Jack Silver
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17-11-2024, 04:24 PM
Jack escuchó con atención las instrucciones del teniente Shawn, sin perder detalle de su tono metódico y directo. La mirada evaluadora del oficial le resultaba familiar; había visto ese tipo de expresión antes en quienes buscaban descubrir el potencial detrás de las apariencias. Asintió con firmeza al oír que podría entrenar mientras resolvían los detalles de su traslado. La oportunidad de demostrar lo que podía hacer era justo lo que necesitaba.
—Perfecto, señor. No me gustaría quedarme quieto.
Mientras caminaban hacia la sala de almacenamiento, el teniente parecía fijarse en cada pequeño detalle a su paso. Jack observó con cierta curiosidad cómo Shawn marcaba con chasquidos de lengua los desperfectos más insignificantes: una papelera fuera de lugar, un cuadro torcido... "Atención al detalle, supongo", pensó, reconociendo en silencio que aquella minuciosidad decía mucho del hombre que tenía frente a él.
Al llegar a la sala, Jack inspeccionó el espacio rápidamente. Era sencillo, funcional, sin nada demasiado llamativo. Eligió una de las taquillas metálicas, dejando su petate en el interior y asegurándose de cerrarla bien. Sería algo temporal, pero suficiente para alguien acostumbrado a adaptarse.
Siguió al teniente al patio de entrenamiento, donde los sonidos de golpes, órdenes y gritos le resultaron casi reconfortantes. Observó con interés el cuadrilátero vacío al que Shawn señaló. Apenas escuchó la orden de subir, ya estaba ajustando las vendas en su brazo derecho, un reflejo casi automático antes de cualquier pelea. ¿Cómo las ajustaba? Con los dientes, está claro.
—Entendido, señor.
Mientras subía al ring, sus ojos se fijaron en el joven que Shawn había llamado: Tyler. Su postura relajada y sus movimientos fluidos lo delataban como alguien con experiencia. La primera impresión le arrancó una ligera sonrisa; sería un buen desafío. Estrechó la mano del chico con firmeza, notando la fuerza controlada en su apretón.
—Jack Silver, encantado. Y sí, siempre estoy listo para sudar un poco.
Mientras retrocedía hacia su esquina del cuadrilátero, comenzó a ajustar su postura, flexionando ligeramente las rodillas y levantando su único brazo en guardia. Podía sentir la energía del ambiente cambiar, el aire cargado de una anticipación silenciosa. Tyler no parecía subestimarlo, algo que Jack agradeció. En esos dos minutos no se trataba solo de medir habilidades físicas; era una oportunidad para demostrar su determinación y, quizás, ganarse un poco de respeto. Por un instante todo ruido externo desapareció. Solo quedaban ellos dos y el cuadrilátero. "Dos minutos, ¿eh?", pensó, esbozando una pequeña sonrisa confiada. "Hagámoslo interesante."
—Perfecto, señor. No me gustaría quedarme quieto.
Mientras caminaban hacia la sala de almacenamiento, el teniente parecía fijarse en cada pequeño detalle a su paso. Jack observó con cierta curiosidad cómo Shawn marcaba con chasquidos de lengua los desperfectos más insignificantes: una papelera fuera de lugar, un cuadro torcido... "Atención al detalle, supongo", pensó, reconociendo en silencio que aquella minuciosidad decía mucho del hombre que tenía frente a él.
Al llegar a la sala, Jack inspeccionó el espacio rápidamente. Era sencillo, funcional, sin nada demasiado llamativo. Eligió una de las taquillas metálicas, dejando su petate en el interior y asegurándose de cerrarla bien. Sería algo temporal, pero suficiente para alguien acostumbrado a adaptarse.
Siguió al teniente al patio de entrenamiento, donde los sonidos de golpes, órdenes y gritos le resultaron casi reconfortantes. Observó con interés el cuadrilátero vacío al que Shawn señaló. Apenas escuchó la orden de subir, ya estaba ajustando las vendas en su brazo derecho, un reflejo casi automático antes de cualquier pelea. ¿Cómo las ajustaba? Con los dientes, está claro.
—Entendido, señor.
Mientras subía al ring, sus ojos se fijaron en el joven que Shawn había llamado: Tyler. Su postura relajada y sus movimientos fluidos lo delataban como alguien con experiencia. La primera impresión le arrancó una ligera sonrisa; sería un buen desafío. Estrechó la mano del chico con firmeza, notando la fuerza controlada en su apretón.
—Jack Silver, encantado. Y sí, siempre estoy listo para sudar un poco.
Mientras retrocedía hacia su esquina del cuadrilátero, comenzó a ajustar su postura, flexionando ligeramente las rodillas y levantando su único brazo en guardia. Podía sentir la energía del ambiente cambiar, el aire cargado de una anticipación silenciosa. Tyler no parecía subestimarlo, algo que Jack agradeció. En esos dos minutos no se trataba solo de medir habilidades físicas; era una oportunidad para demostrar su determinación y, quizás, ganarse un poco de respeto. Por un instante todo ruido externo desapareció. Solo quedaban ellos dos y el cuadrilátero. "Dos minutos, ¿eh?", pensó, esbozando una pequeña sonrisa confiada. "Hagámoslo interesante."