Anissa Marr
Nissa
17-11-2024, 06:00 AM
Tal parecía que había tomado la decisión correcta en acercarme a aquel hombre que parecía estar descansando pues toda su vestimenta coincidía con lo que había descrito el viejo Manuel. Pareció alertarse de mi presencia aunque no le tomó la importancia necesaria, un error que fácilmente podría costarle la vida. Cuando cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo cayó de golpe de cara al suelo quedando en una posición bastante vergonzosa haciendo que me quedara a un milisegundo de voltear los ojos ante lo ridícula que era la situación pero tenía bien claro mis objetivos y nada podía hacerme quitarle la vista a quien seguramente tenía información sobre la cerda perdida de don Manuel. Lo primero que hizo al recuperar la compostura fue pedirme que bajara el arma y comenzáramos a hablar como un par de personas civilizadas ~No me van a pagar por tratarte de manera civilizada, idiota.~ pensé mientras mantenía mi arma apuntándole directamente. Lo dejé acomodarse, quería que lo que estaba a punto de hacer no lo tomara por sorpresa o al menos no del todo ya que el recibir un balazo nunca era una sensación esperada. –No tienes por qué interesarte de dónde soy, de donde vengo o hacia a donde voy. Y pasa que yo nunca mencioné que la cerda que estoy buscando está embarazada así que será bueno que me digas en donde está.- le dije casi gritándole mientras cerraba uno de mis ojos para apuntar con claridad por el otro.
-Me parece que te dije que tenías dos segundos para contestarme en cambio decidiste tratar de mentirme y después cambiarme el tema. No te equivoques, este rostro “hermoso” que mencionas es lo suficientemente sincero como para cumplir con su palabra.- le dije mientras una sonrisa malévola se dibujaba en mi rostro. No me tomé un segundo más y le disparé en el muslo derecho, recargando rápidamente sin siquiera concentrarme en si el idiota gritaba o no. Me aseguré de no apuntar a ningún punto vital, de hecho esa había sido la razón por la que había elegido la pierna derecha y no la izquierda, porque el viejo me había pedido que de preferencia no asesinara al trabajador que le había traicionado. -¡No me hagas preguntártelo otra vez, ¿dónde está la puta cerda?!- le pregunté nuevamente casi gritando para después apuntarle a la cabeza. –Tú dime si quieres volver a desviarte del tema o mentirme, te aseguró que soy más que capaz de dispararte un par de veces en sitios donde el dolor será infinito o tal vez deba buscar a tus asociados y eliminarte de la ecuación aquí y ahora.- le dije, amenazándolo medianamente en serio y centrando completamente en cualquier movimiento que pudiera hacer y en caso de que intentara escapar o algo por el estilo le dispararía nuevamente aunque en esta ocasión apuntaría a una de sus manos.
-Me parece que te dije que tenías dos segundos para contestarme en cambio decidiste tratar de mentirme y después cambiarme el tema. No te equivoques, este rostro “hermoso” que mencionas es lo suficientemente sincero como para cumplir con su palabra.- le dije mientras una sonrisa malévola se dibujaba en mi rostro. No me tomé un segundo más y le disparé en el muslo derecho, recargando rápidamente sin siquiera concentrarme en si el idiota gritaba o no. Me aseguré de no apuntar a ningún punto vital, de hecho esa había sido la razón por la que había elegido la pierna derecha y no la izquierda, porque el viejo me había pedido que de preferencia no asesinara al trabajador que le había traicionado. -¡No me hagas preguntártelo otra vez, ¿dónde está la puta cerda?!- le pregunté nuevamente casi gritando para después apuntarle a la cabeza. –Tú dime si quieres volver a desviarte del tema o mentirme, te aseguró que soy más que capaz de dispararte un par de veces en sitios donde el dolor será infinito o tal vez deba buscar a tus asociados y eliminarte de la ecuación aquí y ahora.- le dije, amenazándolo medianamente en serio y centrando completamente en cualquier movimiento que pudiera hacer y en caso de que intentara escapar o algo por el estilo le dispararía nuevamente aunque en esta ocasión apuntaría a una de sus manos.