-2024, 09:52 AM
Un sonido se hizo presente al momento que entramos en aquella sala, según parecía la puerta estaba carente de algún mantenimiento decente quizá algo que debía haber asumido al no ser una de las entradas principales pero ya era tarde para ello, esto me distrajo por unos segundos haciendo que no escuchara a una joven que se nos había acercado desde uno de los pisos superiores del palacete, aquella joven parecía una sirvienta del lugar por sus ropajes la cual parecía haberse acercado confiada al habernos confundió con una compañera la cual tal vez estaría próxima a regresar igualmente; por un instante nos observamos como si nadie supiera cómo reaccionar a la presencia inesperada de los otros antes que la joven fuera la primera en reaccionar y nos diera la espalda con una clara intención de escapar de nosotros
La primera en reaccionar fue Nissa sacándome de mi pensamiento aclarando que teníamos que atraparle a lo cual no dude comenzando a correr hacia ella para inmovilizarle pues estaba confiado en mis capacidades físicas, si la alcanzara mis garras se aferrarían a ella sujetándole contra mi pecho mientras cubria su boca con cuidado de solo silenciarle tratando de evitar herirla o asfixiarle por accidente y la jalaría a una de las habitaciones vacías cercanas, la cual trataría de localizar usando mi mantra y oídos, para luego decirle –tranquila, no tenemos intenciones de herir a nadie si no es necesario- esperando que la sinceridad de mis palabras, al ser incapaz de mentir, la convenciera de nuestras intenciones –por favor no grite señorita, prometo que si no da alarma le dejaremos ir sin lastimarle a usted ni nadie que no sea una amenaza; solo deseamos llegar a la bóveda podría orientarnos por favor- quizá estaría pidiendo demasiado pero era la única estrategia que se me ocurría que no terminara en ningún tipo de tragedia para ella o nosotros
La primera en reaccionar fue Nissa sacándome de mi pensamiento aclarando que teníamos que atraparle a lo cual no dude comenzando a correr hacia ella para inmovilizarle pues estaba confiado en mis capacidades físicas, si la alcanzara mis garras se aferrarían a ella sujetándole contra mi pecho mientras cubria su boca con cuidado de solo silenciarle tratando de evitar herirla o asfixiarle por accidente y la jalaría a una de las habitaciones vacías cercanas, la cual trataría de localizar usando mi mantra y oídos, para luego decirle –tranquila, no tenemos intenciones de herir a nadie si no es necesario- esperando que la sinceridad de mis palabras, al ser incapaz de mentir, la convenciera de nuestras intenciones –por favor no grite señorita, prometo que si no da alarma le dejaremos ir sin lastimarle a usted ni nadie que no sea una amenaza; solo deseamos llegar a la bóveda podría orientarnos por favor- quizá estaría pidiendo demasiado pero era la única estrategia que se me ocurría que no terminara en ningún tipo de tragedia para ella o nosotros