Sowon
Luna Sangrienta
16-11-2024, 10:00 PM
La tranquilidad de la soledad se rompió con una voz que interrumpió sus pensamientos, bajó la mirada hasta ver a una figura, al parecer una chica que estaba por el lugar pero que ofrecía algo que no todos los individuos ofrecían gratis. Ayuda, asistencia, su actitud se mostraba demasiado cuidadosa, por lo que Sowon podía deducir que le veía como alguien a lo mejor peligrosa, no esperaba que alguien pudiese poner sus emociones tan al descubierto en un lugar como aquel. Pero la Oni siguió escuchando, sin interrumpir, tal como dictaban sus enseñanzas primero debía escuchar todo para sacar alguna conclusión posible, las palabras eran un arma filosa que podrían cortar más que cualquier espada. Cazando, esa palabra hizo que Sowon levantase una ceja por mera curiosidad, esa mujer había declarado que se dedicaba a cazar y los cazadores muchas veces buscaban piratas. No sabía si era una amenaza, si podría conducirle a una trampa, pero tampoco pareció brindar aquel dato por error, estando más interesada en los carteles que en la inmensa mujer que se encontraba a su alcance. Suspiró, sin mucho más que analizar, esperando algún golpe o truco que nunca llegó.
― La verdad no conozco a estos tipos, pero si ves las fotos fueron tomadas cerca del mismo lugar, un callejón a unas cuantas calles que parece abandonado a los ojos de los habitantes pero no creo en las casualidades. Son tres personas, criminales con precio sobre su cabeza que frecuentan una misma zona. Me interesa saber que hay en ese lugar, si encontramos a esos tipos puedes quedarte con la recompensa, buscamos una oportunidad pero lo que yo busco es la cabeza de algo más grande... ―
Comentó con toda su sinceridad, una enorme muestra de humildad y sin ocultar ningún tipo de información, no veía la necesidad de hacerlo ya que los cazadores simplemente buscaban presas, en su mente no era más que darle una pista obvia que ahorraría gastos en investigación o en sobornar a los testigos. Levantó la enorme espada, aquella que enfundada parecía una columna más, como si no pesara ni la quinta parte de lo que aparentaba, levantando su cuerpo para estirar sus brazos una vez colocada en su espalda. Su mirada descendió nuevamente a la mujer, no le molestaba su presencia y le había tratado con el suficiente respeto para que le viese de manera diferente a otras hormigas, no había detectado una mala intención de su parte ahora pocos podían engañarle desde que su cuerpo advertía los cambios en ciertas emociones.
― Toma los carteles, iremos de paseo, mi nombre es Sowon Shinozaki y aceptaré tu compañía. No debemos hacer esperar a esos tontos, no queremos que otro pose sus ojos sobre nuestro plato de comida. ¿Cuál es tu nombre? No quisiera tener que llamarte por un apodo cuando todas las hormigas lucen tan parecidas... ―
Bromeó mientras comenzaba a avanzar hacia la salida, dejando el pago por su comida sobre la mesa, demostrando que era tan honesta y noble como un niño sin dejar nada a medias. Suspiró al colocar su brazo sobre la frente, bloqueando el sol nuevamente, iba a ser una caminata pesada sin la compañía correcta y como no le gustaba quedarse callada, tomó las riendas de la conversación.
― ¿Oportunidades? Puede que busquemos algo similar, lo que busco es un objetivo, lo que ustedes llaman un sueño algo por lo cual estaría orgullosa de dar la vida. Pero de momento no hubo suerte, sigo sola y las compañías no parecen estables en estos tiempos, no es que me moleste pero todos dicen que necesitaré un grupo de personas poderosas para cumplir mis ambiciones y más si resultan ser tan grandes como mi cuerpo. ¿Qué te trae a este lugar? Es un pueblo tranquilo para vivir, pero no sé si haya muchas emociones para una cazadora experimentada con la presencia de la marina pierden terreno... ―
Explicó con una sonrisa, pareciendo olvidar el agobiante calor a la par que sus palabras fluían como el soplo de aire fresco necesario para soportar ese martirio. Tomó la senda con sombra, mientras observaba las esquinas de reojo, intentando ubicar algo fuera de lo normal mientras se acercaban al dichoso callejón. Identificó el aroma a pintura fresca, los grafitis se extendían en los edificios alrededor de esa zona, pero ahí estaba más desgastado que en las fotos pero indudablemente el rostro de un hombre sacando la lengua y varias palabras sueltas y borrosas a su alrededor era el sitio de las fotos y de momento parecía extrañamente desolado.
― La verdad no conozco a estos tipos, pero si ves las fotos fueron tomadas cerca del mismo lugar, un callejón a unas cuantas calles que parece abandonado a los ojos de los habitantes pero no creo en las casualidades. Son tres personas, criminales con precio sobre su cabeza que frecuentan una misma zona. Me interesa saber que hay en ese lugar, si encontramos a esos tipos puedes quedarte con la recompensa, buscamos una oportunidad pero lo que yo busco es la cabeza de algo más grande... ―
Comentó con toda su sinceridad, una enorme muestra de humildad y sin ocultar ningún tipo de información, no veía la necesidad de hacerlo ya que los cazadores simplemente buscaban presas, en su mente no era más que darle una pista obvia que ahorraría gastos en investigación o en sobornar a los testigos. Levantó la enorme espada, aquella que enfundada parecía una columna más, como si no pesara ni la quinta parte de lo que aparentaba, levantando su cuerpo para estirar sus brazos una vez colocada en su espalda. Su mirada descendió nuevamente a la mujer, no le molestaba su presencia y le había tratado con el suficiente respeto para que le viese de manera diferente a otras hormigas, no había detectado una mala intención de su parte ahora pocos podían engañarle desde que su cuerpo advertía los cambios en ciertas emociones.
― Toma los carteles, iremos de paseo, mi nombre es Sowon Shinozaki y aceptaré tu compañía. No debemos hacer esperar a esos tontos, no queremos que otro pose sus ojos sobre nuestro plato de comida. ¿Cuál es tu nombre? No quisiera tener que llamarte por un apodo cuando todas las hormigas lucen tan parecidas... ―
Bromeó mientras comenzaba a avanzar hacia la salida, dejando el pago por su comida sobre la mesa, demostrando que era tan honesta y noble como un niño sin dejar nada a medias. Suspiró al colocar su brazo sobre la frente, bloqueando el sol nuevamente, iba a ser una caminata pesada sin la compañía correcta y como no le gustaba quedarse callada, tomó las riendas de la conversación.
― ¿Oportunidades? Puede que busquemos algo similar, lo que busco es un objetivo, lo que ustedes llaman un sueño algo por lo cual estaría orgullosa de dar la vida. Pero de momento no hubo suerte, sigo sola y las compañías no parecen estables en estos tiempos, no es que me moleste pero todos dicen que necesitaré un grupo de personas poderosas para cumplir mis ambiciones y más si resultan ser tan grandes como mi cuerpo. ¿Qué te trae a este lugar? Es un pueblo tranquilo para vivir, pero no sé si haya muchas emociones para una cazadora experimentada con la presencia de la marina pierden terreno... ―
Explicó con una sonrisa, pareciendo olvidar el agobiante calor a la par que sus palabras fluían como el soplo de aire fresco necesario para soportar ese martirio. Tomó la senda con sombra, mientras observaba las esquinas de reojo, intentando ubicar algo fuera de lo normal mientras se acercaban al dichoso callejón. Identificó el aroma a pintura fresca, los grafitis se extendían en los edificios alrededor de esa zona, pero ahí estaba más desgastado que en las fotos pero indudablemente el rostro de un hombre sacando la lengua y varias palabras sueltas y borrosas a su alrededor era el sitio de las fotos y de momento parecía extrañamente desolado.