¿Sabías que…?
... Eiichiro Oda empezó la serie con la idea de terminarla en 5 años, pero se dio cuenta de que en esos 5 años que la trama ni siquiera llegaba al 50%.
[Diario] Aprendiendo lo básico.
Diana Kari
Wild Huntress
-¿Sabes por qué tengo que meter la espada caliente al rojo vivo en el barril de aceite?- preguntó mi madre, volteando a verme esta vez. Su rostro estaba adornado con una media sonrisa que parecía estar retando mi conocimiento sobre su profesión. Me tomé un par de segundos para responder, creía que tenía la respuesta en mi cabeza pero quería estar completamente segura de lo que saliera de mi boca sería la respuesta correcta pues mi madre tomaba demasiado en serio su profesión. –Es el proceso de temple, ¿no? Usas aceite por su adaptabilidad y porque regula la temperatura de manera uniforme y porque tu padre lo hacía desde que tienes memoria.- le respondí en un tono ligeramente desinteresado tratando de esquivar su mirada pues no tenía ganas de ver como se dibujaba el orgullo y el ego en el semblante de mi madre. Una fuerte risotada se pudo escuchar en todo el taller –¡Pero mira quién ha prestado atención a lo que conversa en la mesa!- respondió mi madre casi gritando. –Veamos si al momento de dar a luz te pasé algo de conocimiento sobre la herrería. Ahí en la esquina hay un gran baúl con armas que algunos aprendices han forjado armas de pésima calidad, cómo sabes no tolero el fracaso así que la mayoría de ellos no ha vuelto a mostrar su cara por aquí. Pero el acero en esas armas aun es útil para forjar, al menos en algunas de ellas. Va siendo momento de que aprendas a la perfección el oficio de tus padres, independientemente de si planeas dedicarte a lo mismo o no. Además si continuas con la afición a la cacería en algún punto necesitaras darle mantenimiento a tus armas. Así que ponte a trabajar.- dijo con un tono de clara autoridad.

No podía objetar ante las órdenes de mi madre, más allá de que fuera la matriarca de la familia, en el fondo entendía de dónde venía su interés por que aprendiera ambos oficios aunque por sus palabras sabía que no entendía que mi gusto por la cacería iba mucho más allá de una simple afición. Planeaba que fuera mi manera de vivir de un modo u otro pero si mis planes no salían bien entonces estaría bien tener el respaldo de los oficios de ambos. –Está bien, madre.- fue lo único que pude decir mientras me dirigía a la esquina que mi madre había mencionado. Dentro del baúl  había demasiadas armas, todas de una calidad deplorable y algunas incluso torcidas mostrando un claro error a la hora de templarla. –Ya veo porque los rechazaste a todos.- dije en un tono muy bajo, casi susurrando mientras tomaba tres espadas que parecían ser las mejores entre todas. Se las presenté a mi madre quien me dio una mirada de aprobación y las tomó colocándolas sobre una mesa que tenía en frente. De un solo movimiento con un cincel y martillo rompió la hoja la las espadas una a una. –Hoy vas a forjar tu primera arma sola. Si quieres seguir dándote tus escapadas para cazar tendrás que llevar armas que tú misma has forjado. Pero no te preocupes, tengo varios moldes para cuando llega un cliente con un encargo sencillo. Tan solo tienes que decidir qué tipo de arma quisieras probar.- me indicó mientras iba a una bodega anexada a su taller. Regresó con lo que parecían cuatro portafolios solo que estaban hechos de un metal oscuro que nunca había visto. Tal vez mi mirada traicionó mi pensar, pues mi madre se me quedó mirando fijamente mientras abría los moldes. –Esto es kairoseki, un extraño mineral cuya rareza hacer que muy pocas personas puedan trabajarlo. La obra máxima de mi padre fue hacer unos moldes rústicos para ahorrarse tiempo a la hora de cumplir encargos y gracias a eso la hemos tenido fácil en la vida desde entonces. Con el sobrante que quedó intenté forjar armas varias veces, pero siempre lo arruiné, incluso hoy día no me atrevo a usar la última pieza que tenemos disponible así que me esperaré a mis últimos días o hasta que me superes.- me confesó de manera reflexiva, mostrándose vulnerable de una manera que nunca antes había hecho. Para mí y para muchos otros ella era la mejor herrera en las cercanías y ni siquiera ella había sido capaz de trabajarlo de manera eficiente. ¿Qué tanto tenía que aprender para llegar a superarla y ser capaz de darle un uso eficiente a ese metal tan raro que mi madre parecía tener en posesión? Apenas iba a forjar mi primera arma y ni siquiera tenía idea de qué sería lo más fácil de forjar o peor aún si lo que forjaría podría ayudarme en mis escapadas de cacería pues si quería pasar de los conejos y vendados pues tenía que elegir un arma buena. –Pero basta de hablar del pasado o de supuestos. Dime cachorro, ¿qué arma es la que te interesa?- preguntó mientras cruzaba los brazos.

Observé los distintos moldes que tenía en la mesa, todos tenían algo tallado, indicando el arma que ayudarían a forjar. Espada, lanza, martillo y hoz eran las cuatro opciones que tenía para elegir. Espada sería descartada rápidamente, tenía poco de conocer a otro cazador con el que comenzaba a llevarme bien que usaba una espada con gran destreza y no tenía intención de hacerle pensar que quería copiarle. La hoz me parecía una herramienta de trabajo más que un arma útil a la hora de cazar. El martillo parecía demasiado pesado como para poder usarlo con facilidad sin tener un largo periodo de aprendizaje. Entonces la elección era una falacia pues solo había una opción que parecía viable. –Quiero forjar una lanza, madre.- dije mientras me ponía frente al molde que indicaba el arma que había elegido para después poner mis manos sobre este.
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Aprendiendo lo básico. - por Diana Kari - 15-11-2024, 06:12 PM
RE: Aprendiendo lo básico. - por Diana Kari - Hoy, 04:06 AM

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