¿Sabías que…?
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[Común] [C-Pasado] Un plumaje familiar [Priv. Donatella]
Donatella Pavone
La Garra de Pavone
El calor del verano envolvía las calles de Rostock, el sol implacable parecía no tener intención de ceder. Donatella ajustó la capa ligera que llevaba, una prenda simple pero práctica que le ayudaba a pasar desapercibida. A pesar de su porte noble y su presencia magnética, había aprendido a camuflarse entre los plebeyos, una lección obligada desde que su mundo se había reducido a sobrevivir. Ya habían pasado algunos días desde su último encuentro con el anciano mercante que la había ayudado a sobrevivir en el naufragio, una parada más en su largo y tortuoso viaje. Con recursos limitados y sin ninguna noticia de sus aliados o del hermano que buscaba para cazar, no había tenido más opción que adaptarse rápidamente a su nuevo entorno.
 
Tras varias conversaciones con personas locales, pudo descubrir que si eres fuerte la mejor manera de ganar algo de dinero en Rostock era la misma que en cualquier lugar donde la ley apenas alcanzaba; cazando bandidos. Con su experiencia en combate cuerpo a cuerpo y su determinación, Donatella había demostrado ser una cazadora eficiente, aunque siempre con un objetivo mucho más grande en mente. Los días que llevaba en el pueblo le habían servido para observar y entender su dinámica; el lugar era un hervidero de oportunistas y depredadores, donde sobrevivían los astutos y los fuertes. Aunque sus motivos eran muy diferentes, Donatella encajaba perfectamente en ese cuadro.
 
El sonido dentro de la taberna le llegó antes de que la puerta de madera crujiera al abrirla. El lugar era un refugio para los locales y los forasteros que buscaban escapar del sol abrasador y, con frecuencia, de sus propios problemas. Donatella entró con paso firme pero cauteloso, sus ojos escaneando el ambiente con la precisión de alguien que había aprendido a desconfiar de todo. Fue allí como no pudo evitar que su mirada se detuviera en una figura que destacaba incluso en un lugar tan vulgar para ella. La figura parecía ser una mujer oni, no había duda debido a su imponente tamaño, cuernos y porte de guerrero, una criatura que parecía concentrada en una pila de carteles de recompensas esparcidos sobre su mesa.
 
La gigantesca figura contrastaba con los demás presentes. Su aura era inconfundible, era imposible que alguien experimentado en combate no reconociera esa mezcla de de fuerza bruta y determinación de inmediato. Había algo en ella que despertaba su interés; quizás fuera la manera en que estudiaba los carteles, como si cada rostro y cifra representaran una posibilidad de algo. Donatella sabía que ese tipo de concentración no era común, al menos no en personas que solo buscaban sobrevivir con el mínimo de las recompensas. Por ende, decidió acercarse a la mesa con pasos calculados, siempre manteniendo su compostura tranquila pero alerta pues no deseaba parecer una amenaza, pero tampoco iba a mostrarse con debilidad.
 
Donatella observó con cuidado los carteles, solo por un instante antes de hablar. — Disculpa la interrupción, pero… ¿encontraste algo interesante?  — comentó con su tono firme y cortes, dejando que sus palabras rompieran el silencio sin exponerse lo suficiente. Por supuesto, estando tan cerca decidió analizar con cuidado cada gesto y expresión de la oni, sus ojos ámbar brillaron con curiosidad mientras recorrían toda la escena que había iniciado en aquella mesa. — Tal vez pueda ayudarte. Llevo un tiempo cazando por aquí, y podría reconocer algunos rostros. — Se cruzó de brazos sin siquiera parpadear, manteniendo una distancia respetuosa, no había peligro ni malas intenciones en su propuesta, pero también quería transmitir que no era alguien que se asustara con facilidad, eso buscaría transmitir con su postura relajada pero firme.
 
Difícilmente me equivoco, pero parece que ambas estamos en busca de oportunidades. — continuó Donatella, inclinándose ligeramente hacia la mesa para examinar los carteles. Uno en particular llamó su atención, un rostro que le resultaba vagamente familiar con una foto en un característico callejón de grafiti, más esperaría a la reacción de la oni para saber que tanto acercase pues sus movimientos a pesar de que no traían malas intenciones podrían ser tomados de una forma u otra dependiendo de la persona. No obstante, la garra de Pavone, siempre estaba lista para reaccionar ante amenazas y peligros.
   
Durante su pausa, mediría las palabras que vendrían después por su posible interlocutora. Sabía que para avanzar en su misión necesitaría aliados, al menos temporales, y esta mujer parecía ser alguien que entendía el valor de la fuerza y la estrategia. Tal vez esta era su oportunidad para ganar algo más que dinero en Rostock. Donatella mantuvo su mirada fija en la oni, esperando su respuesta. En el fondo, sabía que estaba jugando una carta arriesgada. Pero en un lugar como Rostock, donde el destino podía cambiar con cada decisión, a veces el riesgo era la única opción.
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RE: [C-Pasado] Un plumaje familiar [Priv. Donatella] - por Donatella Pavone - 16-11-2024, 05:16 PM

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